El Silicon Valley de las golosinas argentinas existe y está ubicado en pleno Mataderos pegado al Mercado de Liniers y al toque de la cancha de Nueva Chicago (1/7) 
Apenas unas cuadras separan a las fábricas de Guaymallen, Fantoche y Pitusas, el centro de distribución de Vacalín y el de Vauquita. Y cerquita está el pasaje donde nació Cachafaz. Si estuviera del otro lado de Rivadavia una inmobiliaria ya le diría a la zona Palermo Candy (2/7
De Pitusas y Vauquita ya hablamos así que vamos con Guaymallen. Hugo Basilotta es la cara de la marca pero la grosa es su mujer Cristina, la hija de Ulpiano Fernández, el creador del alfajor más honesto del mercado: por 10 pesos (20 centavos de dólar!) te da lo que promete (3/7)
La hija del fundador preside la empresa (nada de vice, en Guaymallen Cristina Fernández es presidenta) y vive pegado a la fábrica de Mataderos. En el sector cuentan que todos los días a las 6 AM está firme junto a la línea de producción de Guaymallen (4/7)
Guaymallen es el alfajor más vendido del país con una relación precio/calidad imbatible. La marca usa dulce de leche Vacalin (como Havanna y Cachafaz) pero siempre está atenta a la regla de la "moneda justa" de Arcor: que sus productos se vendan al valor de una moneda (5/7)
Guaymallen fue la primera marca en hacer publicidad estática en el fútbol (cancha de Ferro) pero solo una vez estuvo en la camiseta de un club: All Boys que justo ese año salió campeón (Guaymallen es la Mirtha de los alfajores y trae suerte) (6/7
El nombre es un tema. El fundador era fanático de Mendoza y siempre visitaba la provincia (de un viaje sacó el nombre) pero Guaymallen nació en La Paternal. Algo parecido a Manaos que pese a su nombre amazónico es una marca “100% Virrey del Pino” (el verdadero Lejano Oeste)
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