Mañana, aniversario de la muerte de #LeónTrotsky, compartiré alguna bibliografía sobre el personaje, y -si gustan- escribiré una crónica del ataque de Ramón Mercader -ocurrido el 20- y que generó su muerte.
#LeónTrotsky la noche del 20 de agosto de 1940 [luego del ataque de “Jackson Monard Vandendreschd”], en el Puesto Central de Socorros de la Cruz Verde, en la Ciudad de México.
Según testimonio de #NataliaSedova, esposa de #LeónTrotsky, la mañana del 20 de agosto, el ideólogo comunista expresaba un particular bienestar.
Recordaba su destierro a Alma Ata, y el posterior en Noruega.
Luego de una rápida sesión de ejercicio, salió de su dormitorio para alimentar a sus conejos. “Hacerlo como él quería y como tenía por costumbre-es decir, bien guión, era difícil.”
Otra de las labores que disfrutaba era el cuidado de los cactus de su jardín.
Es conveniente recordar el amor que le prodigaba a los jardines.
Bien lo relató #JuliánGorkin: “Los cactus [de la casa de Frida y Diego] habían sido plantados en su integridad por Trotski, que se cuidaba de regarlos constantemente, así como las flores.
Trotski acostumbraba alimentar sus conejos y sus gallinas, entre las 7:15 y las nueve de la mañana. En ocasiones se separaba de estos menesteres para anotar o dictar alguna idea.
A la una de la tarde tuvo una reunión con Rigalt, su abogado, para tratar la respuesta al periódico
El Popular, en el que lo acusaban de difamación.
Luego de la comida hizo una breve siesta y comenzó a trabajar en su escritorio. Hasta las cinco de la tarde, estuvo trabajando en imprimir en el dictáfono fragmentos de un texto sobre la movilización militar en EUA.
A las cinco de la tarde, como diariamente lo hacía, tomo el té con su esposa; a las 17: 20 comenzó a alimentar sus conejos. Para ese momento ya se encontraba platicando con Jacson Mornard, quien acordaba con Trotsky la revisión de un texto .
Jacson, con la misma mano en que llevaba el impermeable hizo un movimiento complicado y manteniéndola pegada al cuerpo, mostró a Trotsky unas hojas escritas a máquina.
Después de un ofrecimiento de té, negado por Jacson, que pretextó malestar, Trotsky cerró las jaulas de conejos
se quitó los guantes de trabajo, pues tenía la piel de las manos muy delicada, y se encaminó con su esposa y Jacson a su estudio.
Natalia se dirigió a otra habitación, y Trotsky cerró la puerta. “Habían transcurrido tres o cuatro minutos” cuando se escuchó un grito terrible.
“Entre el comedor y el balcón, sobre el quicio de la puerta, apoyado en el bastidor estaba de pie Leo Davidovich, con la cara ensangrentada, destacándose claramente el azul de sus ojos sin las gafas y los brazos caídos.” Señaló Natalia.
“Lo abracé, pero él no me contestó inmediatamente. Tuve tiempo de pensar si se habría caído algo del techo, que estaba en reparación. El me dijo lentamente, sin alteración, amargura o despecho: Jacson.”
“... poniendo un almohadón bajo su cabeza rota, coloqué hielo en la herida y,
con un algodón, restañe la sangre de su rostro.”
“Hay que alejar a Esteban de todo esto, señaló.” Luego hablo en inglés con uno de sus guardaespaldas, al tiempo que entraba otro con un revólver en la mano.
Estos se fueron sobre Jaques, pero Trotsky indicó que no lo mataran.
Casi de inmediato llegó a la casa el doctor Dutrem, quien lo examinó en el comedor de la casa.
Luego comenzaron a escucharse los silbatos de los motociclistas, en lugar de las ambulancias; ruido ensordecedor.
Ya para ese momento la casa de Trotski era una romería fatal.
A las 6:15 de la tarde el coronel Leandro Sánchez Salazar, jefe del Servicio Secreto, recibió la noticia.
Para ese momento toda la policía de la ciudad de México se había trasladado hacia Coyoacán; patrullas, gendarmes, policía secretos, ambulancias.
Ramón Cruz, empleado de camillas de la CruzVerde, relataría:
“Recibimos la llamada directamente de las oficinas de policía de Coyoacán. Eran las seis de la tarde exactamente. Al llegar a la casa del ex comisario ruso, no tropezamos con dificultades para entrar, pero sí para salir
Pues varios individuos de pelo rubio, que hablaban en inglés, se oponían a que sacáramos al lesionado, temerosos, según manifestaron, de que sufriera una nueva agresión. Uno de ellos dijo: “el señor Trotski no sale de aquí hasta que llegue el jefe de la policía.”
Trotski fue trasladado al
Puesto Central de Socorro de la Sexta Delegación. Cinco doctores, bajo la dirección de Gustavo Baz, rector de la UNAM, procedieron a realizar la trepanación del cráneo, alrededor de la herida de siete centímetros de profundidad, producida por el piolét.
Parte que rindieron los cirujanos de la Cruz verde sobre el estado clínico de #LeónTrotski:
“A las 21 horas, previo estudio radiológico, se le practicó una craneotomía como de 25 cm², en la región parietal derecha, encontrándose las siguientes lesiones: fractura expuesta...
con minuta de la bóveda craneana a nivel de la porción parietal derecha, con hundimiento y proyección de esquirlas dentro de la cavidad, con herida de las meninges y destrucción de la masa encefálica, con herida de la misma. El pronóstico es muy grave, aún cuando el resultado...
de la operación fue satisfactorio.”
Al día siguiente, luego de una lucha de 25 horas y 35 minutos contra la muerte, fallecía Trotsky. Eran las 19:25 horas.
Sánchez Salazar dijo a la prensa:
Señores, Trotsky ha muerto.
Al día siguiente, luego de la autopsia, el cadáver fue conducido a la funeraria Alcázar, donde fue velado durante cinco días. Después fue incinerado.
En un momento -a petición de @gandhiantipatro- escribiré sobre el cómo se descubrió la verdadera identidad del asesino de #LeónTrotsky.
Jacques Mornard, asesino de #LeonTrotsky, ingresó a Lecumberri el 4 de marzo de 1941. [foto]
Raúl Carranca y Trujillo, juez que llevó el proceso, dictaría una sentencia de 20 años, hasta 1943.
La identidad del asesino siempre fue un misterio, pero el proceso y la sentencia se siguieron sobre el nombre dicho por el acusado.
Una primera aproximación a la condición física y mental de Mornard, fue realzada por José Gómez Robleda y #AlfonsoQuirozCuarón.
El resultado fueron 1,359 cuartillas a máquina. Años más tarde sería publicado por la revista Études Internationales de Psycho-Sociologie Criminelle, de la Sorbona, con el título “Un buen trabajador de zapapico”.
Desde el inicio del proceso, hubieron indicios y comentarios que apuntaban a la falsedad de los datos proporcionados por el acusado.
Desde que su rostro apareció en todos los periódicos de México, algunos refugiados catalanes, señalaban que se trataba de otra persona.
Ese mismo año de 1940, el servicio de inteligencia japonés, detuvo en Yokohama a Caridad del Río, cuando se trasladaba hacia la URSS. Desde un principio se supo que era madre del asesino del ideólogo comunista.
A ésto se suman los dichos de exiliados españoles, principalmente catalanes, quienes señalaban a Mornard como un militante del Partido Socialista Unificado de Cataluña, y excombatiente de la guerra civil, de apellido Mercader.
Bartolomeu Costa Amic, no dudó en señalar por anticipado a Caridad del Río -la mujer detenida en Yokohama- como coordinadora de un complot contra Trotsky.
En la imagen aparece marchando junto a Lombardo Toledano.
Un fotógrafo catalán, Agustí Puértola, luego de revisar archivos fotográficos, lo identificó como #RamónMercader, el más joven militante del Partido Socialista Unificado de Cataluña.
Quizá, con esos antecedentes el criminalista #AlfonsoQuirozCuarón, en 1950, durante el Congreso de Criminología y Psiquiatría -celebrado en París-, con los registros dactilares de Mornard, recorrió los archivos policiales de Bruselas, Roma y París. No encontró respuesta.
De esta última ciudad se trasladó a Barcelona, donde logró entrevistarse con Pedro Polo Borreguero, antiguo comisario de la ciudad. A éste, le refirió el motivo de su recorrido, y encontró respuesta
El asesino de Trotsky, “se llama Ramón mercader y es hijo de una comunista...
“muy famosa aquí en Barcelona llamada caridad Mercader, que fuera militante durante la Guerra del partido socialista unificado de Cataluña. Yo lo detuve cuando al frente de un grupo de jóvenes marxistas participó en una manifestación callejera en apoyo a los mineros asturianos...
“en huelga que acarreo grandes disturbios. Eso fue en 1934. Tiene que existir ficha de él porque estuvo a disposición del orden público antes de ser trasladado a la cárcel modelo de Valencia. Pero debe buscarla en Madrid, porque allí están concentrados todos los archivos.”
En Madrid, Quiroz el se entrevistó con Florentino Santamaría, director del Archivo de Identificación de la Dirección General de Seguridad.
Luego, atendido por Antonio Valcárcel, en poco más de un minuto le mostró la ficha buscada.
En París, logró conseguir información relativa a María Eustasia de la Caridad del Río Hernández, nacida en Cuba, en 1892; madre de Mercader.
En México, Quiroz elaboró una ilustración con las huellas dactilares de Ramón Mercader, Frank Jacson, y Jacques Mornard, así como sus fotografías respectivas: Valencia, 1935; ingreso a México; y llegada a Lecumberri. Eran la misma persona.
Así, el mérito de Quiroz no fue descubrir -como dice mi amigo @gandhiantipatro- la “verdadera identidad” de #RamónMercader, el asesino de #LeónTrotsky, sino sustentarla oficial y científicamente.
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¿Y si doy al crío de baja, temporal, de la escuela?
Y que se dedique mientras a algo productivo, como estar echado todo el día viendo la televisión o jugando exbox, por ejemplo.
Una realidad es que si esta situación somete a un tedio (me gusta más que el anglicismo estrés) abundante a los adultos (si no véanse), a los niños y adolescentes los está[mos] sometiendo por empatía a una carga superior del mismo.
Analicen un poco las cosas, vale más ...
un año perdido (QUE ADEMÁS NO TIENE NADA DE MALO), que daños psicológicos que aflorarán más tarde, y quizá pueden ser irreversibles.
Veamos el caso de los padres que ahora se la pasan en casa ayudando a los hijos en sus casas escuelas: están más enloquecidos y atediados que...
¿Sabían que nació el seis de julio de 1845, en la #CiudadDeMéxico, siendo bautizada con los nombres de María de los Ángeles Manuela Tranquilina Cirila Efrena?