8 de marzo de 1994. Un transporte C-212 Aviocar del Ejército del Aire realiza un vuelo entre Zagreb y Split. La ONU y la OTAN han impuesto una zona de exclusión aérea en Bosnia-Herzegovina y el avión forma parte del soporte logístico de la operación, denominada 'Deny Flight'
Pertenece al Ala 37 y lo tripulan el capitán Pedro Miguel Alfonso, los tenientes Carlos Enrique Herráiz y Jacinto Chozas, y el sargento primero Cándido Rodríguez. A las 12.35 horas, se encuentran cerca de la Krajina, una región que se disputan ardorosamente croatas y serbios
Vuelan a 1.300 metros de altura y a 278 kilómetros por hora, cuando una explosión en la parte trasera zarandea el aeroplano. Los mandos de cola quedan inutilizados parcialmente y el motor izquierdo se detiene por una pérdida de presión en el circuito del aceite
Varios fragmentos de metralla penetran en el fuselaje y alcanzan a cuatro de los cinco pasajeros que hay a bordo. Un militar norteamericano, otro francés, otro británico y otro holandés resultan heridos leves
Son las consecuencias del impacto cercano de un misil antiaéreo 9K32 'Strela2M' (SA-7 Grail en el código OTAN) de fabricación soviética. Se trata de un arma de guía infrarroja, lanzada desde un dispositivo portátil y diseñada para ser disparada desde el hombro de un soldado
Por la mente de los españoles pasa el destino corrido por un G-222 de la Aeronautica Militare Italiana, apenas un año y medio antes. El transporte fue abatido por dos misiles tierra-aire cerca de Sarajevo. Murieron los cuatro tripulantes italianos y los cuatro pasajeros franceses
La robustez del Aviocar y la pericia de sus aviadores salvan la situación. El avión aterriza de emergencia en Rijeka (Croacia) con un solo motor y 150 agujeros en el fuselaje. Cinco días después, estaba en condiciones de volar. La tripulación entonces y hoy. Feliz #12deOctubre
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20 de julio de 1974. Turquía ha invadido Chipre y en el Centro de Operaciones de Combate de Ankara no están seguros de cómo reaccionará Grecia. Un informe sobre la presencia de un convoy griego salido de Rodas hacia Chipre parece confirmar los peores temores del alto mando turco.
Esa misma mañana, un reactor de reconocimiento RF-84 Thunderflash localiza a lo largo de la costa sur de Chipre al buque de desembarco de tanques L-172 Lesbos. El LST griego, bajo el mando del capitán de corbeta Eleftherios Handrinos, transporta 450 soldados helenos.
Los soldados pertenecen al batallón que Grecia tiene desplegado en Chipre y vuelven a casa tras ser relevados por un contingente similar. No obstante, tras una serie de órdenes y contraórdenes, Atenas los manda de nuevo a la isla como refuerzos frente a la invasion turca.
4 de enero de 1989. Es una mañana cualquiera a bordo del USS John F. Kennedy. El gigantesco portaaviones estadounidense se encuentra en el Mediterráneo Central, unos 200 kilómetros al norte de Libia, navegando hacia el este, rumbo al puerto israelí de Haifa.
En la torre del JFK están pendientes de los aviones que tienen en el aire: varios bombarderos A-6E del VA-75, cuatro cazas F-14A Tomcat del VF-14 y VF-32, y un avión radar E-2C Hawkeye del VAW-126. Los cinco últimos defienden al buque y a los Intruder de un posible ataque aéreo.
11.55 horas. Dos MIG-23MF del 1050º Escuadrón de la Al Quwwat al-Jawwiya al-Libiyya (Fuerza Aérea Libia) salen de Al Bumbah, cerca de Tobruk, y se adentran en el Mediterráneo. Los libios quieren verificar si los A-6, situados a 130 kilómetros al norte de su país, son una amenaza.
28 de marzo de 1916, astillero Krupp Germania, Kiel. Alemania bota el submarino más grande del mundo. Pero su destinatario no es la Kaiserliche Marine, pues el barco no lleva tubos lanzatorpedos ni cañones. Es un buque mercante. Y una solución desesperada a un problema acuciante.
Desde el mismo inicio de la IGM, GBR viene sometiendo a Alemania a un férreo bloqueo naval que anula por completo el tráfico comercial germano. La situación es muy grave. O el país encuentra la forma de reanudar las importaciones de materias primas o la derrota será inevitable.
Alfred Lohmann cree tener la solución. Este financiero de Bremen convence al Deutsche Bank y a la naviera Norddeutscher Lloyd para que apoyen su idea de construir una flota de submarinos civiles con los que burlar el bloqueo y reanudar el comercio con los EEUU, entonces neutral.
Marzo de 1983. La USN desata 'FleetEx 83'. Tres grupos de batalla con los portaaviones Enterprise, Midway y Coral Sea cruzan el Pacífico Norte para situarse a distancia de ataque de la URSS. Es el primero de una cadena de acontecimientos que conducirá a la muerte de 269 civiles.
Con 28 barcos, 300 aviones y 23.000 hombres, 'FleetEx 83' es el ejercicio más grande realizado por la Pacific Fleet en años. Por tres semanas, los EEUU provocan a los soviéticos para estudiar sus tácticas y capacidades. Estos envian aviones y submarinos para vigilar a la US Navy.
Mientras la tensión crece, el Midway y sus escoltas apagan todas sus emisiones electrónicas y ponen rumbo hacia las islas Kuriles. Sin señales que rastrear, los soviéticos pierden la pista del portaaviones. Cuando lo vuelven a localizar, el Midway ya está al sureste de Kamchatka.
Soy historiador, no analista, pero vista la repercusión del último hilo, me gustaría hacer algunos comentarios acerca de si se puede hundir o no un portaaviones de la US Navy. Y en caso de que se pueda, cuál sería la forma más sencilla de hacerlo.
El primer factor a considerar es el tamaño de un portaaviones actual, que por dimensiones y desplazamiento, bien merece ser llamado 'súper portaaviones'. Incluso aunque navegase sin sus aviones y en solitario, sería muy difícil hundir un coloso de 337 metros y 100.000 toneladas.
A añadir el elevadísimo nivel de adiestramiento de la USN en el control de daños, factor clave en la salvación de la USS Stark y la USS Samuel B. Roberts. Dicho esto, no existen barcos inhundibles. Todo lo que flota se puede hundir. Y si no, preguntárselo al Titanic o al Yamato.
Hundir un portaaviones de la US Navy es el sueño de cualquier enemigo de EEUU. También fue el sueño de Sadam Huseín. El dictador ordenó a sus fuerzas armadas que diseñaran un plan para hundir un portaaviones americano. Pero, ¿llegaron los iraquíes a poner en marcha ese plan?
24 de enero de 1991. La Operación Tormenta del Desierto cumple su primera semama y pese a la superioridad numérica, técnica y tecnológica de los aviones de la Coalición, la Al Quwwa al Jawwiya al Iraqiya (Fuerza Aérea Iraquí) todavía es capaz de montar operaciones de combate.
Cuatro Mirage F-1EQ intentan despegar de la base aérea de Abu Ubaida (Al Kut) para atacar objetivos en el Golfo Pérsico. Es el tercer intento de llevar a cabo la misión, pues los días previos los iraquíes tuvieron que abortar por culpa de los continuos bombardeos de la Coalición.