"En las islas afortunadas"(#AhZii2): Z pide a sus discípulos que abandonen la creencia en los dioses y en las doctrinas del Ser inmutable. Pide que reivindiquen al devenir y lo transitorio, y que se entreguen a la voluntad creadora para realizar al Übermensch.
El creador es como un artista escultor que quiere liberar la imagen del Übermensch que dormita encerrada en la dura y fea piedra que es el ser humano actual.
Por eso dirige su martillo contra esa piedra que es prisión del Sobrehumano.
En una carta a Peter Gast (12 agosto 1883) dice Nietzsche: «Esta isla (se refiere a Ischia) me obsesiona; cuando usted haya leído Así habló Zaratustra II hasta el final comprenderá con claridad dónde he situado yo mis “islas afortunadas”».
LO QUE SE INTERPONE EN EL CAMINO SE CONVIERTE EN EL CAMINO
#MarcoAurelio2020, en #MedV20, reflexiona sobre los seres humanos que tratan de impedir el ejercicio de su virtud. Marco comienza diciendo que el ser humano le resulta lo más cercano y familiar (οἰκεῖος), en la...
...medida en que debe hacerle bien y tolerarlo. Pero en tanto que algunos se entrometen y obstaculizan los propios actos de Marco, ellos (como infractores) se transforman para él en cosas indiferentes (ἀδιαφόρων) como lo pueden ser el sol, el viento o las fieras amenazantes...
...Ellos podrían ser obstáculo a alguna acción determinada, pero no son obstáculo a la intención (ὁρμή = impulso) ni a la disposición (διάθεσις) gracias a la reserva (ὑπεξαίρεσις)* y a la adaptación (περιτροπή = rodeo) a las circunstancias. Porque la mente (διάνοια) adapta y...
Guiado por el estoicismo y la virtud, Marco Aurelio mantuvo la grandeza de Roma a pesar de todas las calamidades (catástrofes, guerras, peste) y buscó mejorar las condiciones de los huérfanos, viudas y esclavos.
Zaratustra le pregunta a un joven discípulo si tiene "derecho" a casarse y tener hijos.
Le interroga sobre sus motivaciones para saber si son elevadas (que aspiran a realizar al Übermensch en la tierra) o simplemente son pasiones vulgares las que lo animan.
Z le dice al joven que los hombres ordinarios buscan matrimonio e hijos por deseos indignos: la necesidad, el sentimiento de soledad, la autoinsatisfacción o las ansias biológicas de sexo o compañía. Esas son las motivaciones que impulsan a los superficiales.