Empezamos a darnos cuenta, pero son, sin duda, el gran colectivo invisibilizado en el contexto de la pandemia. Y no es una novedad. Los niños, las niñas y también las personas adolescentes cuentan poco.
¿No es el confinamiento una tormenta perfecta en un escenario de violencia? ¿Qué costes va a tener en estas vidas infantiles esta "medicina"? Apenas empezamos a vislumbrarlo.