La decisión de la vuelta al trabajo el lunes, fundamentalmente industria y construcción, es una decisión de un enorme riesgo que pone sobre la mesa la contradicción fundamental de toda esta crisis: la tensión entre la salud pública y el funcionamiento de la economía capitalista.
Fuentes cercanas al Gobierno transmiten que hay un sector que no está de acuerdo con la medida, al menos en este fecha. Se podía haber pospuesto al menos una semana más. Va a primar la unidad, pero la decisión no es unánime.
El ministro Illa insiste en que no es una desescalada, pero objetivamente lo es. Se asume el riesgo pq en estos momentos se considera que el confinamiento ya ha surtido efecto en la desaceleración de la enfermedad. Veremos en unas semanas si se estaba en lo cierto.
Por otro lado el sector económico del Gobierno teme no sólo la recesión, sino que los países de nuestro entorno no han parado de forma tan exhaustiva su producción y que eso tenga efectos competitivos aún más duros.
CEOE y PP se manifestaron en contra del cierre total de la semana pasada. En este sentido se cumplen sus expectativas. No habrá ese reconocimiento. Es más, en el caso de repunte de contagios habrá crítica. Es lo que tienen las dos manos de la política de la ruindad.
El Gobierno insiste que en que al menor síntoma no se acuda al puesto de trabajo. A lo que yo añadiría que las inspecciones deberían ser constantes para controlar normas de seguridad, que en algunas actividades son muy difíciles de seguir.
Es cierto que nuestra economía no puede paralizarse por tiempo indefinido. Tanto como que con otras políticas financieras y monetarias (véase Banco de Inglaterra) se podía haber aguantado algo más el confinamiento total.
Es cierto que la economía capitalista es una locomotora que requiere de un constante alimento de la caldera. La pregunta que deberíamos hacernos es si es locomotora, que se ha enfrentado a la salud pública desde el inicio de esta crisis, es la que necesitamos.
Los que tengan que ir a trabajar mañana, cuídense. Y ante la mínima denuncien -hay muchos caminos para hacerlo de forma anónima- si ven un riesgo demasiado evidente para su salud.
