DÍA 6 - Darmstadt, Frankfurt, Madrid, Bilbao
MARTES 11 DE FEBRERO (Día de la mujer y la niña en la ciencia)
Habitualmente ese día suelo tener preparado algo relacionado con mujeres en ciencia. Este año no ha sido así porque tuve que andar entre aviones de vuelta a casa.
Al final Ciara cesó momentáneamente su actividad, por lo que los vuelos no se vieron cancelados.
Puestos a pagar penalizaciones de vuelos -ya iba dos- elegí el horario que me permitiera salir más tarde y no tener que pegarme la madrugada padre.
Me desperté tranquilamente, y bajé a desayunar al buffet -bastante digno, por cierto-.
Dejé todo más o menos perfilado para simplemente ir cerrando cremalleras cuando volviera de desayunar y marcharme a coger el autobús que hacía unas horas había llevado a Marco al aeropuerto.
Hice el check-out y me fui hasta la Luisenplatz. La misma plaza en la que hice este timelapse tan chulo durante uno de tantos cafés por ahí.
Hacía algo de frío y estaba chispeando. Pude salvar los posters de la misión #SolarOrbiter que nos habían dado el día antes gracias al plástico que envolvía el paraguas que también entraba entre la ingente cantidad de merchandisiing que nos dio la ESA.
Por un momento, en la parada del autobús, me daban ganas de quedarme allí, aunque fuera solo. No sé, notaba que me quedaban tantas cosas por descubrir de Darmstadt…
Soy de esos. De los que viaja dos veces cuando va a un sitio en el que no ha estado nunca.
Me enamoro fácilmente de los sitios porque viajo con la imaginación en cualquiera de los lugares que visito.
Al pasado y al futuro.
Es un ejercicio que no sé si es innato o se aprende, pero que me alegro de poder hacer. Algo que te aporte un extra de aprovechamiento de las experiencias.
Darmstadt, seguro, tiene un casco histórico con muchas más curiosidades que contar de las que viví.
Llega el autobús. Hasta la próxima, Darmstadt.
Entre mirada de lluvia por la ventana y cada ojeada de las pantallas para no liarla con la terminal en la que bajarme, vi que entre las noticias aparecía una noticia sobre el lanzamiento de #SolO.
Me bajé donde me tocaba y comencé con la liturgia del control.
Todo en orden. El bicho todavía no estaba catalogado como pandemia, así que fue un control al uso. Bueno, no…
Sin ser una hora muy temprana, me ocurrió algo que no me había pasado nunca.
Recogí mis bártulos de la cinta, y después del registro de pie, el señor requirió en perfecto y amable alemán que me sentase y me quitase las botas.
Una respuesta del tipo “ok” por mi parte habría sido suficiente para que no pasara de ahí la cosa.
Sin embargo, ahí de pie, mi cerebro me jugó una mala pasada.
Y como hace dos años acabé mi curso de 4º de alemán, durante 2 segundos descifré lo que me había pedido y rebuscaba en mi memoria las palabras para responderle y practicar algo de lo que aprendí.
Eso hizo que durante 2 interminables segundos el tipo aguantase su cara frente a la mía con gesto de “¿por qué no dices ni haces nada?”.
Era un peazonegro algo más bajo que yo, pero el doble de ancho, y hoy sé que su paciencia no va más allá de los 2 segundos.
Me soltó un “Ok… GOOD MORNING TO YOU” que todavía me desvela por las noches.
El bicho tampoco controlaba el tráfico aéreo. Aunque lo que sí afectaba a eso era Ciara. El vuelo se retrasa, al menos 40 min. dicen las pantallas.
Ya dentro, decidí desayunar en un mini-foodtruck, no recuerdo de qué marca, pero sí recuerdo que la pobre chica que atendía no tenía ni un taburete para sentarse tras la barra.
Eso en una zona sin mucho trajín del gigantesco aeropuerto de Frankfurt se traduce en que siempre trabajará sola, y en que si quiere ir al baño -como ocurrió mientras me tomaba mi café- tenía que cerrar con llave el truck. Al menos lo tenía cerca.
Hacía tiempo que no volaba en business (y lo hice por imperativo temporal: era lo único que quedaba cuando hice el segundo cambio de billetes).
En situaciones así, una vez dentro del avión, te das cuenta de que hay dos tipos de usuarios de business:
el que va siempre en business
el que solo va si está obligado
Y se nos nota quién es quién.
Lo único que aportó mi viaje ahí fue asegurarme no tener que mandar la maleta a la bodega.
El vuelo salió 1/2h tarde, pero no fue tanto como para que perdiera el enlace de Madrid a Bilbao, así que sin más, llegué a la capital del mundo con lo típico que suele recibirte, sobre todo si es febrero: agua cayendo del cielo.
Con ese vídeo doy por finalizado mi resumen de una experiencia única que jamás olvidaré. Empezó la cosa a lo tonto, y acabé en la ESA viendo en directo el lanzamiento de un cohete con una sonda rumbo al sol. Thank you @esa and @esaoperations#SolarOrbiter#WeAreAllSolarOrbiters
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10 de agosto de 2020. 2:45h. a.m. Observatorio de Arecibo (Puerto Rico). Uno de los tres cables de acero de 3 pulgadas de diámetro que sujetan la estructura central se rompe y cae descontroladamente en plena madrugada.
Durante la liberación de todas las fuerzas resultantes, varios paneles de la suspendida Cúpula Gregoriana resultan dañados y la plataforma de acceso a la cúpula queda boca abajo.
La siguiente parada en ese repentino descenso hacia el suelo es el plato reflector que recibe las ondas del espacio profundo y el choque metálico deja una cicatriz de unos 30 metros en la semiesfera de paneles perforados de aluminio de 1x2 m.
La Mars Science City esta planeada para el desierto, cerca de Dubai, con el fin de ser un espacio en el que desarrollar tecnología para colonizar Marte. #hilo#ciencia#espacio
El estudio de arquitectos Bjarke Ingels (BIG) ha diseñado un prototipo de ciudad para que los humanos puedan vivir en Marte, y adaptado al desierto.
El diseño está hecho de biocúpulas, cada una de ellas cubierta con una membrana de polietileno transparente.
Hace algún tiempo me preguntaron, en una conversación entre amigos, sobre la vida en Próxima-b y sobre cómo habían desaparecido los dinosaurios, porque lo del meteorito era poco creíble (ejem...🙄). #hilo
Básicamente le expliqué que era poco creíble si estás acostumbrado a ver en el cine glaciaciones que se desarrollan en 48 horas...
... detecciones de asteroides que impactarán sobre la Tierra en menos de un mes, o recreaciones por ordenador que aceleran el time-lapse para transmitir todo lo que se quiere contar en apenas 5 minutos.