Thread by @diasasaigonados

Hoy el Gobierno ha presentado el plan
de desescalada: fases y fechas con ejemplos, documentos por sectores económicos y actividades cotidianas, todo condicionado a cómo evolucione la enfermedad. Se ha insistido en que Sanidad especificará en los próximos días más aspectos.

Entiendo que por redes se establece una competición que premia a ver quien es más incisivo y ocurrente. También en esta situación donde siguen muriendo 300 personas al día.
Twitter, hoy reino de la postilla al plan, criticaba hace unos días que no hubiera un esquema con fechas.

Supongo que lo que más me jode es la gigantesca hipocresía en todo esto. ¿Quieren ir a casa de la familia, amigos, chatis de tinder o del camello? Qué se lo impide, si ya muchos lo están haciendo en su misma ciudad. Sabemos cómo, no es tan difícil.
Pero no va de eso.

Va de responsabilidad pública. De ciudadanía. De cuidar a los nuestros y no provocar un nuevo rebrote o una crisis económica que nos hunda en la miseria.
Y sí, estamos nerviosos, cansados.
Pero hay que gestionar algo inédito para 47 millones de personas. Cada uno con sus cosas.

Parece mentira que tantos que por aquí se definen como comunistas y partidarios de planificar la economía, reaccionen con ese individualismo puntilloso a una necesaria planificación de la vida civil. Se nota que el siglo del YO sigue palpitando con taquicardia.

Hay cientos de técnicos en cada ministerio trabajando en los detalles, pero todo está mal porque en la rueda de prensa siempre se puede encontrar una contradicción a un esquema general para obtener unos cientos de rts.
A mí esto me amarga. No lo entiendo. Después de lo sucedido.

Sobre todo cuando algunos hemos perdido bastante en este confinamiento que por profesión nos podíamos haber saltado sin demasiados problemas.
Yo también hace siete semanas que no veo a mi familia. Viven a 20m en tren. Y estoy harto de estar solo. Triste. Cansado. Hecho una pena.

Esto no tiene que ver con una defensa del Gobierno, sinceramente. Trato de no sentirme demasiado gilipollas por haber hecho lo debido, perdiendo partes esenciales de mi vida, para que ahora acabemos en el "qué hay de lo mío".

De la prensa de derechas ya ni hablo. Esto es directamente demencial y en el fondo bastante triste.

Y poco más. Lo único que me anima es que creo que la ciudadanía es bastante más generosa y responsable que esta representación digital de gente que se besa en el espejo después de cada tuit.
Espero.
Que les vaya bien. Paso de esto por unos días.