1) Me preguntan un par de amigos que por qué dije el sábado en el programa que estaba pesimista, cuando soy un optimista patológico. En realidad, estoy pesimista desde el viernes, cuando vi al Partido Popular a la defensiva en Madrid, a raíz de la polémica del cambio de fase.
2) Tenemos un gobierno cuya negligencia y cuyas mentiras han provocado 41.000 muertos, han causado el contagio de 48.000 sanitarios y van camino de generar una ruina de la que aun desconocemos su magnitud, pero que va a ser muy superior a la de cualquier otra crisis anterior.
3) Y en esas condiciones, el principal partido de la oposición no solo es incapaz de poner contra las cuerdas al gobierno, de exigir su dimisión de la mañana a la noche y de animar a aquellos sectores salvables del PSOE a dar un paso al frente…sino que encima se deja acogotar.
4) Si, con la que está cayendo, el PP está a la defensiva y no es capaz de poner contra las cuerdas a este gobierno, quiere decir que tampoco va a ser capaz de plantar cara cuando la situación económica colapse y Sánchez-Iglesias intenten huir hacia adelante a la bolivariana.
5) De ahí mi pesimismo. Nos ha tocado la peor crisis, con el peor gobierno y con una oposición dirigida por un partido con vocación de oposición. Con lo cual, el escenario a la venezolana, que siempre lo había descartado, empieza a no parecerme ciencia-ficción.
6) Lo que me lleva al pesimismo no es que el gobierno recuerde cada vez más a Maduro; contra eso se puede combatir. Lo que me inquieta es que el PP me recuerda cada vez más a la MUD venezolana, que con su oposición fingida o blandita ha sido el mejor aliado de Maduro.
y 7) Así que, por primera vez, estoy empezando a pensar que estamos bien jodidos.
