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EFECTO MARIPOSA:
Si en un sistema se produce una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación se podrá generar un efecto mayor en otra parte del sistema.
LA HISTORIA de cómo un bloqueo marítimo en Holanda arrasó la ciudad de Las Palmas
Hilo ⤵
Corría el año 1598. El monarca español Felipe II acababa de morir en San Lorenzo del Escorial.
Su hijo Felipe III subía al trono de España.
No solo heredaba la corona, también guerras como la de Flandes que se eternizaban en el tiempo sin un claro final. Image
Un croquis aproximado de lo que ocurría en Flandes era el siguiente:
Provincias como Gante, Ostende, Bruselas o Amberes permanecían leales a España, mientras que las de mayoría calvinista como Holanda, Zelanda o Utrecht luchaban por ser independientes de Castilla.
Estas provincias sublevadas se organizaron en lo que se llamó "Las Provincias Unidas" para aunar fuerzas en su lucha contra España, siendo su primer Estatúder (lugarteniente en neerlandes) Guillermo de Orange.
En 1584, su hijo Mauricio de Orange tomó el mando. ImageImage
España intentaba beneficiar a las provincias leales, produciendo allí tejidos o material bélico que después se vendía en el resto del Imperio.
Mientras que las provincias insurgentes se mantenían gracias a su pujante flota comercial. Image
El comercio entre España y Flandes siempre fue excelente, incluida Canarias.
Decenas de barcos holandeses y zelandeses llegaban a las islas para comerciar con el azúcar y el vino de malvasía que se producían en nuestra tierra y distribuirlos por toda Europa. Image
Pero en 1599 se produjo un hecho desastroso.
Mauricio de Orange mantenía la guerra viva contra Castilla atacando ciudades leales al monarca español.
Para darle un escarmiento, Felipe III prohibió comerciar a las provincias holandesas sublevadas con el resto del imperio. Image
Sin el comercio como principal fuente de ingresos Holanda entraría en una gran crisis económica.
La respuesta de Mauricio de Orange no se hizo esperar.
Su idea fue organizar una importante escuadra aprovechando su flota comercial, para atacar dominios españoles por mundo. Image
Pero el ataque iba mas allá de hostigar las costas españolas.
Los holandeses fijaron como objetivo atacar bienes, capturar población para el cobro de rescates y ocupar de una manera difinitiva algunos puntos estratégicos del imperio español con parada final en América. Image
Para llevar a cabo el asalto, colocaron al mando de la escuadra al almirante Pieter Van Der Does, noble holandés y Señor de Lieden, que había servido en la marina holandesa con anterioridad. Image
Tal día como hoy, 25 de mayo de 1599, los barcos comenzaron a concentrarse en el puerto de Flesinga (Vlissingen) en la provincia de Zelanda.
72 navíos componían la armada, agrupadas en tres escuadras que llevaban por insignias banderas naranjas, blancas y azules Image
Como almirante de la primera escuadra, con insignia naranja, Pieter Van Der Does abordo del navío Orangieboom (el naranjero).
La escuadra blanca estaba capitaneada por Jan Gerbtantsz y la azul por Cornelis Geleyntz. ImageImageImage
El número de hombres que iban a embarcar era de 12.000, de los cuales 8.000 eran tropas de desembarco, incluidas diez compañías de infantería, que llevarían el peso de la campaña, a los que se añadían varias divisiones de mosqueteros. ImageImage
Desde el amanecer del 25 de mayo, los navíos fueron cargados con gran cantidad de víveres, ya que su meta final serían las indias españolas.
También se cargaron buques con ladrillos y sillares, para fortificar cualquier plaza que se le arrebatase a España. Image
EL Duque de Medina Sidonia, alertado por el gobernador español en Dunkerque, da aviso por carta a varios territorios españoles, incluida Canarias "en las yslas de Olanda y Zelanda se arman ciento y tantos navios para venir contra las islas, especialmente la de Tenerife" Image
También por conducto particular, salen hacia Canarias varias notas de mercaderes de La Laguna, Garachico y Las Palmas que tenían corresponsales en Flandes advirtiéndoles "que pusiesen su hazienda en cobro"
Hoy 28 de Mayo de 1599 partió la armada de PIETER VAN DER DOES hacia los dominios españoles del Atlántico.
Dos objetivos: hacerse con el mayor botín posible y arrebatarle a España sus posiciones más estratégicas. Image
El puerto inglés de Plymouth sería la primera parada de los holandeses, donde permanecerían fondeados.
Inglaterra conocía los planes de Mauricio de Orange y les apoyó con logística.
10 años atrás, Holanda había prestado apoyo a Inglaterra frente a la Gran Armada de Felipe II Image
El 30 de mayo se recibieron en Gran Canaria las noticias sobre la expedición holandesa.
Según escribió el obispo de Canarias, las islas no se conmovieron del todo pues consideraron "que tan grande armada sería de mucha costa para el interés que de estas islas se podía sacar"
A pesar del optimismo, totalmente infundado, de los responsables civiles de las islas, se llevaron a cabo inspecciones de las principales instalaciones militares.
En Gran Canaria, su capitán general Alonso Alvarado acordó la inspección de las tres fortificaciones principales
Las fortalezas de La Luz, Santa Ana y San Pedro, así como las trincheras de Santa Catalina y del itsmo de Guanarteme.
A todas se les dotó de armamento nuevo, pólvora y munición. ImageImageImage
Se dió orden de tener instruidas a las 5 compañías de soldados de la ciudad de Las Palmas y dar aviso a las milicias del interior de la isla, advirtiéndoles de la necesidad de tenerlas en la ciudad a la primera señal de alarma.
En Tenerife, el capitán Pedro Lasso dió orden de visitar las fortalezas de Santa Cruz y dotar en la plataforma de La Cuesta de varios cañones para cerrar el paso a la capital de la isla, San Cristobal de La Laguna. Image
Dos semanas después de partir de Zelanda, la escuadra de Van der Does llegaba el 11 de Junio a la ría de La Coruña. Estaban ante el primer ataque a un puerto español.
La ciudad estaba defendida por dos fortalezas, San Antón y San Pedro, una a cada lado de la bahía. ImageImageImage
Desde los castillos y la ciudad empezaron a disparar los cañones; también lo hicieron los galeones que estaban fondeados en el puerto.
Por su parte, los holandeses prepararon sus brulotes, que eran viejas naves que prendían fuego con la intención de destrozar el puerto Image
Pero tuvieron que desistir ya que el viento soplaba en contra.
Según los cronistas holandeses, desde la ciudad se dispararon más de 200 cañonazos.
Los oficiales de Van der Does se reunieron con él en el Orange, y decidieron desistir de intentar un desembarco.
A las 10 de la noche del 11 de junio de 1599 decidieron levar anclas y salir de la bahía por el bombardeo constante desde la ciudad. Ante la falta de viento y dada la peligrosidad del momento los holandeses tuvieron que remolcar los barcos con los botes para salir a mar abierto.
La escudra dobló el cabo de Finisterre hacia su siguiente objetivo: Cádiz.
La conclusión del primer ataque era clara. Las ciudades españolas estaban avisadas ante la llegada del holandés.
La captura de territorio español iba a ser muy complicada. Image
En su llegada al sur peninsular, Van der Does mandó navíos a inpeccionar las inmediaciones de Sanlucar de Barrameda. Igual que había pasado en La Coruña, pudieron comprobar que también se habían preparado para la llegada de la escuadra. Image
Los planes no estaban saliendo como se había planeado. No habían podido tomar tierra en suelo español.
En la reunión de capitanes en el buque Orange se tomó la decisión de olvidarse de las ciudades continentales.
Se fijó el siguiente objetivo.
CANARIAS. Image
Cinco días de navegación les esperaban por delante hasta el archipielago canario.... Image
Los holandeses divisaron la costa de Lanzarote el 25 de junio de 1599.
Navegaron por la costa oeste de Fuerteventura para poner rumbo a su primer objetivo; Gran Canaria. Image
Los cronistas holandeses que viajaban en los navíos nunca tuvieron muy clara la cartografía de las islas, ya que hablaban de "Allagoena" como la capital de Gran Canaria.
Así aparece en el grabado de Pieter Bor, que ilustra la narración de Michiel Joostens del ataque. ImageImage
Todo ello podría demostrar que la ciudad escogida como la meta de la expedición era la capital tinerfeña, ya que el nombre Allagoena en neerlandes como ~ALaguna~
El sábado 26 de junio se cumplieron los peores presagios. A las 4 de la mañana los vigías de la atalaya de las isletas divisaron la escuadra más poderosa que jamás había surcado las aguas de la isla. La formación navegaba lentamente dirección a la bahía de Las Palmas. Image
Desde la fortaleza de la Luz se disparó un cañon para despertar a la ciudad. Encendieron en la atalaya de la isleta un gran fuego para avisar a los demás vigías de la isla. Las 5 compañías de la ciudad se reunieron rápidamente en la plaza de Santa Ana Image
Las milicias del resto de las isla debían marchar directamente al puerto. La estrategia del gobernador Alvarado era evitar a toda costa el desembarco del enemigo, tal como se hiciera con Francis Drake 4 años antes. Llegó el momento de defender el puerto. Image
Las dos fortalezas de la bahía estaban preparadas. En La Luz estaba el alcaide genovés Antonio Joven y en Santa Ana, Alonso Venegas, ambas con soldados del rey y guarnición del Cabildo (60 hombres en cada torre) además de 9 cañones Image
El operativo canario lo formaban unos 900 hombres que tenían que defender unos 6 km de costa. La distribución era: La torre de Santa Ana en la muralla de la ciudad (actual parque San Telmo) le seguían al norte la compañía del campo, campesinos sin formación militar
En la caleta de Santa Catalina (alcaravaneras) una compañía militar de la ciudad. Soldados de artillería en la punta de Santa Catalina (base naval) junto con los mandos de la isla, Alvarado y Pamochamoso. Algo mas al norte las compañías de Teror, La Vega y Arucas
Por último, en el istmo se situaron soldados de marina y una compañía de artilleros en las trincheras y muy cerca de la ermita de la Luz, las milicias de Telde y Agüimes. Existe un mapa de situación de la defensa que es una auténtica maravilla ImageImageImageImage
Y LLEGÓ el ataque. A las 9 de la mañana los naviós holandeses enfilaron la punta del palo hasta situarse en la bahía y comenzaron a disparar sus cañones durante mas de dos horas contra la línea de costa y sobre el castillo de la Luz, que respondió como pudo al ataque Image
Mientras los barcos mandaban una lluvia de proyectiles, unas 150 lanchas de desembarco se dirigieron hasta el embarcadero del puerto (actual calle Tenerife) Allí se encontraron con la compañía de artilleros apostados en las trincheras, que lograron frenarlas ImageImage
Los holandeses se retiraron e intentaron un segundo asalto, esta vez a la cala de Santa Catalina (alcaravaneras) Pero la playa era la zona mejor defendida; los canarios dejaron confiarse a los holandeses y ya cerca de la arena descargaron sobre ellos una lluvia de cañonazos ImageImage
Desde los barcos se continuaba bombardeando la costa. Y se produjo un hecho fatídico. El alcaide de La Luz, tras recibir algún cañonazo, dio orden de abandonar la plaza de armas y refugiarse en su interior. Se decisión dejó si la mejor defensa de la bahía.
El tercer intento se produjo en el roque de Santa Catalina (base naval) Allí estaba Albarado con las compañías de Arucas y Teror. Parapetados detrás de las dunas, los rechazaron con arcabuces y alguna pieza de artillería. Van der Does dio orden de vuelta a los barcos ImageImage
Durante algunos minutos se festejó desde la costa como el triunfo definitivo, pero nada más lejos de la realidad. Van der Does había rehecho la formación y señaló el siguiente punto de asalto. La costa situada al sur de la ermita de la luz (hoy entre Luis Morote y Gomera) ImageImage
Esta zona no estaba defendida ya que estaba sembrada de escollos y bajas. Nunca se consideró accesible para un desembarco. Van der does confirmó además que el castillo de la Luz no estaba apoyando la defensa.
Alvarado advirtió el movimiento holandés y se dirigió hacia la zona con las compañías de Teror y Arucas. Las lanchas holandesas lograron llegar a la costa, tirándose los soldados al mar aún con el agua por la cintura. La lucha sería a pecho descubierto
Los primeros momentos fueron muy duros. Se lograba matar a los holandeses que conseguían llegar a tierra pero Van der Does ordenó seguir presionando porque los milicianos canarios que luchaban desde la costa los hacían al descubierto, sin obstáculo natural donde protegerse Image
La metralla holandesa sembró de muerte la zona. Este lugar se conoció después como la punta de la matanza) Se calcularon unas 150 bajas por parte española. El capitán Alonso Alvarado cayó herido. Pamochamoso ordenó retirada hasta las trincheras de santa Catalina Image
Había quedado libre el istmo de Guanarteme. Van der Does lo aprovechó y ordenó el desembarco de sus tropas que se desplegaron en los arenales de la bahía. Pamochamoso ordenó un ataque desde Santa Catalina, pero ya era demasiado tarde.
Era la una del mediodía. Se recordará por darse la orden definitiva de evacuación a la ciudad. Se había perdido la bahía y el puerto. La retirada fue un infierno; los navíos disparaban a los soldados en su huida hasta la puerta de Triana. Image
A media tarde y mientras continuaba el desembarco de 8.000 soldados holandeses en tierras grancanarias, Van der Does dió sepultura en la misma playa a sus soldados muertos en el desembarque.
A continuación, el almirante holandés fijó su mirada en el castillo de la Luz y en los soldados que permanecían atrincherados. El capitán Van Verloo amenazó con volarla y pasar a cuchillo a todos el que no se rindiera. Igual que en la batalla, el alcaide no opuso resistencia Image
Fueron apresados, maniatados y enviados como prisioneros a los navíos. El asombro de los holandeses no tuvo límites al comprobar el número y calidad de los cañones y la abundancia de munición. Ahora servirían para el ataque a la ciudad
Mientras tanto, en Las Palmas se ordenaba el desalojo de ancianos, mujeres y niños dirección a la Vega a Teror y a Moya. La ciudad solo contaba con la muralla norte y la que subía hasta San Francisco. Se temía un ataque desde el oeste si el enemigo enfilaba por Tamaraceite. Image
Al final de la tarde, los holandeses empezaron a maniobrar. 5 escuadrones formaron hacia la ciudad provistos de picas, arcabuces y mosquetes. Desde la Torre de Santa Ana el Alcaide Alonso Venegas les seguía el paso.
Cuando los holandeses llegaron a San Lázaro, Venegas disparó una lluvia de proyectiles desde los cañones de la torre, matando a gran parte de los soldados situados en la vanguardia. La matanza fue terrible, La compañía de Verloo quedó sin soldados. Image
La primera noche fue aprovechada por los holandeses para establecer todo tipo de trincheras y parapetos en el arenal de San Lázaro (entorno de la calle Juan XXIII) Mientras en la ciudad se enviaron los pocos refuerzos que habían al entorno la muralla. Image
* Apunte* Como comenté anteriormente, Van der does ordenó que se diese sepultura a sus soldados en la bahía de Las Palmas. ¿Sabemos algo de ellos?
En el año 2000 en unas obras en la calle Rosarito, cercana a la ermita de la Luz (zona de desembarque) aparecieron 2 cuerpos Image
Eran dos individuos varones de entre 22 y 35 años. Por la disposición de los huesos y el sedimento que los cubría, los antropólogos llegaron a al conclusión que los hombres se encontrarían envueltos en una especia de recinto contenedor (armadura, ya perdida) ImageImageImage
Uno de ellos tenía un fractura en la tibia producida justo antes de su muerte, El estudio de sus miembros superiores concluyó que ejercieron en su día grandes trabajos físicos en sus brazos. Eran además robustos y de gran desarrolla muscular. Image
Se encontraron también unas esferas de plomo, una de ellas alojada en la cavidad intestinal y dos en la región coxal. También a la altura de su cadera se encontraron otras esferas de plomo pero esta vez asociadas a una especie de bolsita de cuero Image
bolsa que se utilizaba amarrada a la cintura donde guardeban la munición que iban utilizando. La bolsa también se conservó. Las medidas de las bolas de plomo confirmaron que eran de arcabuces del siglo XVI ImageImage
Se encontraron junto al cuerpo 2 monedas de plata, emitidas en los territorios del norte de Europa bajo dominio del emperador Carlos V. Una de las monedas fue acuñada en Flandes entre 1545 y 1553. Estamos ante los primeros soldados holandeses encontrados en la isla. Image
La mañana del 27 de junio, Van der Does comenzó su segundo asalto a la ciudad. Esta vez ordenó el ataque sobre tres flancos diferentes. El primero compuesto de varios escuadrones se dirigió a la puerta de Triana, en la muralla para intentar derribarla. Image
iba al mando del capitán Gerardt Storm Van Weenen. Recibieron el fuego cruzado desde el fuerte de Santa Ana y de piezas de artillería del cubelo (actual Castillo de Mata). De nuevo volvió a quedar el campo lleno de cadáveres de soldados holandeses.
*Foto del cubelo en MATA. Image
El segundo flanco estaba compuesto por 300 mosqueteros de Van der Does, que avanzaron por detrás del hospital de San Lázaro para ganar el camino del cubelo en Mata. Pamochamoso mandó a la compañía de Gáldar, dirigida por Francisco de Carvajal que les obligaró a retirarse.
lEl tercer flanco del ataque fue por los riscos de la ciudad. 500 soldados holandeses subieron por el cerro de San Lázaro para atravesar el barranquillo de las Rehoyas con el objetivo de intentar un primer ataque al Risco de San Francisco.
La reiteración de los ataques holandeses por los ricos de la ciudad, movió a las autoridades a trasladar efectivos desde la muralla en la zona de costa hasta Mata y San Francisco. Image
El resto del día fue un intercambio sin descanso de fuego entre ambos bandos, que ya empezaba a notarse en los sillares de la muralla. Mientras, en la ciudad, se seguían trasladando a la Vega gran cantidad de objetos de valor y archivos para ponerlos a salvo.
La mañana del 28 de Junio, en el tercer día de asedio a la ciudad, los canarios pudieron comprobar desde la muralla los movimientos de los holandeses durante la noche. Las trincheras habían sido mejoradas y los parapetos reforzados.
Van der Does había ordenado trasladar toda la artillería procedente del castillo de La Luz que serviría ahora para atacar a la ciudad. Dirigió 8 piezas contra la torre de Santa Ana, 3 contra San Francisco y 2 contra la puerta de Triana. Image
Durante 5 largas horas los bombardeos sobre la ciudad no cesaron. Poco a poco la muralla iba perdiendo trozos, que obligaba al desalojo esas partes destrozadas. Pero a las 11 de la mañana ocurrió algo que cambiaría todo.
La plaza de armas de la torre de Santa Ana saltó por lo aires debido al intenso bombardeo, dejando inutilizados los cañones y muriendo 10 hombres. Los soldados comenzaron a desalojar la torre pese a los intentos del Alcaide Venegas que pedía seguir defendiéndola Image
EL frente se desmoronaba por completo. La puerta de Triana, aunque astillada paracía aguantar, pero el espectáculo a su alrededor era dantesco. A penas 100 hombres aguantan en las líneas de defensa de la ciudad.
El desalojo de Santa Ana fue el presagio del triste final que le aguardaba a la ciudad. De repente el frente se vació de hombres que corrían por Las Palmas buscando las salidas hacia el interior de la isla, incluso hubo que parar algún saqueo de los que escapaban.
Pamochamoso dió orden de sacar de la ciudad los archivos de la Real Audiencia y que salieran en camellos hacia La Vega. Mandó abandonar la ciudad de Las Palmas, algo impensable solo 3 días antes. Había caído la capital de la isla.
Los holandeses entraron en Las Palmas por varios puntos. La muralla fue ganada con escaleras. Con la marea baja, los escuadrones entraron por la playa del torreón y los 2500 mosqueteros que habían subido por la dehesa de Tamaraceite descendieron por el Risco de San Francisco
El almirante Van der Does colocó tres banderas del Príncipe de Orange en su entrada a la ciudad. Una en el risco de San Francisco, otra en la Muralla y la última en el castillo de Santa Ana. Se había consumado la conquista de Las Palmas. Image
Los holandeses encabezados por el almirante DOES y sus capitanes JAN GERBRANYSZ y CORNELIUS GEYNTZ, desfilaron por la calle mayor de Triana seguidos por sus escuadrones portando sus estandartes y blasones al son de los tambores. ImageImage
En la plaza de Santa Ana tomó posesión de la ciudad en nombre de Mauricio de Orange. Las Palmas se convertía en la primera ciudad de los Estados Generales neerlandeses fuera del continente. Image
Se ordenó el despliegue de artillería por las entradas y salidas de la ciudad. También colocaron centinelas para controlar cualquier movimiento español. A continuación autorizó el saqueo de la ciudad, aunque los cronistas holandeses escriben que no se pudo encontrar gran cosa.
Los soldados fueron ocupando las casas del barrio de Vegueta mientras que Van der Does, según dos versiones diferentes, utilizó la vivienda de Cairasco de Figueroa (hoy desaparecida donde está la alameda de Colón) o el palacio episcopal. Image
Mientras tanto, las autoridades canarias fueron llegando durante la tarde a la Vega, por el camino que salía por San Roque. Pamochamoso se reunió Con Alonso de Alvarado, que se recuperaba de sus heridas en el desembarco holandés.
Se decidió que la estrategia a seguir sería hostigar día y noche al enemigo e intentar sembrar el pánico entre los soldados holandeses apostados en la ciudad. Empezarían esa misma noche.
Al día siguiente, 29 de junio, desde La Vega se mandaron cartas a Tenerife avisando de lo que estaba pasando en Gran Canaria. Debían dar aviso tambien al resto de islas occidentales y de la peligrosidad de la armada holandesa. Image
También se redactó una carta a la corte dirigida al monarca Felipe III que terminaba así “..el enemigo queda apoderado de la ciudad y nosotros con el sentimiento que es razón y animados a defender el resto hasta perder nuestras vidas” Image
Las cartas hacia Tenerife y a la península salieron por barco desde el fondeadero de El Juncal en Agaete. ImageImage
A media mañana se presentaron en La Vega dos soldados del Castillo de la Luz que habían sido hechos prisioneros por los holandeses en el desembarco, con una carta del almirante Va Der Does.
En la carta se comentaba el porqué del asedio a Las Palmas, explicando como el Rey de Castilla robaba a los vasallos de de los Estados Generales de la baja Alemania y como estos habían decidido vengarse mandando una armada a destruir cuanto fuese posible del reino español
y terminaba pidiendo que se eligieran algunos hombres para parlamentar acerca del rescate. Se decidió que la carta no tuviese respuesta para intentar ganar tiempo y reclutar hombres en la isla para la lucha.
Durante todo el día se siguieron haciendo pequeñas incursiones para saber en qué lugares habían colocado los holandeses a los centinelas que vigilaban la ciudad. incluso hubo alguna pequeña refriega con algún grupo de mosqueteros que osaban subir por el camino de San Roque.
Alguna anécdota de la estancia de los holandeses en Las Palmas fue que la Catedral de Santa Ana se convirtió al culto protestante durante esos días, donde los soldados y marineros holandeses iban a escuchar misa.
No creo que hayan muchas Catedrales Católicas con este detalle. Image
El día 30 de junio se decidió mandar a dos personas a parlamentar con Van der Does y entretenerlo ya que se tenía notificación que una flota a las Indias haría una parada en su viaje en Gran Canaria.
Cairasco de Figueroa y el regidor Antonia Lorenzo fueron los elegidos.
Van der Does les presentó la propuesta de rescate:
400.000 ducados en moneda de oro y en reales de a ocho y 10.000 ducados CADA AÑO mientras los Estados Generales poseyeran cualquiera de las islas de Canaria.
En esta carta queda claro que Holanda pretendía apropiarse de Canarias
Ese mismo día se le mandó respuesta al almirante comunicándole que la isla no disponía de dinero para el rescate.

Las compañías de Guía y Gáldar fijaron su posición en las casas de Gaspar Ardid con centinelas mientras que Pamochamoso lo hizo a la entrada del monte lentiscal. Image
Durante los días 1 y 2 de julio existió algo parecido a un armisticio entre holandeses y españoles.
El 1 de julio por la mañana, Van der Does volvió a enviar dos prisioneros para parlamentar. Pero esta vez con amenazas de atacar el interior de la isla de no existir un rescate
El 2 de julio hubiese pasado sin nada importante que reseñar de no ser por que durante la madrugada, Jerónimo de la Milla y el alférez Mújica oyeron de repente desde los altos de San Roque ruido de tambores llamando a formación, de los cuales dieron aviso a La Vega.
Aunque debido al calor reinante (el día 2 y 3 se presentó en la isla la calima) nadie creyó que el enemigo remontase por el camino real a tafira. Image
A la 11 de la mañana del 3 de julio los centinelas dieron la voz de alarma. Una poderosa formación holandesa, con unos 4000 hombres y divididos en 5 escuadrones marchaban por el camino de la Vega a su salida de las Palmas.
Los centinelas colocados en San Roque dieron la voz de alarma para que las fuerzas españolas se replegaran en las afueras del Monte Lentiscal (por aquella época un tupido bosque de lentiscos).
La mañana era calurosa y el sol abrasador. La calima recorría todos los puntos de la geografía insular. Las tropas holandeses acostumbradas a las brumas del norte de Europa marchaban jadeantes y sedientas con su pesadas armaduras soñando con sombra y descanso.
Al llegar a Tafira baja, el comandante Gerardt Stoem Van Weenen mandó detenerse y dispuso mosqueteros en la vanguardia y retaguardia prevenido contra cualquier sorpresa. Los canarios habían cortado el agua de la acequia real que discurría por las inmediaciones.
Guiados por varios de los prisioneros, los holandeses se introdujeron en el frondosísimo Monte Lentiscal sin percatarse de que a cierta distancia se encontraban algunas tropas canarias, conocedoras del bosque. Los mosqueteros de la vanguardia caminaban recelosos.
Dentro del bosque, los soldados pudieron contemplar la acequia rota, mientras la sed los consumía. EL general Storm decidió hacer una parada dentro del bosque, para explorar la zona con unos 1000 hombres antes de seguir avanzando.
Mientras tanto las compañías de Gáldar y Guía que estaban apostadas a la entrada del Monte lentiscal caminaban delante de las holandesas casi a modo de señuelo. Los holandeses envalentonados continuaron su camino bosque arriba hasta llegar a Tafira Alta.
La estrategia española estaba clara. Las compañias que hacían de señuelo a los holandeses debían ser vistas por el enemigo, para empujar a estos hacia el punto elegido por Pamochamoso para el ataque sorpresa.
Este punto era un cerrillo volcánico del bosque denominado el batán. (hoy en día este punto se encuentra pasado es el Km 9 de la carretera de Santa Brígida) que tenía a sus pies el gran bosque de lentiscos y acebuches.
Alertados de la llegada de los holandeses, pero estando estos aún estos dentro del bosque, las tropas de Pamochamoso que estaban en el cerro del batán comenzaron a tocar tampores durante un largo rato. Image
Estos sones marciales llegaron a oídos de los holandeses estando en el paraje que después se conocería como la cruz el inglés. Temerosos de una emboscada por la frondosidad del lugar hicieron un alto al ver indecisos a sus capitanes.
*Foto actual del lugar. ImageImage
Una milicia canarias, que desde un primer momento se situó dentro del bosque lentiscal a ambos lados del camino se apresuró a atacar por los flancos a la vanguardia holandesa. Unos pocos hombres dentro de un bosque, en una emboscada parecen miles. Image
Los primeros soldados holandeses retrocedieron atemorizados cundiendo el pánico en las filas enemigas que salieron en desbandada ladera abajo a pasar de los intentos del capitán Diricksen de contenerlos.
El sargento Heredia seguía con sus hombres atacando por los costados a las tropas de Van der Does. Que iban dejando diseminado por el campo un reguero de hombres y armas. Ahora era el momento de atacar a los hombres de Pamochamoso.
En grueso de las tropas canarias, unos 500 hombres fueron en persecución de los holandeses que, desfallecían agotados en la huida. En esta primera contienda fueron muertos unos 60 mosqueteros holandeses. Image
una vez fuera del monte Lentiscal, las tropas enemigas consiguieron emprender más ordenados la huida hacia Las Palmas, sin embargo se dejaron atrás a una compañía que con ánimo de pillaje había descendido hasta el Dragonal. Sobre ellos saltaron los hombres... ImageImage
...de Pedro Torres. Fue aquella una auténtica cacería. El conocimiento del terreno por parte de los naturales hizo que muchos holandeses quedasen atrapados en los riscos del Dragonal resbalando por la ladera abajo yendo a estrellarse contra las rocas.
Se hicieron 10 prisioneros holandeses. Las tropas canarias dieron sepultura a otros 150 en las inmediaciones. (Todavía hoy se ha intentado sin éxito la búsqueda del cementerio de los holandeses en las inmediaciones del monte lentiscal)
Una de las banderas que se recogieron de los holandeses lo hizo el capitán de la compañía de Teror Baltazar Arencibia, que le hizo bordar una imagen de la Virgen del Pino en su interior.
El sistema que había elegido Pamochamoso salió a la perfección. Esconderse del enemigo para no descubrir sus escasas fuerzas. La estratagema de los tambores y banderas que pararon el avance de los holandeses. El ataque entre árboles y matorrales...
… con gritos y ruidos ocultado al enemigo la verdadera fuerza, contribuyeron a la victoria en la batalla del Lentiscal.
La entrada en Las Palmas de los holandeses arrastrando a muertos y heridos llenó de alarma a los capitanes apostados en la capital. Van der Does ante el mal cariz que tomaban los acontecimientos ordenó inmediatamente la evacuación de la ciudad
No sin antes dirigir la feroz destrucción de la ciudad únicamente con un afán destructivo y no de provecho. Todavía muchos historiadores se preguntan el porqué de está acción de Van Der Does, absolutamente desmedida y fuera de lugar.
La quema de la ciudad empezó por la Catedral, a la que le quitó el reloj y las campanas, que fueron embarcadas aquella misma noche, llevándose los archivos de la catedral (que nunca aparecieron para ser devueltos).
Después entraron en cada convento e iglesia de la ciudad y como buenos calvinistas hicieron pedazos todos los altares y retablos de gran valor artístico, púlpitos, pilas bautismales, coros, capillas....
Con todos esos pedazos de madera del arte más valioso y de valor incalculable de la ciudad hizo una pira que prendió hasta el amanecer del día siguiente.
El despojo continuo con el palacio Episcopal, la audiencia, el cabildo y las principales casas de la ciudad. También fueron derruidos todas las torres defensivas de la ciudad con barriles de pólvora. Los holandeses se llevaron 32 cañones en total.
Los españoles se quedaron esa noche a las puertas de la ciudad, contemplando la destrucción de los holandeses sin poder actuar a sabiendas de sus pocos recursos en hombres para parar aquella locura y enajenación de Van der Does.
Al amanecer del 4 de julio, Pieter Van der Does, junto con su plana mayor, dio orden de abandonar Las Palmas, aunque dejó a 1 escuadrón incendiar la ciudad por los cuatro costados, incluyendo ahora los caseríos de Vegueta y Triana.
Estas columnas de humo hicieron removerse al pacence Pamochamoso y decidió entrar en la ciudad sin pérdida de tiempo, para impedir la completa destrucción de la ciudad. Los pocos holandeses que quedaban huyeron y los pocos que ofrecieron resistencia, murieron. Image
La huida de estos últimos holandeses de la ciudad fue tan apresurada, que muchos dejaron sus armas y armaduras en las casas de Vegueta donde habían morado estos días atrás.
En la playa, las embarcaciones llevaban a los neerlandeses a las navíos, cada vez iban quedando menos en la costa. Pamochamoso lo tuvo claro. Era el momento de amagar con atacarlos. Los holandeses acabaron dejando parte de la artillería robada en la arena de la bahía.
Las tropas de Gáldar y Guía volvieron a restituir las banderas y enseñas de su compañia y la “bandera general” en las torres de Santa Ana y San Francisco, mientras que la compañía de Agüimes hizo lo propio en la muralla de la ciudad. ImageImage
Una compañía española se apostó en San Lázaro para controlar las intenciones de los holandeses, que ya estaban embarcados en sus navíos, pero aún fondeados en la bahía capitalina.
La escuadra de Van der Does estuvo fondeada en la bahía desde el 4 al 8 de julio, días que utilizaron para la reparación de algunos navíos y lanchas de desembarque.
Después zarparían hacia el resto de las islas, ya bien avisadas de las verdaderas intenciones de Van der Does.
Para la próspera ciudad de Las Palmas de G.C de 1599, el ataque de Van der Does supuso uno de los mayores desastres ecocómicos de su historia. Tardaría 100 años en recuperarse de aquel desastre. Durante los siguientes siglos perdió su hegemonía como puerto principal en Canarias.
Hegemonía que solo recuperaría en el archipielago con la construcción del puerto de La Luz y de Las Palmas en 1883. Image
Pero quizá, y solo es opinión, el dato clave para entender el horror que supuso para nuestra capital el ataque del holandés Van der Does fue como, una ciudad que antes de la llegada de los holandeses, comenzaba a expandirse extramuros, construyendo casas, hospitales y ermitas..
... volvió de nuevo a refugiarse entre sus murallas por el miedo a los piratas durante los siguientes ¡¡¡300 AÑOS!!! cortando de raíz lo que estaba siendo un floreciente crecimiento.
Afortunadamente hoy en día volvemos a ser la ciudad abierta al mar que siempre fuimos Image
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