Thread by @pppenaloza

De nuevo se desata la pelea por la medalla de plata, por el subcampeonato, es decir, el pulso por el control de la oposición. Aquí me referiré a dos casos recientes y muy distintos:
- 2014: López-Machado-Ledezma vs MUD-Capriles.
- 2018: Falcón-Maduro vs G4.
Pase y vea...

1) "La Salida" representó un desafío en toda regla a la MUD y Capriles, principal referencia de la oposición en ese momento. López, Machado y Ledezma se unieron y levantaron contra la línea política que venía trazando la MUD, apostando por una vía insurreccional.

2) Aunque decía tener como objetivo buscar una "salida" a la crisis política, este movimiento terminó generando tensiones y choques en el seno de la oposición. Quedaba claro que existían dos corrientes enfrentadas y eso tuvo consecuencias en la conducción de la oposición.

3) Recordar que en medio de aquella lucha interna, Voluntad Popular recogía firmas por una Constituyente y restaba importancia al Parlamento, que hoy es presidido por uno de sus diputados. Luego, salió RG Aveledo de la MUD y con el tiempo esa plataforma se debilitó y desapareció.

4) Si "La Salida" representó un movimiento impulsado por un sector de la oposición para tomar las riendas y cambiar el rumbo de la política opositora, 2018 trae un hecho realmente llamativo: un dirigente opositor se apoya en el régimen para tratar de alcanzar el liderazgo.

5) En contra de la línea de la oposición mayoritaria -que controla el Parlamento-, Falcón se lanza con un discurso que rápidamente identifica a su verdadero adversario: el G4. Así se enfocaba en criticar a esos partidos por extremistas y poco dedicaba a fustigar a Maduro.

6) Era imposible que esa "elección" la ganara Falcón, quien literalmente venía de ser aplastado en su supuesto patio en las regionales de 2017. Pero el objetivo no era Miraflores, sino tratar de convertirse en el líder de la oposición y proyectar su figura.

7) Aquí pasa algo curioso, por cierto: Falcón culpa al G4 de su derrota. Es decir, la culpa no es de una pésima campaña ni de la incapacidad del candidato de convencer, unir y movilizar a partidos y base opositora, sino del G4. Él, al parecer, estuvo perfecto.

8) El 20 de mayo, Falcón salió a cantar fraude -cosa criticada por algunos de sus asesores- y promete acciones contra aquel atropello. Al final, todo se limitó a un recurso ante este TSJ y no hubo ni siquiera una explicación a la opinión pública. Se pasó la página y listo.

9) Con la instalación de la llamada Mesa de Diálogo Nacional (MDN) se profundiza la relación entre este sector de la oposición y el régimen. Con la intención de minimizar a la AN y al G4, Maduro monta en el ring a estos grupos con los que comparte discurso y enemigo.

10) Un buen ejemplo fue la gira de la MDN, donde repetían las mismas líneas: la culpa es de una oposición extremista, radical, entregada a Estados Unidos, que niega la vía del acuerdo y la concordia. En síntesis: no se trata de cambiar de gobierno sino de oposición.

11) La designación del CNE -pasando por encima de la AN y la Constitución- marca el punto más alto de esta alianza, que ya promete modificar el sistema de votación con el fin de "recuperar" y "reinstitucionalizar" a la AN. Aunque la AN es el único poder reconocido como legítimo.

12) Mientras, en el G4 temen "desaparecer" por dos vías:
- La persecución del chavismo.
- Los efectos de no participar en una elección. Dirigentes que advierten que no participar debilita a los partidos, desmoviliza a la población y deja espacios que serán llenados por otros.

13) Este punto es importante: reivindicar el voto no es de "colaboracionistas". La fuerza social de la oposición solo se expresa en toda su magnitud en elecciones. Y el reclamo original es por "elecciones libres". La clave: voto para el cambio, no para la cohabitación.

14) En medio de la confusión e indefinición del G4, la llave Falcón/MDN-Maduro avanza. Para el chavismo es negocio: no solo busca crear la imagen de división, sino que apuntala un discurso: no es el imposible cambio inmediato, es la falta de "acuerdos".

15) No se trata de "infiltrados" o "vendidos", descalificación que impide debatir a profundidad las opciones sobre la mesa. Sino de observar el surgimiento de una especie de oposición "oficial" que necesita de Maduro para abrirse espacios (ya lo hizo en el CNE).

16) Al margen del análisis de las estrategias, queda claro que azuzar la pelea por la medalla de plata favorece a quien está montado en el podio de Miraflores. Sin mayor representación en la AN y votos, pero con el apoyo de Maduro, se plantea una nueva batalla por la oposición.