Capítulo XXII
Dejamos a nuestro héroe, Don Perejil Primero, Morenarca de Pejetitlán de los Chocolates Rosario, entrampado en un decálogo para que sus aldeanos buenos y sabios pudieran sortear la gran pandemia de Las Cacas Locas, nombre
(Hilo)
Como siempre, los detractores del buen Perejil, se habían burlado de sus científicas admoniciones y lo traían de puerquito en un periodicucho local que se llamaba “Twister”, o “Tu y Tere”, o
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He aquí que se apersonó en un sanatorio que
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In de minjuail,
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Se cumplió el capricho de la Princesa Caramelo y tanto la directora del Instituto, como el crítico fueron suspendidos, se va a contratar otro crítico que no sea tan gacho, y
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Al mismo tiempo, en la otra pista del circo, a la Sheriff del buen hacer en la corte, Irma Hermelinda y al ubicuo Jon Aker Wan Kenobi les descubrieron propiedades no congruentes con sus ingresos históricos, lo
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Al final la justiciera veloz de la corte se aventó una revolera y dijo que sus casas no eran blancas, que eran azulitas y moraditas, por lo tanto no calificaban como delito. Los demás nobles del reino
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Ya por no dejar, les informo que la pandemia ya
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Los aldeanos siguiendo el ejemplo de Perejil asistían a sus compromisos como si no hubiera virus, vistiendo
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Si la crónica es de su agrado, plis RT (ando como Chicaspeare), y ayuden al ego de este fraile deslenguado.