Ok. Hablemos del revocatorio. Hoy Maduro dijo que en 2022 podía darse un referendum para sacarlo del poder. "Si el pueblo decide que tengo que rime, lo haré, pero democráticamente". Ya hay quienes le han tomado la palabra. Veamos un poco de historia reciente. Comienza un hilo. 
A pesar de faltas iniciales de uniformidad de criterios en la oposición, en 2015 se asumió la ruta parlamentaria, con éxito para la MUD, y en 2016 se anunció que se activarían distintos caminos, incluyendo el revocatorio.
La MUD había dicho antes de asumir la AN que todo dependería de que los dejasen legislar. Pero el chavismo nunca quiso entenderse con un parlamento dominado por la oposición con 2/3, y lo bloqueó. El 11 de enero el TSJ declaró a la AN en "desacato". Tenía 6 días de instalada.
En 2016 se comenzó a caminar hacia el revocatorio. Apenas en marzo se denunciaron las primeras trabas, pues el CNE le daba largas a la entrega de los formularios para la recolección del 1% inicial de firmas. Por cierto, la AN trabajaba en una Ley de Referendo en mora desde 2000.
En abril, el CNE dijo que solo ellos podían legislar en materia de referendos, y no la AN. Durante +15 años el CNE nunca presentó proyecto para esa ley, pero cuando la AN presentó uno, lo bloqueó. Han pasado más de 4 años y el CNE nunca presentó proyecto. La mora tiene 20 años.
Según el argumento del CNE entonces, la Ley Electoral de 2009 se aprobó en la AN controlada por el chavismo sin acatar sus lineamientos, pero Tibisay Lucena no reclamó ni exclusividad ni violación de la ley. En esta oportunidad sí. Así, el CNE ponía más obstáculos a lo electoral.
En abril se recogieron las firmas necesarias para activar formalmente el revocatorio contra Nicolás Maduro. La oposición afirmaba que había logrado reunir más de 1,3 millones de firmas, que presentó ante el CNE. El CNE hizo una criba y llamó a "validar" de nuevo, en junio...
En junio, la oposición consiguió las firmas que exigía el CNE. @el_pais reportaba que se había conseguido la validación de 409.313 firmas, el doble de lo exigido por el CNE, a pesar de trabas del organismo que ubicó máquinas en lugares hostiles para opositores, por ejemplo.
Por cierto que en el gobierno se ordenó perseguir a quienes hubiesen firmado por el revocatorio, un derecho constitucional, y trabajasen para el Estado. Aunque Jorge Rodríguez decía que solo era para cargos "de confianza", se denunciaron cientos de despidos de trabajadores.
En octubre el TSJ finalmente paralizó el revocatorio. Lo hizo porque tribunales penales de cinco estados dijeron que había irregularidades. El CNE afirmó que primero debía resolverse ese asunto antes de continuar el proceso. Los tribunales congelaron los casos. Nunca decidieron.
El canal @teleSURtv, un instrumento de propaganda del chavismo, explicaba que los estados "deberán repetir esa primera etapa". Pero como los tribunales penales dejaron en el limbo esa causa, esa recolección nunca pudo retomarse. El chavismo cerró la puerta a una salida electoral.
Ahora el asunto vuelve a ponerse en la palestra, pues Maduro afirma que "si recogen las firmas, podremos ir a un revocatorio" y "si el pueblo decide que debo irme, lo haré". Pero no se trata de que el pueblo decida, sino de que lo dejen decidir.
Fin.
Fin.
