Para empezar, debemos decir que el fútbol en la isla de Irlanda comenzó prácticamente a la par que en toda Gran Bretaña, comenzando en el Ulster y disceminándose por todos lados en la década de 1880. 
Por ende, estuvieron desde el inicio del fútbol organizado disputando partidos a nivel internacional, siendo parte del Home Championship, un torneo que jugaban junto a Inglaterra, Escocia y Gales. Con estos últimos luchaban por no ser los peores, aunque en 1913-1914 campeonarían.
Este título ganaría relevancia con los años, ya que sería el único obtenido por una Irlanda que seguía siendo justamente eso, una. Los pies de Billy Gillespie (leyenda del Sheffield United) serían claves para esto.
Entre 1919 y 1921 se dio inicio a lo que se llamó como la Guerra de la Independencia, en donde la isla se dividiría del Reino Unido, aunque al finalizar se firmó un tratado en donde la parte norte de la misma podría volver a ser británica, cosa que eligieron.
Eso llevó a una más que dolorosa Guerra Civil, cuyo fin sería el que conocemos: actualmente tenemos a la República de Irlanda, el cuál es un país independiente, y a su par del norte, que es una parte más del Reino Unido (para resumir y no hacer un mega hilo de esto).
Ya como nación independiente, el equipo del Trebol disputaría los JJOO de 1924, donde derrotaría a Bulgaria con gol de Paddy Duncan, el cuál sería el 1° gol internacional de este nuevo país. En cuartos lucharían bien, pero caerían en suplementario ante Países Bajos (1-2).
El nivel de Irlanda sería bajo desde entonces, disputando como torneo importante solo los JJOO de 1948 en Londres, aunque serían invitados a la Copa de la Independencia de Brasil en 1972, un certamen que también tiene una buena historia. Pero lejos estaban de soñar con Mundiales.
Esto se debía, en parte, al fuerte nacionalismo irlandés. Muchos hijos o nietos de estos vivían en Inglaterra o Escocia, pero no se los dejaba participar del seleccionado (o se usaban de manera escasa), mientras que la liga local lejos estaba del primer nivel.
Esto comenzaría a cambiar en 1973 con la llegada de Jonnhy Giles como jugador/entrenador. La ex leyenda del Manchester United y del Leeds aprovecharía la "Granny Rule" de la FIFA para llamar a "foraneos" a competir y así hacer más fuerte a la selección.
¿Qué es esta regla? Este es el Artículo 18 de la FIFA, el cuál dice que cualquier persona que sea ciudadado naturalizado de un país, en virtud de las leyes de ese país, será elegible para jugar en un equipo nacional o representativo del mismo"
soccer-ireland.com/irish-football…
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El primero en ser elegido bajo esta norma fue Shay Brennan del Manchester Utd, quién debutara con Irlanda en 1965, aunque Giles comenzaría a explotar esta norma, bajo el concepto de que los necesitaba para hacer de la selección un conjunto más potente.
Uno de los beneficiados, por ejemplo, sería Michael Robinson, ya que su madre era irlandesa de tercera generación, y había obtenido la ciudadanía para que su hijo también pudiera calificar para esto. Una visionaria.
thelinebreaker.net/farewell-micha…
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Sin embargo, el gran cambio lo darían, paradójicamente, con un inglés como entrenador. Y es que Jack Charlton llegaría tras el desastroso paso de Eoin Hand (apenas 28.2% de victorias) y este aprovecharía al máximo el artículo 18, cambiando la historia de la selección para siempre
La gente de @Cultura_Redonda contaría a la perfección este proceso: a Jack, ya solo por su origen, lo odiaban. Y eso sin ser un mal entrenador (sus pasos por Middlesbrough y Sheffield Wednesday lo amparaban). Pero este venía a tocar las fibras sensibles.
culturaredonda.com.ar/primaveras-irl…
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Su discurso fue fuerte: "Si quieren que gane, necesito a los mejores. Y los mejores no están aquí, están en Inglaterra o Escocia. Pero si no quieren, armaré una selección con jugadores de la liga irlandesa y no ganaremos nada".
El primer gran evento para probar si Jack tenía razón eran las eliminatorias para la Euro 88. Y el grupo no era fácil: Bélgica (semifinalista del Mundial 1986), Bulgaria (con una generación emergente y octavofinalista en México), Escocia (también) y Luxemburgo. Clasificaba uno.
Las eliminatorias no comenzaron bien, ya que si bien venció a Escocia como visitante, empataria con los mismos y con Bélgica y perdería con Bulgaria. Pero tras un 0-0 con los belgas llegarían 3 triunfos (dos a Luxemburgo y uno a Bulgaria) para soñar.
Los irlandeses llegaron al final con 11 puntos, pero a Bulgaria le quedaba medirse como local ante Escocia, ya eliminada. Si ganaban iban ellos a la Euro. Pero Gary Mackay se convertiría en héroe al marcar a los 87' para los escoceses, que ayudaban a los vecinos a hacer historia.
El grupo parecía imposible, pero ellos dieron el golpe venciendo en la primera fecha a Inglaterra por 1-0. ¿El gol? Raymond Houghton, nacido en Escocia y que militaba en el Liverpool. El nacionalismo rabioso comenzaba a caer. ¡Los de afuera también sentían la camiseta verde!
Tras ese impulso comenzarían venciendo a la URSS con gol de Whelan, aunque Protasov marcaría el empate, dejando todo para definirse en la última jornada. Los Países Bajos necesitaban ganar para clasificar y a Irlanda le servía el empate. Iban bien, pero Kieft marcaría el 1-0...
La tristeza fue absoluta: habían estado a minutos de eliminar a la enorme Naranja Mecánica. Pero ya se los volverían a encontrar...ahora era tiempo de pensar en clasificar para el primer Mundial de su historia.
A diferencia de la Euro, esta vez clasificaban dos al máximo torneo. España era el gran favorito, mientras que Hungría e Irlanda del Norte (morbo a más no poder) parecían más accesibles. Malta cerraba el grupo.
Pero la historia comenzó mal: 0-0 en Belfast, caída 2-0 en Sevilla (Manolo y Butragueño) y 0-0 en Budapest. 2 puntos, 0 goles a favor y 2 en contra. Pero había algo positivo: todos estos duelos habian sido como visitantes. Tocaba hacerse fuerte en el mítico Landsdowne Road 🏉
Michel, e/c, le daría el triunfo a Irlanda por 1-0 ante España. Cascarino sería clave ante Hungría, en el 2-0. Este diría en su autobiografía que no era irlandés, ya que su madre, años más tarde, le diría que era adoptado. Pero nadie puede discutir que no haya dejado todo.
El partido clave sería el clásico, el cuál no resultaría un problema: 3-0 y a festejar. Los niños irlandeses podrían, por fin, juntar figuritas con las caras de sus ídolos de la selección. A estas alturas Charlton había dejado de ser un paria para ser el gran ídolo nacional
La preparación fue positiva: vencerían a la URSS, Gales y Malta y empatarían ante Finlandia y Turquía. Meses antes habían empatado ante Alemania Federal y Francia. A Italia arribarían con 13 partidos invictos
El primer rival, nuevamente, volvía a ser Inglaterra. Era un rival sumamente conocido, ya que no solo los habían derrotado en la Euro, sino que, además, casi todos jugaban allí. Solo Byrne (Le Havre), Aldrigde (Real Sociedad) y Bonner y Morris (Celtic) estaban en otras ligas.
Lineker marcaría el 1-0 y parecía que la historia se invertía, pero Kevin Sheedy, a los 73', pondría el empate final. ¿Donde había nacido el del Everton? En Builth Wells, Gales.
Egipto parecía un rival más accesible, pero al final estos (que le habían sacado un empate a Países Bajos) lograrían dejar todo en tablas, generando una última jornada de infarto, ya que todos estaban igualados con 2 puntos...
El último partido era ante el campeón Europeo y candidato a quedarse con el título. Eran Staunton, Houghton y Aldridge ante Gullit, Rijkaard y Van Basten. Y los Naranjas comenzaban ganando 1-0, aunque Niall Quinn lograría el gol de un nuevo empate, uno insólito.
Y es que estos dos rivales, tras el triunfo de Inglaterra, quedarían segundos e igualados en todo, por lo que debieron ir a sorteo para ver quién quedaba segundo y quién tercero. Esto era clave, porque el 3° se mediría ante Alemania...
Irlanda ganaría el sorteo y eso lo haría evitar a los germanos, aunque Rumania tampoco sería un rival sencillo. Al final, el encuentro sería trabado y nadie se sacaría ventajas. El 0-0 obligó a los penales, donde Bonner le taparia el remate a Timofte para volver a hacer historia
El país explotó. Irlanda, la eterna relegada, había doblegado su orgullo nacionalista y eso daba sus frutos. Lamentablemente esta historia vería su fin en el Olímpico de Roma, con una local ganando 1-0 con tanto del Toto Schillaci. Pero nadie les quitaría lo bailado.
Irlanda, tras esto, creería en sus posibilidades. Su mejor época continuaria, clasificando a los Mundiales de 1994 y 2002 (octavos de final en ambos) y, en la actualidad, se meterían en las Euros del 2012 y 2016. Ahora esperan para ver si se meten en la del 2020.
¡Y llegamos al final de una nueva historia! Les pido como siempre un RT y que me digan que otras historias quieren conocer. Como les dije antes, en las siguientes semanas veremos a Israel (1970), Zaire (1974) y El Salvador (1970), aunque se vienen los 90 años de Uruguay 1930...
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