Thread by @andres_trasado

Los millennials de hoy tienen la mente abducida por Netflix, pero hubo una época en la que EL CINE era un ARTE INMORTAL. Hoy, millennials indocumentados, voy a hablaros de una de joya del cine CLÁSICO, que no por desconocida es menos buena.
Permitdme que os descubra Casa Blanca

En 1950, harto de que todas las películas fueran de Charlot, Michael Curtis decidió inventar el género obra maestra. Así creó Casa Blanca, basada en la novela homónima titulada de otra forma, con Humprey Bogart en el papel de Bogart e Ingmar Bergman en el papel de Chica.

Casa Blanca basaba su atractivo no tanto en lo que contaba sino en lo que insinuaba, el trasfondo que apenas esbozan, las historias en común que han vivido todos los personajes. Tenía por tanto su propio trasfondo narrativo, lo que hoy se conoce como Lorre

Casa Blanca cuenta la historia de Rick Cafe, un detective americano de vuelta de todo que ha decidido retirarse del mundo para librarse de la mili en la primera guerra mundial. Para ello se auto exilia en Casa Blanca, un caluroso pais ficticio que recuerda mucho a Murcia.

En Casa Blanca Rick regenta un local de ocio nocturno donde traficantes, nazis, falsificadores, policías corruptos y pianistas conviven en armonía mientras no falte el whisky. Hasta que viene una chica a molestar.

La película se rodó en blanco y negro por decisión del director Michael Curtis. “Si vamos a hacer una película buena” dijo Curtis “hagamos que parezca una película buena. Hagamosla en blanco y negro”

Todo empieza con la llegada una vieja novia de Rick, Ilsa. Se amaban, pero la guerra les separó. Que es lo malo que tienen las guerras. Te quedas con el recuerdo de lo bonito, los combates, los tiroteos épicos... Pero la guerra también tiene cosas malas, como perder a la novia.

Rick ha evitado la lucha en la guerra mundial tanto como ha podido pero Ilsa ha estado en primera línea, tanto que en Europa la conocen como Ilsa, la Loba de la SS.

Ingmar Bergman luce preciosa, aunque sigue encasillada en el papel de chica. Su personaje vuelve a Casa Blanca no para reecontrarse con Rick sino para decirle que se ha casado con otro que es mejor, más guapo, más alto y con más sombreros. Rick no le da like a nada de esto

Ilsa y Rick es verse y querer abrazarse hasta tener hijos. Pero el marido de Ilsa, Victor Laslov, es por lo que sea, contrario a la idea de que su mujer se acueste con otros. Un excéntrico, diriamos.

Victor es reacio a quedarse en Casa Blanca, hasta que ve que en el karaoke tienen La Marsellesa y es de los que se vienen arriba enseguida con dos cervezas y un micrófono.

Ilsa no sabía que el bar era de Rick. De ahí que un Rick derrotado por los recuerdos y la nostalgia del amor que fue suelte su célebre frase “ No habrá bares, hostias, no habrá bares que se tienen que venir al mío. Es que hay que joderse” Los diálogos de Casa Blanca son oro.

Para financiar la cinta Michael Curtis tuvo que utilizar el truco del Product Placement. Jonathan Warner Bros llegó a un acuerdo con un concesionaro de coches y eso dio pie al nombre de los distintos personajes: el policía Renault, el empresario Ferrari y el mayordomo Seat Panda

Ilsa recuerda el erasmus en Paris:
Ilsa: Nos vimos por última vez el día que los alemanes ocuparon París
Rick: Los alemanes iban vestidos de gris y tú ibas vestida de azul
Ilsa: Iba vestida al principio jajaja
Rick: LOL XD
Victor: De qué habláis?
Ilsa: De nada.
Rick: De futbol

Ilsa acude a Sam, el viejo pianista del local, interpretado por Louis Armstrong, y le dice que toque. Después de un intercambio muy incomodo Ilsa le explica que se refiere al piano.

En Casa Blanca Sam es como el spotify de la época, cuando los personajes están tristones le buscan para que le pongan canciones bajoneras. En un primer montaje Sam solo tocaba temas de Alex Úbago, pero la censura de la época no lo toleró.

Pero otros peligros acechan a Rick en Casa Blanca, como el oficial nazi Mayor Strasse, para el que se consideró a Christoph Waltz. En un momento dado el oficial nazi quiere detener a Rick por ayudar a los aliados y Bogart suelta su célebre coletilla "¡Estrasse Quieto!"

Ilsa finalmente decide que prefiere quedarse con Rick que es más aventurero y quita los usb sin desconectarlos primero y Victor, según dice la propia Ilsa en uno de los diálogos más recordados, es “de mucho lirili y poco larala”

Rick le dice que ya verán, que la quiere mucho pero que ya tiene la casa a su gusto y los canales ordenados como a él le gustan. Que lo va a pensar y que ya le dice él a ella lo que tiene que hacer y sentir. Y ella dice que vale, que es lo natural.

Rick sabe que que Ilsa es el amor de su vida pero que ella ama a su marido y esto solo es el espejimo de una pasión. Rick decide hacer lo correcto y apartarse. Como él mismo explica mientras la célebre música de Morricone se alza “Quizás sea un cabrón, pero no soy un puto cabrón”

Rick se lo confiesa todo en el aeropuerto. Diálogo para la historia del cine
- Pero por whatsapp dijimos...
- Por whatsapp dijimos muchas cosas. Dijiste que yo tenía que pensar por los dos y eso he hecho
- Pero Rick escucha...
- No, me escuchas tú a mi...

-...¿Tienes idea de lo que te espera si te quedas aquí? ¿Tu sabes el calor que hace aquí en verano?
- Dices eso para que me vaya
- Lo digo porque es cierto. Es un calor húmedo. Y es cierto también que perteneces a Victor, se casó contigo, es tu dueño...

-...Si ese avión despega y no estás con él lo lamentarás porque las maletas ya están abordo. Tal vez no ahora, tal vez ni hoy ni mañana, pero más tarde, a las 18.00.
- ¿Nuestro amor no importa?
- Nos podemos mandar fotos por dm

Rick renuncia al amor. Renault se acerca y los dos se van abrazados bajo la niebla
- Sabe, Renault? Creo que este podría ser el comienzo de una bonita secuela.

Por desgracia, la buddy movie de acción planeada como secuela nunca llegó a rodarse y cambiaron el diálogo original

Casa Blanca es un drama del género obra maestra. Directores como Ciudadano Kane se inspiraron en ella para sus películas. Un clásico que no solo supera la calidad de la novela original, sino que nos demuestra que el buen cine, si es bueno de verdad, es de hace mucho tiempo.