2 de julio de 2020. Seguimos ruta por la historia del turismo y el ladrillo, el clavo al que lleva agarrada España 60 años. #PlayaBurbuja
Si en los 60 Maestre se hizo con el proyecto de La Manga, otro amigo de la dictadura, Banús, apostó por Marbella.
HILO_2👇🧵
Si en los 60 Maestre se hizo con el proyecto de La Manga, otro amigo de la dictadura, Banús, apostó por Marbella.
HILO_2👇🧵
En los 60, Marbella, con su microclima entre el mar y la Sierra Blanca, llevaba décadas siendo un reducto al margen de la economía y la moral que asfixiaban al resto del país. Había sido un imán para los bolsillos más llenos y dispuestos a gastar dinero en lujos de la posguerra
A pesar del empeño en identificarla con un pequeño pueblo pesquero, mucho antes de que Banús o Hohenlohe pisaran su primer yate, de que un financiero de la Familia Real saudí buscase un sitio donde hacer una inversión inmobiliaria en España, Marbella era esto
Los primeros altos hornos de España no iniciaron su producción ni en Gijón ni en Avilés. Fue en el siglo XIX en Marbella. El suelo marbellí se repartía entre el núcleo urbano y las grandes residencias de ingleses, alemanes y de familias como los Heredia.
Se abrieron enclaves siderúrgicos, como el de La Concepción y El Ángel, donde trabajaban miles de empleados. Eso ya definió el reparto de la ciudad: por un lado el núcleo urbano y por otro los propietarios de grandes extensiones de terreno.
Años 40 del siglo XX. Ricardo Soriano Sholtz von Hemensdorff, marqués de Ivanrey, identificado por no pocos como el coleccionista de vello de pubis que inspiró el personaje del Marqués de Leguineche en La escopeta nacional, invita a Marbella a su sobrino, Alfonso de Holenlohe.
Hohenlohe era lo más. Príncipe, de ascendencia alemana, ahijado de Alfonso XIII. Lo de él y Marbella fue amor a primera vista. Es el sitio perfecto para darse al hedonismo puro. El cortijo original de la finca se convierte en un club social. Pronto se queda sin alojamiento.
En 1953, amplía dependencias construyendo un hotel de 18 habitaciones alrededor de un patio central. Acaba de nacer el mítico Hotel Marbella Club. (Fotografía del Servicio Oficial del Ministerio de Información y Turismo)
Marbella empezaba a ser lo que se venía a la cabeza al decir Marbella antes de Gil y Roca. Von Thyssen, Gunilla von Bismarck, Audrey Hepburn, los duques de Windsor, el Príncipe Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, Ava Gardner, Cary Grant, Laurence Olivier, Teddy Kennedy…
Marbella era el coto de la gente más adinerada, que llegaba huyendo de lo ocurrido en Torremolinos. El turismo de masas estaría muy bien para la economía pero no iba con ellos. Exigían que se hubiera aprendido la lección.
Mayo de 1962. Edgar Neville, el cineasta, el escritor, el falangista converso que tanto se había esforzado por disipar las dudas del franquismo para que lo reconocieran como uno de los suyos y seguir con su buena vida, describe en ABC el gueto de lujo que hace años es Marbella:
"Lo malo es que no hay mendigos y apenas existen pobres de verdad. Hay gentes modestas pero el pobre de otras regiones no se da aquí y las muchachas están disgustadas por no poder organizar funciones benéficas. (...)"
"Había un pobre pero cuando fueron a buscarlo acababa de vender un campito que tenía junto a la playa en tres millones de pesetas y ya tenía para fumar".
"Lo que estamos tratando es de llevar a cabo una tómbola a beneficio de Onassis, para que pueda hacer un viaje por el Mediterráneo. Siempre da gusto proteger al que puede mostraros su agradecimiento".
Neville en estado puro.
Neville en estado puro.
A finales del año siguiente de estas palabras de Neville, otras muy diferentes se publican en el Boletín Oficial del Estado. El Ministerio de Información y Turismo, con Fraga a la cabeza, aprueba los Centros de Interés Turístico Nacional.
Áreas que tendrán su plan de urbanismo y todo un abanico de ventajas para sus privilegiados propietarios. Todo lo que estorbase a los CITN podría ser eliminado, expropiado o trasladado, incluidas las industrias que estuvieran en suelo que se quisiera destinar a levantar hoteles.
Hasta 1975, se aprobaron 78 Centros de Interés Turístico Nacional, muchos de sol y playa pero también estaciones de esquí. Se programaron más de 22.000 hectáreas de suelo con una capacidad de 890.000 plazas turísticas. En este mapa puedes ver el número de plazas por cada centro.
Los proyectos parecen pensados para los más allegados al Gobierno de Franco. Uno de ellos es La Manga, que de hecho obtiene varios proyectos y es para Tomás Maestre. Aquí hablábamos en profundidad sobre su historia.
Entre los primeros de la fila está también José Banús. El tarraconense es conocido como el constructor del régimen por excelencia.
Gracias a su amistad personal con Franco, se encargó de suministrar grava a las obras públicas de Madrid posteriores al conflicto y se adjudicó obras como los accesos al Valle de los Caídos, el puerto de Bermeo y varias estaciones de ferrocarril incluida la de Chamartín.
Entre las primeras grandes obras inmobiliarias de Banús no hay nada blanco y exclusivo como lo que hoy viene a la mente al decir su nombre, sino el Barrio de la Concepción y el Barrio del Pilar, en Madrid, este último llamado así en honor a su mujer, Pilar Calvo.
Banús compra los terrenos del Barrio del Pilar cuando están calificados como rústico-forestales. Se reclasifican años después como urbanizables y el propio Banús, que presidirá la Junta de Compensación, va logrando que se modifiquen las condiciones de edificabilidad.
Las viviendas se construyen con muy baja calidad, con trámites de urgencia que se justifican en la necesidad que existe de alojamiento para trabajadores emigrados a Madrid desde otras zonas de España.
Tendrá sus consecuencias. Desde mediados de los años setenta, los vecinos del Barrio del Pilar se quejan de la falta de zonas verdes, polideportivos, colegios, ambulatorios y hablan de la mala calidad del asfaltado, la suciedad de las calles y la existencia de ratas.
Su esperanza está puesta en una superficie cercana de veintitrés hectáreas en la que se podrían habilitar las dotaciones que le faltan al barrio. El terreno se conoce como la vaguada.
Banús vendería el suelo a la empresa francesa La Henin a finales de los setenta y los parques, colegios y centros cívicos acabaron convertidos, ya en los ochenta, en el primer centro comercial integrado en un núcleo urbano, Madrid2 La Vaguada.
Nueva Andalucía, el área de Marbella que adquiere Banús a mediados de los sesenta, recibe el visto bueno como CITN meses antes incluso de que se haya aprobado el reglamento que desarrolla la Ley que creó estos centros.
El Gobierno franquista veraneaba y hacía negocios en la Costa del Sol. Es el caso del ministro de Trabajo del franquismo durante 17 años José Antonio Girón de Velasco y sus negocios inmobiliarios en Fuengirola. La integración con los protagonistas del fenómeno marbellí fue total.
Las crónicas dan fe. Carlos Arias Navarro, presidente del Gobierno, pasaba las vacaciones de Semana Santa de 1974 en el hotel de golf de Nueva Andalucía. Allí tenía de todo, según la agenda que detalla ABC. Podía oír misa por la mañana en la capilla y después jugar al golf.
Conversar con el comisario nacional de Turismo, José Antonio Perona Larraz, acompañado por Alfonso de Hohenlohe a media mañana y almorzar con su familia y José Banús, para dedicar la tarde a descansar (ABC, 9 de abril de 1974).
En los setenta, crisis. Mientras Maestre empieza a pasar serios apuros financieros con su proyecto en La Manga y se gesta allí el desastre, Marbella va a recibir una lluvia de petrodólares que la dejarán al margen de nuevo de la crisis.
"Crema a la reina, langosta del Cantábrico bellavista, silla de Castilla de ternera al asador, espárragos de La Rioja y salsa holandesa, helado, piña, golosinas y café, aguas minerales y jugos de frutas". "Notable victoria política y diplomática de España". (ABC, febrero 1957)
En febrero de 1957, el ABC se deshace en detalles para destacar la importancia de la visita a Madrid de la Familia Real Saudí. Primero el recibimiento en Barajas por el mismísimo Franco, con alfombra roja incluida. Después el encuentro al más alto nivel.
Un vínculo que reforzará y mantendrá el príncipe (y después Rey) Juan Carlos I de Borbón y que verá en Marbella un paraíso en el que fructificar. La Familia Saudí en particular y los jeques árabes en general encontrarán en la Costa del Sol un lugar ya sembrado en el que invertir.
Saud conocerá Andalucía y ya no dejará de visitar la Costa del Sol, entre otros motivos porque allí puede encontrarse con los máximos representantes del régimen. Pero los árabes quieren algo más que diplomacia de sus visitas a España. Quieren pasarlo muy bien.
En plena crisis del petróleo, con el resto del país sufriendo, con otros de los destinos turísticos nacidos de los CITN encaminándose a la suspensión de pagos, Marbella se convierte en foco de inversiones.
El príncipe Saud Bin Abdulla Bin Abdul Randa al Saud llega en verano de 1975 con su séquito al Andalucía Plaza. "Hace correr el dinero por donde pasa. Su última hazaña ha sido consumir dos corderos y medio centenar de perdices en una suite y servida en el suelo" (ABC, 1975),
A pesar de todo, los jeques no están del todo satisfechos con lo que Marbella les ofrece para dejarse el dinero y no dudan en pedir el aliciente que les falta: un casino.
Sus deseos se hacían BOE.
A principios de 1977, con España en pleno giro una vez muerto Franco, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, tiene tiempo de ocuparse de legalizar algo más que el Partido Comunista, los juegos de azar.
"El Gobierno considera la legalización del juego medida adecuada para contribuir de forma destacada al impulso del sector turístico, cuyo peso es tan significativo e importante en el conjunto de la economía del país y cuya reactivación no admite espera", recoge el BOE.
Advierte de que solo podrán beneficiarse quienes obtenga licencia del Gobierno y entre ellos van a estar, de nuevo, Banús en Marbella y Maestre en La Manga.
Ladrillo, playa, amigos de los dirigentes recibiendo los beneficios de una apuesta económica de todo un país... España.
Ladrillo, playa, amigos de los dirigentes recibiendo los beneficios de una apuesta económica de todo un país... España.
La historia es larga. 15.000 km y dos años de investigación para llegar del franquismo a la última burbuja recogidos en Playa Burbuja, un viaje al reino de los señores del ladrillo.
Cómpralo aquí con un 5% de descuento y envío urgente gratis: tienda.datadista.com/products/playa…
Cómpralo aquí con un 5% de descuento y envío urgente gratis: tienda.datadista.com/products/playa…
Porque el ladrillo vuelve y no ha aprendido la lección.
Lee aquí la historia de Franco, Banús y un lugar al margen de España.
Y mañana, tercera etapa.
Que no se borre la historia.
datadista.com/playa-burbuja/…
Lee aquí la historia de Franco, Banús y un lugar al margen de España.
Y mañana, tercera etapa.
Que no se borre la historia.
datadista.com/playa-burbuja/…
