¿Cómo puede el poeta Gatell convocar sin lugar a dudas y con certeza a que se use el cubreboca, sí el totem sagrado por iniciativa no lo hace? Y antes más bien lo repele.
Él se forma del grupo, el grupo se sustenta desde la afinidad en la lealtad incondicional, vuelta servilismo rendida a él.
Sí el totem sacrosanto no considera importante el uso del cubreboca, ¿quién lo desafiará? ¿quién lo confrontará?
A esta altura debe ser ya demasiado evidente: el poeta es intocable. No importa cuantas vidas cueste, no se puede admitir la falla.
Así que, para el poeta este tema ya es de gran relevancia por supervivencia propia.
Para permanecer en el grupo se tiene que aceptar el ejercicio de poder y someterse a ese acuerdo tácito, o se vendrá el riesgo de ser combatido.
La responsabilidad será evadida en tanto la complicidad, el acuerdo tácito, se mantenga.
Por eso también toda la comunicación ha sido contradictoria, inconsistente, confusa.