Hoy es el día más apropiado para un hilo sobre fosas de la Guerra Civil. Pero me gustaría contaros una historia algo diferente. En realidad varias historias, historias que mucha gente desconoce y que la arqueología ayuda a descubrir:-> 
Muchos creen que se exhuman solo fosas de republicanos por ideología. No es así. Las fosas de la violencia revolucionaria se exhumaron en la posguerra. Cuando ha habido solicitudes recientes, se han atendido. En Camuñas se documentaron, en 2010, 50 asesinados por republicanos.->
Se ha generalizado la idea, por la propaganda franquista, de que los republicanos "odiaban la fe" (de ahí la Cruzada). Nada más lejos de la realidad. Los objetos personales más comunes en las fosas de republicanos son los crucifijos y medallas, especialmente de la Virgen.->
Los sublevados castigaban doblemente a los creyentes republicanos cuando les negaban la confesión y los enterraban fuera del espacio sagrado. Una víctima de Retuerta de Bullaque enterrado en cementerio civil llevaba un relicario recuerdo de peregrinación a un santuario mariano->
Tampoco tuvieron los sublevados reparos en asesinar curas cuando se apartaban de la ideología ultraderechista. Por eso mataron al Padre Revilla, que denunció a altos mandos del Ejército durante la Guerra de Marruecos. Murió con un crucijo en la mano.->
No todas las víctimas eran ardientes revolucionarios, de hecho: muchos eran socialdemócratas y liberales, como Amiano de la Iglesia, un empresario de Ávila, que realizó obras de beneficiencia en su pueblo. La derecha liberal fue la gran víctima política de la guerra.->
Se suele decir que la Guerra Civil fue una lucha entre hermanos. Los datos materiales dicen que fue una guerra de clases. La talla media de las víctimas masculinas republicanas ronda los 162 cm. Una talla baja debida a la malnutrición y la vida implacable de jornaleros, obreros->
Los objetos también hablan de las diferencias de clase: de 60 víctimas de violencia revolucionaria exhumadas recientemente, dos llevaban plumas, un signo de estatus. De unos 8.500 republicanos, dos llevaban plumas. En cambio, son frecuentes los lápices.->
Se puede objetar que la muestra de víctimas de violencia revolucionaria es pequeña. Pero los estudios que se están comenzando a realizar sobre los informes forenses de la Causa General franquista (1940-1946) corroboran las diferencias.->
Los objetos nos hablan también de la vida de las víctimas poco antes de morir. Un represaliado llevaba chapas con las que habría jugado en prisión para matar el tiempo. Otro, un anillo de hueso realizado en cautiverio.->
Por los informes de la Causa General sabemos que muchos de los asesinados por los republicanos llevaban bata, pijama, neceser, cepillo de dientes. Prueba de que los arrancaron de sus hogares en plena noche. La vileza no tiene bando.->
Un 4% de las víctimas republicanas eran mujeres. Fueron habitualmente torturadas y violadas. La arqueología ofrece pruebas circunstanciales de ello: a veces las mujeres aparecen sin zapatos, como en Albalate de Cinca, o fueron las útimas en ser enterradas en la fosa.->
Las mujeres eran víctimas por su actividad política o en sustitución de sus familiares varones. Es el caso de Jerónima Blanco, embarazada, asesinada a los 22 años con su hijo de tres, en el Bierzo, porque su marido había huído. La exhumación descubrió sus restos incinerados->
La forma en que se ha sepultado los cuerpos dice mucho sobre quien los inhumó. En Velilla (Valladolid), el enterrador sepultó con respeto a Rafael y sus dos hijos, Zósimo y Felipe, porque los conocía. Colocó una mano del padre sobre Zósimo y otra sobre Felipe.->
Cuando los muertos aparecen arrojados de cualquier manera o bocabajo suele ser porque los enterraron sus asesinos. Una última humillación para sus víctimas.->
Como humillación era desvalijar a las asesinados y después ostentar el producto del saqueo. El caso más común era el robo de relojes, un bien preciado. La arqueología documenta esta práctica: en muchas fosas solo aparecen las cadenas de los relojes.->
El estudio osteológico nos informa sobre las formas de asesinar. Los traumas en los huesos nos dicen si fusilaron a sus víctimas o les descerrajaron un tiro en la cabeza, por delante o detrás. El modus operandi permite reconocer a grupos de asesinos en una determinada zona.->
Pero los huesos nos dicen mucho más: la epifisitis en las vértebras lumbares, típica de la brucelosis, nos ayuda a identificar a quienes fueron cabreros, pues es una énfermedad típica de este oficio. Y la hiperostosis en las falanges, a un alfarero. Nuestros huesos recuerdan-.>
A veces hay huellas de autopsia. Al principio los forenses actuaban de oficio. A mediados de agosto llegaron órdenes para que dejaran de hacerlo. En cambio, las autoridades republicanas ordenaron exhumaciones en 1937 para esclarecer la violencia revolucionaria en Catauña.->
El estado de guerra no acabó en 1939, sino en 1948. La lucha antiguerrillera recuerda a la de fascistas contra partisanos. Guerra sucia: se mata a guerrilleros, familiares, enlaces, vecinos. En Gualchos se exhumó a 11 asesinados por la Guardia Civil en 1947. Dos eran mujeres. ->
Tras la guerra, la dictadura conmemoró a sus muertos. El duelo de los republicanos quedó prohibido de facto. La memoria se refugió en el hogar, el silencio, los objetos. La familia de Pedro Solovilla, asesinado en el 36, conservó durante décadas sus pantalones acribillados->
Las exhumaciones permiten rescatar y dignificar esas vidas silenciadas. También conocer de forma científica el pasado. Este hilo está basado en la tesis doctoral de Lourdes Herrasti (Sociedad de Ciencias Aranzadi), en la que analiza más de 700 exhumaciones realizadas en España.
