Hoy vamos a hablar de dinero. Algunos dicen que Europa nos ha regalado dinero, que somos ricos! Otros, que Europa nos va a obligar a cancelar las pensiones! Es un desastre! Bien, ninguna de las dos es cierta, y las dos lo son, según se mire. Dentro hilo!
Siempre que me hablan de dinero, lo primero que hago es intentar entender cuál es la cantidad, y para qué sirve. Si yo les digo “les doy mil euros”, depende de para qué sean, poder ser mucho, o nada. Si es para comida, es mucho. Si es para un coche, no es nada.
Números, pues: la UE va a repartir unos 750.000M entre sus miembros, para recuperarse del covid. De esos, unos 390.000 son a fondo perdido, y 360.000 son préstamos. A España le “tocan” 140.000M más o menos, de los que unos 72.000 son a fondo perdido.
Pues bien, cuánto son 140.000M? Ejemplos: un hospital cuesta entre 100 (Teruel) y 400M€ (Burgos). Un aeropuerto cuesta entre 250M (Castellón) y 1000M (Ciudad Real). Y España gasta al año 8500M en Defensa, y 47.000M en Educación. Vamos, que 140.000M es bastante dinero.
Pero claro, como he dicho, lo que da la magnitud del dinero es su uso. Y ahí chocan España y Europa, lógicamente. España, como cualquiera, querría mucho dinero, para hacer lo que le diese la gana, y sin tener que rendir cuentas a nadie. A que ustedes querrían lo mismo?
Parte de Europa, en cambio, quiere que el gasto sea supervisado, y sirva para que, en el futuro, estas ayudas dejen de ser necesarias. Como en el cuento de qué vale más la pena, darle a un señor 100€, y que lo gaste como quiera, o gastar los 100€ en una caña y ponerle a pescar.
Y aquí es donde los dos tienen algo de razón. Por un lado España tiene todo el derecho a decir “oye, el covid ha sido un drama monumental, hay millones de personas sin ingresos, necesito regar el país con dinero”. España se parece bastante a una zona catastrófica, la verdad.
Bajo esa lente, parte de este gasto es puramente paliativo: va a tapar el agujero que el covid ha dejado en el país: al confinarnos, muchos negocios no han facturado, lo que ha destrozado las cuentas públicas. Eso es cierto, triste y requiere financiación claramente paliativa.
Pero claro, no es menos cierto que el éxito financiero de los países europeos no es uniforme. Mientras los del norte son capaces de un control presupuestario envidiable, los del sur francamente hemos estado demasiadas veces ya al borde de la quiebra y el descontrol.
Porque estamos en España, un país que no fue capaz de recuperar ni un duro de la anterior crisis con la banca. Un país que en una locura megalómana/comisionista se puso a invertir *a la vez* en la red de AVEs y aeropuertos a mansalva más hinchada de Europa.
Por tanto, tiene lógica que nos quieran aplicar una cierta dirección y ortodoxia financiera. Porque claro, siguiendo el ejemplo del pescador de antes, no es lo mismo ser sostenible, que ser un subvencionado perpetuo.
Un ejemplo de esto son Korea y Japón tras sus guerras. Fíjense en el resurgir de ambas naciones en los 60-70. Son países que, de una derrota tremenda, desplazaron su capacidad hacia la industria, convirtiéndose en líderes mundiales, porque cambiaron. Véase la gráfica: 
Por este motivo, a mí lo de España me pone algo a la defensiva, porque la vida me ha enseñado a desconfiar de la gente que pide dinero: suelen malgastarlo. Un ejemplo: supongamos que mi hija me dijese “papi, dame 500€”. Le diría que no, evidentemente.
Ahora supongamos que dice: “papi, hay un curso de inglés en Oxford, vale 500€" A que no es lo mismo? Una cosa es tener un plan que requiera dinero. Y otra muy distinta querer dinero, para luego pensar el plan. Porque si el plan es el correcto, conseguir el dinero es más fácil.
Conocí una vez a un ejecutivo de la película “El Señor de los Anillos”. Manejaban un presupuesto de $285M. Yo le dije: “debió ser difícil conseguir el dinero” Y me dijo: “qué va, fue trivial, no ves que es la novela más leída del siglo XX? No había riesgo”. Recaudaron 3000M.
Supongo que ven por dónde voy. A España se le va a dar una cantidad inmensa de dinero. Y eso es un riesgo: el riesgo de que no se use bien, y no tenga el efecto transformador que podría tener para el país. Que se use mal y nos convierta en subvencionados perpetuos.
Da la sensación de que con el covid hay prisas. Porque, si no fuese así, lo sensato sería pararse a pensar, reunir unos cuantos expertos economistas, e imaginar qué podría ser este país en 20 años, y qué planes y medidas concretas tienen sentido. Y luego, pedir el dinero.
Porque eso es lo que le viene haciendo falta a este país desde hace años: un plan ambicioso. España es un país cuya industria fue deslocalizada con la globalización, donde sectores enteros desaparecieron al no poder competir con empresas de fuera, y donde lo único que…
… tira del carro significativamente es turismo y construcción. Dos sectores enormes, pero con relativamente poco valor añadido. Y los intentos de romper el modelo de tocho y playa han fracasado: cincodias.elpais.com/cincodias/2019…
Por el contrario, es evidente que el motor económico de un país es el empleo bien pagado. Si la gente cobra y ahorra, gasta y consume. Aporta a los impuestos. Recarga las arcas del estado para pagar pensiones. Si hay empleo y salarios dignos, todo el resto cae por su propio peso.
Entonces, sinceramente me da igual si nos dan 70.000, 90.000 o lo que sea: la pregunta realmente es otra. La pregunta es: cuál sería la mejor reconversión de España que genere empleo y suba salarios? ESO es lo que tendría que pensar realmente España.
Y, si tuviese una respuesta clara a esa pregunta, si tuviese un plan creíble de “vamos a ser los reyes de las renovables”, o del turismo. O de la educación. O del big data. Fuese cual fuese el plan, si fuese contundente con el empleo, pedirle dinero a Europa sería mucho más fácil
Un amigo mío inversor de Capital Riesgo dice que el dinero lo único que hace es acelerar: dale dinero a una empresa que funcione, e irá hacia arriba. Dale dinero a una que sea un desastre, y acelerarás su caída. Por eso es bueno meter dinero cuando se tiene un plan, no antes.
Con lo cual, sí, Europa nos está dando una oportunidad de oro: la oportunidad de hacer un salto adelante. Como el que hicieron los USA en el New Deal en los 30. Como el de Korea tras la Guerra. Como el de Singapur bajo LKY. Pero no tengo claro si los estamos afrontando bien.
Que se hable tanto de dinero, y tan poco de planes, me hace sospechar que no hay planes, y que ahora se harán aprisa y corriendo. Y que por tanto ese dinero no tendrá el impacto que podría haber tenido. Y, si es así, a ver quién va y le pide a Merkel más.
