Thread by @iampaolamedina

«El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido pero no derrotado».

#ErnestHemingway ✍️
Escritor y periodista estadounidense. Premio Pulitzer (1953) y Premio Nobel de Literatura (1954). Uno de los personajes literarios más fascinantes del siglo XX.

Ernest Hemingway nació el 21 de julio de 1899, en Oak Park, Illinois, Estados Unidos. Su padre, Clarence Edmonds Hemingway, era médico y su madre, Grace Hall Hemingway, era música. Fue el segundo hijo y el primer varón. Tuvo tres hermanos: Marcelline, Ursula y Sunny.

Ernest Hemingway siempre quiso ser escritor, y descubrió su talento en la secundaria cuando empezó a escribir en el diario escolar. Su madre quiso que fuera músico, luego médico, pero al graduarse consiguió trabajo en el rotativo Star de Kansas city y se hizo periodista.

Poco después, se alistó como conductor de ambulancias y se fue al frente italiano durante la Primera Guerra Mundial. Resultó herido y fue hospitalizado, sin embargo su gran valentía le hizo merecedor de dos medallas: "Medaglia dArgento al Valore Militare" y la "Croce di Guerra”.

Ese fue el colosal inicio de uno de los escritores más influyentes del siglo XX. Además de escribir, amó el mar y la pesca. A lo largo de su vida se casó 4 veces, tuvo 3 hijos. Fue un viajero incansable, y estrechó lazos inquebrantables con París, España y Cuba.

Ernest Hemingway se instaló en París entre 1921 y 1926 formando parte de la llamada “Generación Perdida” de la posguerra. Su objetivo era claro: ser escritor, para ello se impuso una férrea disciplina de trabajo. Escribía incansable, y a la vez se sumergió en el encanto parisino.

Hemingway eligió el Barrio Latino para vivir junto a su primera esposa, Hadley Richardson, específicamente en la Rue Cardinal Lemoine, este espacio fue su hogar por años. El Barrio debe su nombre a que en la Edad Media los estudiantes hablaban el Latín como lengua académica.

En esa época, la ciudad luz tenía un ambiente intelectual y bohemio, y Hemingway compartió esa escena social y artística junto a Francis Scott Fitzgerald, Ezra Pound, Picasso y James Joyce, integrantes de la Generación Perdida, como los llamaba Gertrude Stein, su mentora.

Hemingway era un insaciable lector, y en París descubrió un gran refugio literario: la icónica librería Shakespeare and Company, cuya fundadora fue una gran amiga suya y le prestaba libros a crédito. Así, podía volver a casa con obras de Dante, Flaubert y Stendhal, entre otros.

“…En aquellos días no había dinero para comprar libros. Yo los tomaba prestados de Shakespeare and Company, que era la biblioteca circulante y librería de Sylvia Beach… era un lugar caldeado y alegre.... Nadie me ha ofrecido nunca más bondad que ella.”

Café de Flore, La Closerie Des Lilas, Les Deux Magots, Le Dôme fueron otros de los lugares predilectos de Hemingway en París ya sea para leer, escribir o mantener latente su inspiración. También visitaba el Museo de Luxemburgo y admiraba los cuadros de Cézanne, su favorito.

"Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará vayas donde vayas, todo el resto de tu vida”, se lee en su libro póstumo 'París era una Fiesta', recopilación de las memorias de su vida en la ciudad literaria de París, en los felices años 20.

El ático de Chez Verlaine fue un lugar fundamental para Hemingway. Ahí se dedicaba a escribir, lo alquiló con ese fin. “En esa habitación decidí que escribiría una historia sobre cada cosa que sabía. Intentaba hacer esto todo el tiempo... y fue una disciplina buena y severa ”.

Con el tiempo logró su propósito y publicó su primer libro: “Fiesta” (1926), obra con la que logró el reconocimiento en aquella época. En 1929 publicó su segunda novela: “Adiós a las armas” inspirada en el horror presenciado en la guerra. Siguió “Muerte en la tarde” (1932).

Hemingway se había convertido en un gran escritor y un prestigioso periodista. En 1937 fue corresponsal en la Guerra Civil de España, en 1944 en la Segunda Guerra Mundial, fue testigo del Desembarco de Normandía y la liberación de París. Vivencias que dejarían huella en su vida.

El paso de Hemingway por París fue inolvidable, sus sitios favoritos conservan su recuerdo. Uno de esos espacios es el Bar del Hotel Ritz, hoy “Bar Hemingway”, cuya leyenda cuenta que el escritor celebró ahí la victoria de París frente a los alemanes bebiendo 51 copas de Martini.

“París no se acaba nunca, y el recuerdo de cada persona que ha vivido allí es distinto del recuerdo de cualquier otra. Siempre hemos vuelto, estuviéramos donde estuviéramos, y sin importarnos lo trabajoso o lo fácil que fuera llegar allí.”

#ErnestHemingway ✍️

#ErnestHemingway también mantuvo un idilio con Pamplona, España. Viajó por temas periodísticos y presenció la fiesta de San Fermín, de la cual quedó prendado, volviendo por varias oportunidades. Sus visitas fueron legendarias, los lugares en los que estuvo aún lo recuerdan.

En la década de los años 30, Ernest Hemingway se estableció en Cuba seducido por la pesca y su apacible ambiente. Su primer hogar cubano y por siete años fue el Hotel Ambos Mundos, situado cerca del muelle donde se encontraba su barco, en el que salía a pescar casi a diario.

Su habitación preferida era la 511, aislada del ajetreo cotidiano, con vista al mar y perfecta para escribir. Hoy en día, este espacio, testimonio de la estancia de Ernest Hemingway en Cuba, se ha convertido en un museo, muy visitado por sus seguidores de todo el mundo.

A insistencia de su tercera esposa Martha Gellhorn, Hemingway adquirió la Finca Vigía. En este idílico paraje escribió una parte significativa de su obra: “Por Quien Doblan las Campanas” (1940), “A través del río y entre los árboles” (1950), y “El viejo y el mar” (1952).

Hoy, Finca Vigía es el Museo Ernest Hemingway. En esta casa rodeada de árboles y magia se quedaron sus libros y manuscritos. Al visitarla, es sencillo imaginar que él podría llegar en cualquier momento, y así privilegiarnos con una ansiada conversación sobre literatura, o pesca.

“Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita”, un dicho que aún suena en La Habana, se trata de los bares favoritos de Hemingway. Su paso por estos rumbos es otra leyenda, en uno de ellos se erigió una estatua en su honor, da la impresión de que el tiempo se detuvo.

“Uno vive en esta isla porque se puede tapar con un papel el timbre del teléfono para evitar cualquier llamada, porque en el fresco de la mañana se trabaja mejor y con más comodidad que en cualquier otro sitio. Pero esto es un secreto profesional.” Escribió Hemingway sobre Cuba.

#Hemingway vivió en Cuba durante más de 20 años y regresó a Estados Unidos un 25 de julio de 1960. Se estableció en una antigua casa en Key West, Florida, donde escribió “La breve vida feliz de Francis Macomber” y “Las verdes colinas de África”. Su estudio permanece intacto.

Atraído una vez más por la pesca y a fin de hacer tomas de un pez marlin para un filme sobre su obra "El viejo y el mar", en 1956 Hemingway visitó Cabo Blanco, en Perú. Estuvo más de un mes y logro pescar el pez más grande del lugar. Esta visita fue histórica y aun es rememorada.

Ernest Hemingway recibió en 1953 el Premio Pulitzer por “El viejo y el mar”, y en 1954 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Los máximos galardones para una de las personalidades literarias más fascinantes del siglo XX, un escritor irrenunciable e irrepetible.

“Me siento muy agradecido por este no merecido homenaje. Siempre entendí que los escritores deben escribir y no hablar. Por tanto, quiero donar la medalla que recibí del Premio Nobel de Literatura a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de este país que tanto amo”.

Al final de sus días, Hemingway se sentía cansado. Innumerables accidentes, el alcohol, la depresión y su carácter habían deteriorado su existencia… Quizá no son razones suficientes, y un 2 de julio de 1961 decidió quitarse la vida en su última residencia, en Ketchum, Idaho.

Ernest Hemingway decidió irse, pero se eternizó en su obra. Las generaciones se apropian de su legado. Lo leemos con respeto y admiración por su valentía, y total emoción al imaginar sus impactantes aventuras. Fue sensible y un gran observador. Extraordinario e inolvidable.

#GabrielGarcíaMárquez, Premio Nobel de Literatura, se refirió de esta manera: “Tal vez por eso Faulkner es un escritor que tuvo mucho que ver con mi alma, pero Hemingway es el que más ha tenido que ver con mi oficio.” Al mismo tiempo rememoró la única vez que lo vio en París.

La vida y obra de #ErnestHemingway fue llevada al cine en varias oportunidades. “Hemingway y Gellhorn” (2012), es un filme enfocado en la historia de amor y el matrimonio entre el Premio Nobel de literatura y la corresponsal de guerra Martha Gellhorn.

“Medianoche en París” (2011) de Woody Allen, inspirada en la obra “París era una fiesta”, relata el encuentro de un escritor estadounidense con los integrantes de la “Generación perdida”. En las escenas deslumbra la presencia de Hemingway, representado por el actor Corey Stoll.

"El mundo nos rompe a todos, y después, muchos son fuertes en los lugares rotos".

"Estamos todos rotos, así es como entra la luz".

"No hay un amigo tan leal como un libro".

"Nunca vayas de viaje con alguien a quien no amas".

#ErnestHemingway ✍️

"Si un escritor deja de observar, ha terminado. La experiencia se comunica con pequeños detalles íntimamente observados".

"Si ganamos aquí ganaremos en todas partes. El mundo es un hermoso lugar, vale la pena defenderlo y detesto dejarlo".

#ErnestHemingway ✍️

"Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará vayas donde vayas, todo el resto de tu vida.”

#ErnestHemingway ✍️

"París no se acaba nunca, y el recuerdo de cada persona que ha vivido allí es distinto del recuerdo de cualquier otra. Siempre hemos vuelto, estuviéramos donde estuviéramos, y sin importarnos lo trabajoso o lo fácil que fuera llegar allí".

#ErnestHemingway ✍️