Hoy se cumplen 600 años de la construcción de la cúpula de la catedral de Florencia. Filippo Brunelleschi comenzó la construcción de lo que terminaría siendo el broche de oro para Santa Maria del Fiore tal día como hoy en el año 1420.
¡Abrimos hilo!
¡Abrimos hilo!
La construcción de la catedral inició en 1296 y, como no podía ser de otra manera por aquel entonces, el estilo gótico predominó en su construcción: los arcos ojivales y sus angulosos espacios verticales así lo demuestran.
Cuando se puso la primera piedra, suponía la confirmación del destacado papel de Florencia entre las grandes capitales culturales y económicas de Europa, enriquecida gracias a las altas finanzas y al comercio de la lana y la seda. Era un golpe sobre la mesa para la ciudad.
Sin embargo, en 1418 las autoridades abordaron un problema monumental que había sido ignorado durante décadas: la cubierta de la catedral tenía un enorme hueco abierto que hacía que las lluvias de invierno y el sol de verano penetrasen en el interior de Santa Maria del Fiore.
Durante decenios nadie parecía capaz de concebir un proyecto viable de una cúpula de casi 50 metros de ancho, sobre todo porque había que empezar a edificarla a 55 metros de altura, sobre los muros ya existentes. Había que hacer un proyecto sobre otro ya existente.
En 1418 se convocó un concurso para dar con el diseño ideal de la cúpula, ofreciendo un tentador premio de 200 florines de oro para el ganador y la posibilidad de pasar a la posteridad. Los mejores arquitectos del momento acudieron a la ciudad del Arno.
Ahí es cuando entró en escena un orfebre poco agraciado, bajito y de mal carácter llamado Filippo Brunelleschi, que prometió construir no una cúpula sino DOS, una paralela a la otra y conectadas entre sí, sin levantar complicados y costosos andamios.
Brunelleschi sabía lo que se hacía, así que no quiso revelar muchos detalles de su proyecto para evitar que el resto le copiase. Un tipo inteligente. A las autoridades no les gustó tal secretismo, pero intuían que aquel tipo era un genio y decidieron darle una oportunidad.
Total, era un problema que llevaban arrastrando durante décadas y, aunque de primeras le tacharon de "bufón y bocazas", Filippo se presentó al concurso para el que se había formado durante toda su vida. Sin embargo, el gótico se había quedado ya obsoleto.
Los responsables de la catedral se reunieron varias veces con Brunelleschi y le sonsacaron más detalles de su proyecto y vieron lo brillante –y arriesgada– que era su idea. Con todos los instrumentos necesarios para acometer su proyecto preparados, Brunelleschi comenzó.
Se centró en la cúpula propiamente dicha, a la que dio forma con una serie de extraordinarias innovaciones técnicas. Su diseño de doble cúpula produjo una estructura mucho más alta y ligera de lo que habría sido una bóveda sólida de ese tamaño.
Como "provveditore" de la obra, dirigía un ejército de albañiles, canteros, carpinteros, herreros, plomeros... Cuando a alguien le costaba entender algún detalle de la construcción, él se lo explicaba creando un modelo de cera o de arcilla para ilustrar lo que quería.
Se cuenta también que era un capataz extremadamente riguroso y que tuvo disputas con Lorenzo Ghiberti, director adjunto de Brunelleschi y con el que tuvo problemas desde 1401, cuando Ghiberti consiguió el proyecto de las puertas de bronce del Baptisterio de Florencia.
En 1423, cuando los carpinteros preguntaron cómo y dónde debían colocar las enormes vigas de madera de castaño que componían el anillo, Brunelleschi delegó la responsabilidad en su rival. Ahí es donde oficialmente le ganó la partida.
Cuando Ghiberti hubo dirigido la instalación de unas pocas vigas, Brunelleschi reapareció y declaró que el trabajo de su adversario había sido inútil y que era preciso desmontarlo todo y volver a empezar. Aumentaron las tensiones y Brunelleschi tenía una estrategia maestra.
Se puso al frente de las obras de reparación, quejándose a las autoridades de que su colega ganaba un salario que no merecía. Más adelante logró que le subieran el salario a 100 florines al año, mientras que el de Ghiberti continuó siendo de 36 florines.
Hubo acusaciones, Brunelleschi tuvo que reparar varios de los avances de Ghiberti y acabó encarcelado por una serie de impagos a las cuotas del sindicato. Pronto salió y la cúpula comenzó a erigirse a un ritmo vertiginoso: 30 cms al mes.
El 25 de marzo de 1436, para la fiesta de la Anunciación, el papa Eugenio IV y una asamblea de cardenales y obispos consagraron la iglesia, ya terminada, al son de las campanas y los gritos de júbilo de los orgullosos florentinos.
Al poco tiempo, el 5 de abril de 1446, Filippo Brunelleschi fallecía de repente. Fue sepultado en la cripta de la catedral, bajo su gran creación, donde una placa conmemorativa rinde homenaje a su "divino intelecto". Muy pocos habían tenido ese honor hasta entonces.
Pero Brunelleschi cambió la historia: elevó a los artistas a la categoría de creadores sublimes, merecedores de eternas alabanzas. Preparó el camino para las transformaciones sociales y culturales del Renacimiento, con su compleja síntesis de inspiración y análisis.
Una vez terminada, Santa Maria del Fiore fue embellecida por artistas como Donatello, Paolo Uccello y Luca della Robbia, lo que la convirtió en un auténtico banco de pruebas de la expresión artística renacentista, además de haber sido su cuna.
La cúpula de Brunelleschi se yergue todavía hoy sobre el mar de tejas rojas que cubren los tejados de Florencia con las armoniosas proporciones de una diosa griega. Es colosal, pero a la vez ligera y tenue. Puro arte.
¿La habéis visitado?
¿La habéis visitado?
De alguna manera Brunelleschi supo expresar con la piedra el espíritu de libertad, y caracterizó para siempre el horizonte de Florencia con una representación del espíritu humano que ansía elevarse a las alturas.
Y aquí cerramos nuestro hilo. Esperamos que hayáis disfrutado de los detalles de una construcción tan ambiciosa como impresionante. Brunelleschi pasó a la historia y vosotros, si queréis, podéis descubrir más detalles de su construcción aquí:
historia.nationalgeographic.com.es/a/cupula-brune…
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