Salgo del laboratorio (a efectos de cobertura, es un búnker) 🥼
Enciendo mi móvil 📱
103 notificaciones de Twitter 🐦
Entre ellas, hay unas 40 de ingenieros y técnicos informáticos que aseguran haber descubierto su vocación de Perito Judicial Informático 👨💻
Unas 30 de víctimas que no saben cómo contactar con uno☎️
15 pidiéndome que me haga cargo de su caso🆘
1 de un director de cine, pidiéndome asesoramiento para una película sobre el tema🎥
El resto se reparte entre felicitaciones e insultos por mi trabajo.
Llego a una conclusión:
Hasta que empecé a divulgar mis casos, mucha gente no sabía lo que era un perito judicial informático y desconocía la ayuda que podíamos brindar.
Internet era para ellos como el far west: una tierra sin ley donde un bandido, mientras no armase mucho revuelo, se salía con la suya
Conocían al Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.
Sabían de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Judicial.
Pero esos grandísimos profesionales, ¿cuántas peticiones de auxilio reciben? ¿De qué importancia y magnitud? ¿Con qué plazos de actuación?
Muchos desconocían que existía ayuda de iniciativa privada.
"Ya, pero, ¿a qué precio?".
Hay muchos peritos que, dependiendo del delito, ajustamos nuestro coste.
Y lo que es más importante, puede salirte a coste 0:
Tal y como refleja el punto 4º del ap. 1 del art. 241 de la LEC, se consideran costas a la parte de los gastos del proceso correspondiente a los derechos de los peritos y demás abonos que tengan que realizarse a personas intervinientes en el proceso.
Todo gasto que traiga causa en los honorarios de los peritos intervinientes, tendrá el concepto de costas, y por tanto el pago de los mismos queda sujeto al pronunciamiento que en relación con las mismas se haga.
Es decir, que las costas de nuestros honorarios acaban siendo satisfechas por la parte que pierde el proceso.
Y, a pesar de ello, muy pocos (en porcentaje) acuden a nosotros 🤷♂️
Son muchos los casos en donde la víctima presenta pruebas como vídeos, fotos, capturas, correos, publicaciones, mensajes... y contempla, anonadado, que son desestimadas 😱
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¿Sabes cuando oyes un mito toda tu vida, dando por sentado que es falso, y un día te topas con una prueba inequívoca de que siempre fue cierto?
Me acaba de pasar.
¿Has oído eso de que no pongas el portátil sobre tus muslos, que el calor puede causar problemas graves de salud?
Pues es cierto.
Acabo de descubrir que un compañero, a base de un par de días de trabajar en cama con el portátil sobre los muslos, se “cocinó” un vaso sanguíneo importante 😱
El tejido se quedó rígido (para siempre) dificultando el flujo y tuvo una estenosis/trombosis 😮
Para tranquilidad de quien lo lea, se trata de algo ocurrido hace mucho (con un portátil potente de los de antes, con una radiación de calor muy alta). Además, tuvo la mala suerte de que tapaba sin querer la rejilla de ventilación, lo que empeoraba el calentamiento.
Sé que, siendo profe, lo que voy a decir a continuación es equivalente a inmolarse.
Pero otra compañera agredida (más) y un alumno sumido en una crisis de ansiedad es motivo como para no callarme:
Si tú hij@, por la condición que sea (incluidas las médicas), es un peligro extraordinario porque agrede a los demás, no puede estar en un aula ordinaria.
PUNTO.
El sistema no te da mejores opciones y buscas lo mejor para tu hij@.
Tienes toda mi simpatía. Tienes toda mi conmiseración. Tienes mi comprensión.
Pero hasta ahí.
Apelando a la vocación, no puedes exigir a los docentes que soporten patadas de tu hij@, día sí, día también.
Antes de estudiar el último, lista de cambios que Elon Musk ha perpetrado en Twitter y consecuencias:
⚠️La verificación de cuenta ya no requiere prueba de identidad, sino pagar (RESULTADO: Los ciberacosadores, haters, trolls y suplantadores consiguen apariencia de veracidad).
⚠️Amnistía a todas las cuentas canceladas y borradas (RESULTADO: Todos los ciberacosadores, haters, trolls y suplantadores que habían sido localizados y eliminados, vuelven a la red en masa).
⚠️ Los “me gusta” se vuelven anónimos (RESULTADO: Los ciberacosadores, haters, trolls y suplantadores que se limitaban a dar “me gusta” a las publicaciones que te perjudicaban para pasar desapercibido a tu radar, ahora son totalmente invisibles).
Al final, queda la sensación de que la gente que tiene razón debe callarse para no molestar a los equivocados 😞
No me quito de encima la sensación de que tuvimos mucha suerte con los agentes que atendieron la llamada.
Lamento las erratas del hilo, pero es que me ha puesto muy nervioso revivirlo: Durante todo el tiempo estuve recordando un caso que atendimos en @CiberProtecter hace 3 años de dos adolescentes que grabaron a una niña pequeña de fondo cuando bailaban en la piscina.
Si mañana se hace viral (más les vale que no) el vídeo de “un boomer increpando a tres pobres niñas que solo querían grabar un TikTok en la playa”, al menos ya sabéis la historia completa 🤷🏼♂️
Nadie del circo romano me dijo “pues tenía usted razón”. Ni disculpas.
Una señora se fue murmurando “pero tampoco tenía que haberse puesto así de gilipollas” (recuerdo que yo solo pedí que no se publicase la cara de mi hijo y, ante la agresividad, recordé que era ilegal 🤷🏼♂️).
Al final, queda la sensación de que la gente que tiene razón debe callarse para no molestar a los equivocados 😞
Recientemente he visto un debate/cara a cara que ha organizado un famoso influencer, en el que enfrentaba dialécticamente a influencers de la conspiración y el terraplanismo con divulgadores científicos.
Hay algo que me gustaría comentar:
Obviamente, los “argumentos” de los primeros no se sostenían, no ya a un análisis científico, sino a una conversación informal con mínimos de rigor científico. Hasta aquí, no hay sorpresas.
Pero ellos lo perciben: No hay sorpresas.
Entre ellos, los hay que quieren creer y los hay que quieren que los demás crean, así que, ya sea por autoprotección de su creencia (no se la vaya a desmontar la realidad) o de su chiringuito (no vaya a perder a sus consumidores), luchan, no por dirimir, sino por tener razón.