Hoy, en “delitos que cometías sin saber que lo eran”, hablaremos de un clásico de los más extendidos: compartir capturas de conversaciones.
Porque un “¡tía!, ¡mira lo que me ha dicho Javi!” y un “chavales, a esta tía le molo. Mirad lo que me suelta” te puede llevar a un juzgado.
Empecemos con un resumen, para los más perezosos:
NO PUEDES
¡Pero si es una conversación conmigo!
NO PUEDES
¡Pero si emborrono la foto!
NO PUEDES
¡Pero si todo el mundo lo hace!
¡QUE NO PUEDES!
Al lío:
✅Capturar conversaciones mantenidas contigo, no es un delito.
✅Usarlo como prueba ante un proceso judicial o ante las FFCCSE, no es un delito.
⚠️Compartir capturas de pantallas de conversaciones (incluso dirigidas a ti) puede ser delito. Depende de su contenido.
Si en las capturas apareciera el nombre, el número de teléfono, la foto de perfil o archivos cuyo nombre y/o previsualización expusiera datos protegidos de carácter personal que no fueran tuyos, compartir esas capturas constituiría un delito de revelación de secretos.
Cuidado aquí con el mote, nickname, nombre de usuario o nombre de contacto, porque solemos olvidarlo y pueden incluir datos protegidos (como el nombre y el apellido, por ejemplo).
Pero el problema no es únicamente los datos personales:
El artículo 7º de la Ley Orgánica 1/1982 establece que si se realiza "la divulgación de hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que afecten a su reputación y buen nombre", también te pueden crujir.
La situación se agrava más si difundes las capturas en grupos, aún más si ninguno de sus miembros forma parte de la conversación difundida y muchísimo más si el acceso a la publicación es de carácter público (una web o un grupo no cerrado).
El art. 197 del CP establece una pena de 1 a 4 años de prisión para quien "para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales"
Y... ¡premio!
Los WhatsApps tienen la consideración jurídica de documentos (digitales) personales.
Insisto: si formas parte de la conversación, puedes utilizarlo como prueba (previo peritaje informático), pero no mostrarlo o enviarlo a terceros (salvo a 👨⚖️ 👩⚖️ y 👮♂️ 👮♀️).
¿Consecuencias?
"...se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años si se difunden, revelan o ceden a terceros los datos o hechos descubiertos o las imágenes captadas".
Una última aclaración: la jurisprudencia admite que los menores envíen capturas de sus conversaciones a sus tutores legales (madres/padres), pues en estos casos, aunque el gestor de los derechos y el aludido parezcan dos personas distintas, a nivel jurídico es correcto.
Aclaro esto porque son grandes pruebas en casos de #ciberbullying.
¿Necesitas ayuda con algo así?
Adquiere “Te espero a la salida, un manual para padres frente al acoso escolar”:
¿Sabes cuando oyes un mito toda tu vida, dando por sentado que es falso, y un día te topas con una prueba inequívoca de que siempre fue cierto?
Me acaba de pasar.
¿Has oído eso de que no pongas el portátil sobre tus muslos, que el calor puede causar problemas graves de salud?
Pues es cierto.
Acabo de descubrir que un compañero, a base de un par de días de trabajar en cama con el portátil sobre los muslos, se “cocinó” un vaso sanguíneo importante 😱
El tejido se quedó rígido (para siempre) dificultando el flujo y tuvo una estenosis/trombosis 😮
Para tranquilidad de quien lo lea, se trata de algo ocurrido hace mucho (con un portátil potente de los de antes, con una radiación de calor muy alta). Además, tuvo la mala suerte de que tapaba sin querer la rejilla de ventilación, lo que empeoraba el calentamiento.
Sé que, siendo profe, lo que voy a decir a continuación es equivalente a inmolarse.
Pero otra compañera agredida (más) y un alumno sumido en una crisis de ansiedad es motivo como para no callarme:
Si tú hij@, por la condición que sea (incluidas las médicas), es un peligro extraordinario porque agrede a los demás, no puede estar en un aula ordinaria.
PUNTO.
El sistema no te da mejores opciones y buscas lo mejor para tu hij@.
Tienes toda mi simpatía. Tienes toda mi conmiseración. Tienes mi comprensión.
Pero hasta ahí.
Apelando a la vocación, no puedes exigir a los docentes que soporten patadas de tu hij@, día sí, día también.
Antes de estudiar el último, lista de cambios que Elon Musk ha perpetrado en Twitter y consecuencias:
⚠️La verificación de cuenta ya no requiere prueba de identidad, sino pagar (RESULTADO: Los ciberacosadores, haters, trolls y suplantadores consiguen apariencia de veracidad).
⚠️Amnistía a todas las cuentas canceladas y borradas (RESULTADO: Todos los ciberacosadores, haters, trolls y suplantadores que habían sido localizados y eliminados, vuelven a la red en masa).
⚠️ Los “me gusta” se vuelven anónimos (RESULTADO: Los ciberacosadores, haters, trolls y suplantadores que se limitaban a dar “me gusta” a las publicaciones que te perjudicaban para pasar desapercibido a tu radar, ahora son totalmente invisibles).
Al final, queda la sensación de que la gente que tiene razón debe callarse para no molestar a los equivocados 😞
No me quito de encima la sensación de que tuvimos mucha suerte con los agentes que atendieron la llamada.
Lamento las erratas del hilo, pero es que me ha puesto muy nervioso revivirlo: Durante todo el tiempo estuve recordando un caso que atendimos en @CiberProtecter hace 3 años de dos adolescentes que grabaron a una niña pequeña de fondo cuando bailaban en la piscina.
Si mañana se hace viral (más les vale que no) el vídeo de “un boomer increpando a tres pobres niñas que solo querían grabar un TikTok en la playa”, al menos ya sabéis la historia completa 🤷🏼♂️
Nadie del circo romano me dijo “pues tenía usted razón”. Ni disculpas.
Una señora se fue murmurando “pero tampoco tenía que haberse puesto así de gilipollas” (recuerdo que yo solo pedí que no se publicase la cara de mi hijo y, ante la agresividad, recordé que era ilegal 🤷🏼♂️).
Al final, queda la sensación de que la gente que tiene razón debe callarse para no molestar a los equivocados 😞
Recientemente he visto un debate/cara a cara que ha organizado un famoso influencer, en el que enfrentaba dialécticamente a influencers de la conspiración y el terraplanismo con divulgadores científicos.
Hay algo que me gustaría comentar:
Obviamente, los “argumentos” de los primeros no se sostenían, no ya a un análisis científico, sino a una conversación informal con mínimos de rigor científico. Hasta aquí, no hay sorpresas.
Pero ellos lo perciben: No hay sorpresas.
Entre ellos, los hay que quieren creer y los hay que quieren que los demás crean, así que, ya sea por autoprotección de su creencia (no se la vaya a desmontar la realidad) o de su chiringuito (no vaya a perder a sus consumidores), luchan, no por dirimir, sino por tener razón.