En el nivel por el que caminas sólo hay dos autos. Allá, leeejos, se ve el acceso iluminado a otro nivel, y dos personas suben por una escalera eléctrica apagada.
Te paras a medio carril para confirmar que nadie más hay en ese nivel. Nadie más. Si no te mueves, nada se mueve. Nada suena. La escena es absurda por el sitio y por la hora.
El silencio pervive.
No hace calor, pero confirmas que estás sudando... ese sudor dos veces bastardo que acompaña al viejo aborrecido que llamas miedo.
Pero no. Ni disociándote para alentarte te sacudes ese miedo profundo. No temes algo presente: no hay alguien, no hay algo.
En ese momento comprendes: temes algo FUTURO.
Jadeas, pero en forma ahogada. Ni el sonido es permitido por tanta ausencia. "No mames, ya. Nomás falta que silbes, como cuando eras niño, para sentirte seguro".
Una alarma desactivada rompe la soledad, y es como si te saludaran. El auto que no es el tuyo está por irse, y la escena se parece a lo de antes. Es casi normal.
Sueltas el aire, y retomas tu camino. Aún sudas pero ya es de otra forma.
Sabrás mantenerla?