1/Alberto Fernández tiene un margen de acción extremadamente limitado. Le marcan la agenda en forma constante, lo hacen incurrir en frecuentes contradicciones, no tiene capacidad para confrontar con la base de su poder.
2/ Impedido de gobernar, la única alternativa que le queda de no perder totalmente la centralidad política y que se desdibuje su autoridad por completo es efectuar declaraciones, dar entrevistas, tuitear, generar acontecimientos comunicativos.
3/ Alberto no es un pensador de la política. Tiene una capacidad teórica muy limitada. No puede desplegar lecturas ni conceptos elaborados o complejos. Un poco raro tratándose de un “profesor universitario” que es la parte de su currículum con la que elige presentarse en público.
4/ Tampoco es un gran orador. No está acostumbrado a hablar en público. Tiene los modos discursivos del operador: finge complicidad, busca negociar, chicanea y/o amenaza. Lo suyo es el corto y el privado.
5/ El contenido es lo de menos. El criterio es uno solo: no decir siempre lo mismo, variar, hablar de cualquier cosa, porque de lo contrario sus alocuciones pierden todo interés público y termina siendo De la Rua.
6/ Alberto mantiene su centralidad a fuerza de generar constantemente acontecimientos comunicacionales. No puede hacer otra cosa. Como decía Salvador Dalí: “Que hablen bien o mal, lo que importa es que hablen de mi.”
Conforme avanza el ajuste de los bienes y servicios transables a valores internacionales y se eliminan las distorsiones en el sistema de precios,
1/ se pone en evidencia la verdadera dimensión de la tragedia social argentina, que consiste en la larga declinación de la clase media. El ingreso, una de las variables que sirve para analizar la estructura social,
2/ muestra que en lugar de la antigua clase media argentina hoy se encuentra una clase baja cuya cultura, formación profesional, imaginario y aspiraciones siguen siendo de clase media. Las consecuencias de esta dramática transformación son también culturales y políticas:
¿LA IZQUIERDA SEGÚN QUIÉN? Un comentario sobre El mito de la Izquierda, de Gustavo Bueno. Madrid, Ediciones B, 2003.
Hilo inédito (escrito hace 20 años)
No es la primera vez que Gustavo Bueno se ocupa de la izquierda. Ejemplo de la originalidad de sus enfoques son los artículos
1/publicados en 1994 y 2001 en El Basilisco, la revista de la Fundación Gustavo Bueno. En El mito de la izquierda, el filósofo riojano-asturiano vuelve a la carga sobre la cuestión. Sin embargo, se advierte un sustancial cambio de perspectiva.
2/Bueno renuncia a identificar a la izquierda con una suerte de racionalidad universalista, como en los escritos anteriores, y se pronuncia claramente por la derogación del término. Es bastante engañosa la pretensión del autor de “construir una teoría filosófica de la izquierda”,
VIVEZA CRIOLLA PARA CENTENNIALS
El orgullo nacional se refugia en su último reducto: somos los más piolas, los más buscas, los que tenemos más resiliencia. Y cuando estamos en el exterior terminamos siendo los jefes de los nativos
Hilo
Es lo que nos encanta creer. Acá somos un desastre, afuera -en circunstancias normales- somos unos capos. El cherrypicking sociológico de Rebord ignora la ineficiencia argentina, tanto pública como privada, que tiene efectos devastadores en las clases sociales subalternas 1/12
Ahí los recursos personales vienen en disminución continua hace 50 años. Las estrategias de resistencia, supervivencia, adaptación de los argentinos supone una enorme pérdida de tiempo y esfuerzo. De vida, en definitiva 2/12
CFK Y EL PODER
Cristina justifica su renuncia a ser candidata en este curioso argumento. Agrega que ha servido como nadie al proyecto colectivo sobre la ubicación personal. Asumamos que esto último es cierto. ¿Cómo entiende CFK el poder?
HILO
1. Curioso razonamiento: renuncia a competir por el poder... para no subordinarse al poder. Lo cual supone una subordinación automática. ¿Cuál es el problema? Todo ejercicio del poder en el país supone un margen de acción demasiado limitado, condicionado para ella. ¿Por qué?
2. a. Una situación de crisis económica extrema, de la cual solo se sale metiendo un brutal ajuste y correcciones que tendrán costos sociales importantes. No hay margen para más.
VIVIR SIN PERONISMO
Hilo.
El noveno gobierno peronista elegido en las urnas ha entrado en su último tramo. El balance es -con mucha diferencia- negativo. No solamente no ha podido resolver ni atenuar ninguno de los problemas que tenía la Argentina cuando asumió en 2019,
1. sino que los ha agravado sustancialmente. Pero además tampoco ha resuelto la situación interna que lo venía aquejando desde antes: hegemonía de liderazgos tóxicos, ausencia de un proyecto político nacional, crisis de dirigencia, riesgo de atomizarse en partidos pciales/munic.
2. El peronismo parece encaminarse a una contundente derrota electoral. ¿Habrá un décimo? Toda derrota, sea política o en otros ámbitos de la vida pone al derrotado en una situación de precariedad, en la que su existencia, su modo de ser o su plan están en riesgo.