Te decidiste, comprás la maquinita, contratás a dos más pobres que vos, y te ponés a fabricar cuchuflos.
Arrancaste bien con el tallercito. No vas a ser bilgates pero tus días como empleado llegaron a su fin. Contratás a un pibe del barrio que te haga el marketing, la página,
esas cosas.
Te contacta multinacional supertienda. Te quiere hacer una compra.
Te sacás un traje con la American, en 12 cuotas, y te vas, con el teléfono de tu sobrino, que es carísimo.
"¿A cuánto vende los cuchuflos por cantidad?" te larga sin rodeos el jefe de compras.
-A mil.-
-No puedo darle mil, perdería mi trabajo. Necesito que lleguemos a 625 calculando cincuenta mil unidades. En un principio.-
Tratás de no desmayarte.
Estás pasando todos los semáforos en rojo. 625 se acerca peligrosamente a tu costo, pero teniendo en cuenta la cantidad de material
que vas a comprar te va a bajar el precio, y te va a alcanzar para máquinas más rápidas, aunque necesites sí o sí un galpón más espacioso...
Bienvenido a la pesadilla.
Los cincuenta mil del número final se van a transformar en diez mil entregados en siete días. Que por
supuesto no estás en condiciones de fabricar. Salís corriendo a endeudarte, comprás máquinas, tomás gente, rajás, trabajás 20hs diarias, y llevás 8.500 el último día de plazo, prometiendo el resto para dos días después.
Los cheques se confeccionan del 1 al 5 o del 21 al 28,
depende la empresa, y por supuesto, la entrega coincidió con el día inmediato después al cierre de firmas. Casualidades.
Cuando te den los cheques (cuando consigas los cheques), suelen ser a 120 días, de ESE día.
De lo que te dan, te descontaron la publicación del producto en
la revista (¿?) (la de ellos), la ubicación de tu producto en "punta de góndola", y te devuelven todos los cuchuflos que la gente devolvió al otro día, con faltantes, roturas, sin packaging, los que abrió y rompió en el super, etc, etc.
Se los tenés que reemplazar por nuevos.
Ah, ese día te avisan: Llegó tu competencia. Deja los cuchuflos a 550 la unidad, con cobro a 180 días. La sana competencia, tómalo o déjalo.
Vos tomaste gente que te hará juicio si la despedís, compraste máquinas, alquilaste galpón, compraste vehículos.
Te acorto el trámite: Han fundido a fabricantes de sábanas, carpas, acolchados, parrillitas, pesca, jardín, piletas de lona, sombrillas y lo que se te ocurra. Unos cuantos se terminaron ahorcando o pegando un balazo.
¿Por qué pasa esto? ¿Quién lo permite?
Decime vos, te escucho.
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¿Sos peronista?
¿No sos?
Bueno, te cuento que el gran hacedor de todo esto que ves hoy se llama Axel Kicillof. Cuando el macrismo les ganó y subió al poder en 2015 el tipo empezó a reunirse en las plazas, a juntar los pedazos, a militar.
Pidió prestado un Clío viejo, porque a su
auto se lo habían incendiado adrede manos traviesas, y recorrió cuadra por cuadra la provincia más habitada del país. Se cargó a una mujer que todos los medios promocionaban como ejemplar, coraje, honestidad y coso, y que no paraba de recibir dólares de los centros del poder
internacionales. El tipo ganó, y se puso a administrar.
En esta pudo exigir la candidatura máxima, y se corrió. En las PASO, cuando la derrota humillante, pudo tomar distancia, y no lo hizo. Pudo desdoblar la elección, cortarse solo, y se mantuvo firme. Necesitaba traccionar para
"Se desmayó Sandra" dijeron, y fuimos a ver.
Sandra se cambió el jean para salir con todos nosotros a la ciudad deportiva de La Boca, y ocurrió lo peor: La cédula de identidad se le quedó en el jean que se había sacado.
Al darse cuenta se descompensó, y se desmayó.
Al volver
estaba en pánico. Sus quince años eran suficientes para sentir terror, y saber que estaba en una situación muy delicada, tenebrosa.
Andresito y yo nos ofrecimos a acompañarla hasta la casa, lloraba y temblaba.
Esta historia es real, pero es de otra época. Una época en que los
Falcon con los perros de la guerra te cruzaban encima de la vereda, te abrían las piernas a patadas en los tobillos y te preguntaban adónde ibas poniéndote una pistola en la cabeza mientras te palpaban, manoseándote.
¿Nos pasó algo? No, ese día llegamos a la casa de Sandra, y la
Voy a inventar una historia.
El Ingeniero "V" es venezolano, y vino a trabajar a Argentina. Como recién llegaba se conchabó como electricista, presentando su título.
Ese día en aquella empresa había que cambiar los tableros de un edificio. Nada tan importante, pero bueno, tampoco
es una pavada. Se envió al recién llegado con dos ayudantes. Medio oficiales, diríamos.
Por estos ayudantes se llegaría a reconstruir lo que ocurrió.
Los cables se equivocaron, y en lugar de enviar un vivo y un neutro a los departamentos se les envió dos vivos, de diferente fase.
Con 380V los electrodomésticos y las lámparas comenzaron a quemarse. Volaron.
Los habitantes del edificio, que sabían lo que se estaba haciendo, bajaron a quejarse. Los ascensores no andaban. El "Ingeniero" se estaba ocupando del tema. Para ese momento había descubierto que un
Lo conté muchas veces pero no todos lo leerán, obviamente. Trabajo para clientes de clase alta, en general. Media alta es lo más bajo que pueden llamar. Algún ½ pelo también llama, pero pronto se entera de que lo que vendemos no es para él, y rara vez vuelve a llamarnos.
No importa lo que ellos digan del trabajo, las ganas de trabajar, y la necesidad que tiene el país de que todos tiremos del carro... No laburan.
Podemos pasar más de una semana en una obra medianamente compleja, y nunca, pero nunca, van a trabajar. Salen, entran, "tienen cosas
que hacer", pero ir a un trabajo como vos o como yo, rarísimas veces. Alguno que es director de una compañía, o tiene una clínica de cirugías estéticas, esos van, pero siempre le queda a uno la duda: ¿Se va para rajar o de verdad labura?
Bueno, el hecho es que no, las clases
Anarquistas, Maximalistas, Socialistas, peleaban en las calles por las leyes laborales que finalmente aprobaría el peronismo con mayoría en ambas cámaras.
Enfrentamientos como la Semana Trágica, Patagonia Rebelde, La Forestal...
ESE es el punto en que ellos te dicen que íbamos
bien. El tiempo en que tuvieron que restringir los festejos del Centenario, que hicieron bajo Estado de Sitio. Los galeritas paseándose detrás de los vallados, y el pueblo afuera. Los extranjeros siendo expulsados por sus ideas, gracias a la Ley de Residencia, o ley Cané.
Ignoran
que esa Argentina que añoran no existió, y creen que fue el peronismo el que se las arrebató. Todo un relato muy conveniente a su antiperonismo visceral. A su odio y su desprecio.
El pueblo ya existía, y Perón los organizó.
La oligarquía también existía, y tuvo que ceder una
Yo tenía dos puestos en la feria boliviana de Escobar.
Si bien hubo cosas que no estuvieron buenas, rescato otras de los hermanos latinoamericanos, que hicieron que muchos argentinos aprendiéramos a respetarlos por su dedicación al trabajo, su educación (jamás insultan), y su
honestidad proverbial. Es muy raro que un boliviano te pida algo fiado, o a crédito, pero si lo pide, te paga, siempre.
Pero lo que quería contarles es una experiencia que viví estando ahí, totalmente increíble. Espero que alguien más que haya estado lo recuerde también.
Una noche un mafioso de La Salada fue con su 4X4 y dos micros escolares llenos de patovicas de zona sur (La salada está en Lomas), rompió los candados de acceso a la feria boliviana, y tomó el control del predio.
Los feriantes llegaron, los administradores se acercaron a los