La crítica al impuesto es derivado de que nos obliga (si no, no sería impuesto) a pagar por algo que no queremos o necesitamos. El pan, los automóviles o los teléfonos móviles se venden sin necesidad de forzar a nadie. (1/4)
¿Por qué los servicios públicos necesitan forzar a las personas a pagar por ellos? Será porque no son atractivos, porque no son ofertados en la cantidad o calidad demandada, será porque mucha gente no los ve necesarios. (2/4)
El impuesto es criticado porque precisa de la fuerza para ser recaudado, y esto parece implicar que la gente realmente no los quiere tal y como están planteados y que éstos sólo responden a las preferencias del productor. (3/4)
Imaginemos que se nos fuerza a financiar por la fuerza automóviles, zapatos o cualquier tipo de bien sólo para satisfacer a sus productores. No lo veríamos bien, ¿no? Pues lo mismo podría ser aplicado a la producción de servicios públicos. (4/4) #PaleoLET
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La religión católica tiene una serie de virtudes que hacen que sea especialmente idónea para la aparición del capitalismo. (1/6)
Eso no quiere decir que la Iglesia Católica deliberadamente creara el capitalismo, pero sí que creó una serie de precondiciones para la aparición del capitalismo. La primera y principal, su defensa del individuo, a diferencia de otras religiones. (2/6)
La salvación católica es individual, cada uno se salva por sí mismo. No hay culpas colectivas como en otras religiones, sino que cada individuo es responsable de su propia alma y responsable de su propio castigo. Crea la idea de individuo. (3/6)
La logística del hidrocarburo es una de las mayores construcciones humanas de todos los tiempos. Desde producción hasta refino, transporte, distribución local, es una infraestructura brutal. ¿Y tú quieres cambiar eso así de la noche a la mañana porque te da la gana? (1/5)
Eso tiene que ir a unos ritmos, y tienen que ir adecuándose unas producciones a las otras. Y eso no puedes dejarlo a un planificador porque se le olvidan cosas, y al final queda todo a medias y es un desastre. (2/5)
El propio mercado ya va evolucionando, como en todas las transiciones energéticas, que no hizo falta que te prohibieran. Sobre todo en el caso de la movilidad o de la transición energética, ¿por qué hay que subvencionarla? ¿Por qué hay que castigar al otro? (3/5)
Parece que alguien dentro de las instituciones europeas determinó un techo flotante para las ideas políticas, de tal forma que interviene si el electorado de un país osa salirse del cuadro y opta por votar a una fuerza política que no encaje en los limites establecidos. (1/10)
Ya sabemos que los resultados de un referéndum que no agrade a los líderes europeos pueden ser ignorados, como sucedió hace algunos años en relación al rescate griego, o forzados a ser repetidos hasta que salga el resultado correcto. (2/10)
También es sabido que, si un dirigente político, por cualquier razón, se entromete en el camino de los poderes europeos, es forzado a dimitir y a ser sustituido por un gobernante "técnico", como vimos en Italia o en Grecia, no hace mucho tempo. (3/10)
El problema es que lo que tenemos a día de hoy ni siquiera es socialismo. El socialismo es un sistema que tiene una lógica económica. Equivocada, pero tiene una lógica. Tiene un sistema y plantea una sociedad nueva. Pero es que lo que hay ahora es simplemente destruir. (1/13)
No dicen nada nuevo. Yo veo los discursos modernos, estas ideas de no trabajar. Vale. Pero después, ¿quién hace las medicinas? ¿Quién produce la comida? ¿Quién produce el abrigo? ¿O quién produce las viviendas? (2/13)
Parece que todo es no trabajar, pero después el que no trabaja quiere sus recompensas, quiere sus diversiones, quiere poder expresarse libremente, quiere poder disfrutar de bienes culturales, de bienes físicos… ¿Y de dónde vienen los bienes físicos? (3/13)
Hace algunas semanas se publicó un elaborado informe en El País sobre las carencias en el poder defensivo de Europa, comparándolas con las del que se entiende que sería el enemigo a confrontar, presumiblemente Rusia, (1/21)
y que justificaría tanto un sustancial aumento en la cantidad gastada en armamento como cambios en la forma en que están diseñados los servicios públicos de defensa de nuestro territorio. (2/21)
Aparte de que no entiendo la necesidad de tamaño rearme (cuando Europa ya gasta mucho más que Rusia, su población es varias veces mayor y su PIB la supera en diez veces), sí que me gustaría manifestar mi desacuerdo con algunas de las afirmaciones realizadas en el informe. (3/21)
Muchas veces veo yo en España que los socialistas enfatizan mucho los valores anti-burgueses. Por ejemplo, estamos debatiendo ahora reducir la jornada laboral con el mismo sueldo. Sí, sí, con el mismo sueldo. (1/13)
Claro, eso apela a los instintos más básicos de la población: trabajar menos y cobrar más. Una maravilla. El problema es que la gente se lo compra. (2/13)
Si lo dice la ministra, no es tanto porque crea en eso (que seguramente lo cree), sino porque eso tiene buena aceptación en la población. ¿Y cómo esta cosa, que es tan absurda, tiene tan buena aceptación en la población? (3/13)