¡Seguimos con Elam! Aquí hablaremos sobre el periodo Protoelamita (ca. 3400-2600 a.e.c). y buena parte del Paleoelamita (ca. 2600-1500), llegando hasta la caída del Imperio Acadio. ¡Vamos!⬇️
Para hablar del Elam del proto-elamita y de buena parte del paleo-elamita, dependemos sobre todo de fuentes mesopotámicas, y no tanto autóctonas, por lo que nuestra mirada está posiblemente deformada un poco a causa de estos intermediarios.
El proto-elamita es, a decir verdad, un periodo no muy conocido. Lo que sabemos es que desde tan temprano como el cuarto milenio a.e.c., Elam estuvo en contacto con sus vecinos mesopotámicos. De hecho, el fenómeno cultural llamado “la expansión de Uruk” (ca. 3500),
...el cual se trató de migraciones de importantes cantidades de personas desde la Baja Mesopotamia hacia su periferia, afectó profundamente a Elam. La cultura material elamita se vuelve recibe enormes influencias de aquella de la región de Babilonia, por ejemplo.
Algo interesante, es que por ese entonces surge un sistema de escritura, el “proto-elamita”, el cual no ha sido descifrado aún, pero parece haber sido usado sobre todo como método de contabilidad. Como sea, este experimento duró poco, y cayó en desuso.
Ya en tercer milenio a.e.c., aparecen en las tablillas de la Mesopotamia (por entonces en el periodo dinástico temprano, 2900–2350) algunas posibles menciones a Elam, que es llamado en sumerio NIM. KI, pero se discute si realmente se hacía referencia Elam por entonces.
Ya en el paleo-elamita, las fuentes sí que se refieren a Elam. Ocasionalmente encontramos testimonios de conflictos bélicos entre Elam y ciudades como Kish y Lagash. Pero quizás nuestra mejor fuente para este momento sea la Lista Real Sumeria.
¿Que qué es la Lista Real Sumeria? Aquí dejo un hilo en donde explicamos por qué es uno de los documentos más importantes para la historia temprana de la Mesopotamia:
En la Lista, reyes como En-mebaragesi aparecen conquistando Elam. Pero quizás más destacable aún, se menciona claramente a la región de Awán. Esto es sumamente importante, porque Awán es posiblemente el nombre con el que los nativos denominaban a una de las subregiones...
...de Elam, al norte de Susa. Awán es mencionado en la Lista en tanto sus reyes habrían luchado contra una dinastía mesopotámica asentada en Kish. No sabemos cuánto de real hay en esto, pero nos vaticina ya del rol clave que jugaría este pueblo en los siglos venideros.
Pero sabemos más sobre las relaciones mercantiles entre Elam y Mesopotamia que sobre sus vaivenes políticos. Y la evidencia apunta a fuertes lazos comerciales e intercambios constantes y considerables. Las tablillas de varias ciudades mencionan no solo comerciantes con nombres...
...elamitas, sino también los productos que se importaban desde allí. Parece que la madera era bien apreciada. Grano, partes ya elaboradas de carruajes de madera, esclavos y ciertas especias también aparecen con frecuencia.
Algo muy llamativo son los vínculos entablados entre Elam, donde Susa se estaba erigiendo en un importante centro comercial, con territorios más al este: el valle del Indo y Bactria. Estos lazos nos son conocidos gracias sobre todo a las importaciones halladas en Susa.
Uno de los elementos más icónicos son sellos con representaciones de búfalos de agua, animal típicamente del Indo. Los elamitas adoptarían y adaptarían esta iconografía con frecuencia, y los intercambios se extenderían hasta alrededor del 1900 a.e.c.
Un quiebre importante sobrevino con la llegada de Sargón de Akkad al poder. Este rey acadio es el fundador de lo que, para algunos, fue el primer imperio de la historia. Con tal título, no sorprende que su influencia y la de sus descendientes se hiciera sentir en Elam.
Sargón, según el mismo nos lo dice, realizó conquistas desde el Mar Superior (el Mediterráneo) hasta el Mar Inferior (el Golfo), donde, en un acto simbólico, lavó sus armas. Justamente, Sargón se enfrentó en el sureste a los elamitas, y anexó la región a su imperio.
Sus sucesores hicieron frente a la tarea de mantener unido al imperio, unos con más éxitos que otros. Mientras la dinastía se mantuvo en el poder, su influencia en Elam fue considerable, ejerciendo un verdadero control político y económico sobre la región. Fue bajo el reinado...
...de Naram-Sin, nieto de Sargón, que la influencia llegó a su punto máximo. Tras hacer frentes a rebeliones por todos lados de su imperio, incluido Elam, Naram-sin recuperó el control de manera férrea, y Elam quedó definitivamente incorporado y subyugado al imperio acadio.
Así, mientras inscripciones previas a Naram-Sin mencionan a dos reyes de Elam, Hishibrashini y Emahsin, que deberían haber sido vasallos del imperio, tras su reconquista las fuentes solo mencionan el cargo de “ensi”, es decir, gobernador, un representante del poder central.
Curiosamente, Naram-Sin resulta ser el único rey acadio del que se tiene noticias actuó directamente sobre el este no ya de forma bélica, sino como un rey constructor. En Susa, ladrillos de un templo llevaban su nombre. La construcción de templos era una tradición central...
...para la cultura mesopotámica, y encontrarnos con su nombre en Elam nos muestra un rey interesado en involucrarse con los locales de forma simbólica.
El periodo de dominio acadio es una encrucijada en la historia elamita. No solo implicó profundos cambios políticos, sino que, para nosotros, es el comienzo de documentación más rica e interesante. No solo aparecen aquí los primeros rastros escritos de la lengua elamita...
...sino que, además, las fuentes dan cuenta, por vez primera, de una interesante lista de deidades propiamente elamitas. Algunos de sus nombres son Inshushinak, Narundi, Nahhiti, Pinikir, Simut, Humban, Hutran, Siashum y Napi.
Quizás la fuente más importante sea el así llamado “tratado de Naram-Sin”, realizo con un rey cuyo nombre no nos llegó. Esta alianza, realizada después de la rebelión elamita, es una promesa por parte de los gobernantes locales de no volver a alzarse contra el imperio y de...
...erradicar todo “anti-acadismo” de la región. Una princesa acadia parece haber sido entregada para sellar la alianza, a la vez que el rey ofreció numerosos regalos a los locales. Lo más interesante es la declaración de los vencidos:
“El enemigo de Naram-Sin también es mi enemigo, el amigo de Naram-Sin también es mi amigo”. El sometimiento es claro.
Pero ¿estaba destinado a durar mucho más? ¡Lo veremos en el próximo hilo!
Por si les interesa la historia del Imperio Acadio, pueden pasarse por estos dos hilos. Uno trata sobre Sargón y su leyenda (que nos recuerda un poco bastante a la de Moisés):
-Potts, D. T. (2016). The archaeology of Elam: formation and transformation of an ancient Iranian state. Cambridge University Press.
-Álvarez-Mon, J., Basello, G. P., & Wicks, Y. (Eds.). (2018). The Elamite World. Routledge.
Imágenes y créditos📷
-Toro arrodillado haciendo una ofrenda (The MET)
-Mapa de la expansión de Uruk (Zunkir)
-Cuencos de borde biselado, provenientes de Susa y Nínive respectivamente (Dorieo – Vassil)
-Tabilla económica de Susa (Marie-Lan Nguyen)
-Mapa de la macrorregión de Elam (Jolle)
-Sello protoelamita e impresión (ALFGRN)
-Cuentas de cornalina y brazalete provenientes del Indo (ALFGRN)
-Sello indio con búfalo de agua (ALFGRN)
-Sargón de Akkad en su estela de la victoria (ALFGRN)
-Mapa del Imperio Acadio (Zunkir)
-Retraro de Naram-Sin (Levi Clancy)
-Tablilla con inscripción en elamita linear (Zunkir)
-Tratado de Naram-Sin (Marie-Lan Nguyen)
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Muchas veces olvidamos que Dioniso no fue sólo el dios del vino, sino un viajero y un conquistador.
Muchos mitos narraron sus andanzas a lo largo del mundo, pero una en especial caló hondo en la imaginación de los antiguos: sus viajes a la India.
¡Hilo! ⬇️
Hijo de Zeus y una mortal, Semele, Dioniso era un dios con un carácter muy particular. Nacido dos veces (la segunda del muslo de Zeus), enloquecido por Hera, caminante incansable, descubridor del vino, guerrero en tierras lejanas… Sus historias son muchas. Su figura, multiforme.
Los numerosos y muy variados mitos que circulaban sobre su vida, sumados a la peculiar forma de adoración que recibía en los misterios dionisíacos, hicieron de él una figura atrayente, pero también muy discutida.
¡Qué mejor manera de comenzar el fin de semana que con un hilo de animales marinos en monedas de la antigua Grecia!⬇️⬇️
📷BM
Comencemos por algo sencillo: peces. Un ejemplo típico lo encontramos en este óbolo de plata de la ciudad Anfípolis (410-357 a.C.).
📷American Numismatic Society (ANS)
La ciudad de Cícico los introdujo en sus acuñaciones en diversas situaciones, sea nadando en libertad, como en el ejemplo de la izquierda (600-550 a.C.), o atrapados por un jinete en un delfín (550-475 a.C.).
El Sarcófago de Alejandro data de finales del siglo IV a.n.e y fue hallado en la ciudad fenicia de Sidón.
Su nombre no se debe a que haya pertenecido a Alejandro Magno, si no a que los elaborados relieves que lo recubren muestran escenas de este rey luchando contra persas ⬇️
Se han barajado varias hipótesis sobre su posible dueño. Aunque en un principio se creía que efectivamente podría haber sido Alejandro, esta posibilidad se descartó hace tiempo. Hoy predomina la idea de que un noble fenicio o iranio habría encomendado el sarcófago ⬇️
Su blanco marmóreo no debe engañarnos, porque, como es el caso para la mayoría de las obras de la Antigüedad, los frisos estaban pintados con vivos colores. Por fortuna, los pigmentos originales han dejado suficientes rastros como para realizar reconstrucciones tentativas ⬇️
A principios del siglo III a.C., un sacerdote de Babilonia comenzó la obra de su vida: escribir la historia de su pueblo desde la creación del universo hasta sus días. Y decidió hacerlo en griego.
¿Quién era este hombre y cuál fue su importancia? Hoy hablamos de Beroso ⬇️
Beroso (Bēl-re'ušunu en acadio, “Bel es su pastor”), a veces llamado “el Caldeo”, fue uno de los historiadores más peculiares de la Antigüedad.
Los datos certeros sobre su vida son escasos, pero, al contrario, abundan detalles interesantes y leyendas sumamente llamativas.
Respecto a la cronología, Beroso mismo se describía como contemporáneo de Alejandro Magno y de los primeros seléucidas. De hecho, dedicó su obra, “Babyloniaka”, una historia de Babilonia, al rey seléucida Antíoco I (r. 281-261 a.C.).
Con la campaña de Alejandro Magno, la India se abrió al mundo griego de una forma sin precedentes.
Y hubo un hombre responsable de revelar ese lejano y extraño país a sus compatriotas: hablamos de Megástenes, el embajador griego en la India⬇️
Para el año 304 a.C., la presencia política griega en el noroeste de la India se había prácticamente esfumado. Las conquistas de Alejandro se habían revelado efímeras tras su muerte, pues sus sucesores, más concentrados en los eventos del Mediterráneo, descuidaron la región.
Pero además, algo había cambiado desde los tiempos en que el rey macedonio se había enfrentado a Poros en el río Hidaspes. Atrás habían quedado los días en que una multitud de estados muy desiguales regía el extremo norte del subcontinente.
La famosa Biblioteca de Alejandría, aquella obra cultural que habría llegado a albergar todos los libros de la Antigüedad. Pero ¿que significa eso exactamente? ¿Acaso sabemos qué libros contenía la biblioteca en realidad? ¿Tenemos sus títulos y autores?
Un pequeño hilo⬇️
La Biblioteca de Alejandría era parte de una institución mayor, el Museion, un lugar dedicado a las Musas y cuyo propósito era servir de sitio de trabajo a intelectuales y poetas del mundo antiguo. Fundado por Ptolomeo I (367-283 a.e.c.) fue completada por su hijo, Ptolomeo II.
La Biblioteca era, pues, la colección de libros que se encontraba en el Museion. Las fuentes antiguas nos hablan de esta como una verdadera empresa cultural, interesada por el conocimiento en sí mismo y con objetivos universalistas: abarcarlo todo.