Los círculos de hadas del desierto de Namibia (África) o Australia siempre han llamado la atención por su curiosa disposición. Estas áreas circulares, rodeadas de vegetación perenne y dispuestas en distribución hexagonal, han sido durante muchos años un misterio. Hasta ahora. 
Estos círculos tienen entre 2 y 35 metros de diámetro y en su interior la hierba no crece, pero muchos de ellos están rodeados por un anillo de vegetación mas alta que la de alrededor, como si fuera una corona verde que delimita el perímetro de la zona seca.
En 1952 Alan Turing, el matemático y creador de la maquina Enigma que logró desencriptar los códigos nazis en la Segunda Guerra Mundial, introdujo el patrón de Turing por el cual la dinámica de ciertos sistemas uniformes podría dar lugar a patrones estables cuando se perturba.
En concreto estos patrones aparecen en ciertos sistemas, debido a perturbaciones aleatorias y mecanismos de reacción-difusión, cuando la interacción entre dos sustancias difusibles lleva a la formación de patrones simétricos de forma espontánea y fuertemente estructurados.
Esta base teórica de patrones la podemos encontrar en la naturaleza.Turing propuso,por ejemplo,que tanto las rayas de una cebra como la disposición de la espiral de las semillas de un girasol están determinadas por la interacción de moléculas que interactúan químicamente entre sí
Esta teoría de patrones de Turing se puede aplicar desde la astrofísica hasta la biología (además de muchos otros campos) y según una reciente investigación resulta que estos famosos círculos de hadas parecen seguir también estos patrones.
Fueron investigadores de Alemania, Australia e Israel los que llevaron a cabo un estudio de campo en profundidad en las vastas áreas deshabitadas de Australia Occidental, donde se produce este crecimiento de las plantas en disposiciones circulares.
Concluyeron que estos círculos tienen este patrón a consecuencia de ciclos de retroalimentación entre la biomasa y el agua en la hierba. (📷Stepahn Getzin)
La costa de arcilla que tienen dentro de los círculos genera un suministro extra de agua para la vegetación cercana. Algo que aumenta la sombra y la infiltración de agua en el terreno por sus raíces.
Además, encontraron que la cubierta vegetal podría reducir la temperatura del suelo en unos 25ºC en el momento mas caluroso del día, lo que facilita la germinación y crecimiento de nuevas plantas.
En resumen: determinaron que con esta dinámica de crecimiento cooperativo redistribuyen los recursos hídricos y transforman el paisaje para poder hacer frente mejor a las condiciones áridas donde se encuentran. (📷Stephan Getzin,2016)
Hasta hace poco sus orígenes se debatían y se barajaron todo tipo de teorías como, por ejemplo, que se debían a la actividad de termitas bajo el suelo. Este estudio muestra que están diseñando su propio entorno con esa formación de patrones huecos espaciados de forma simétrica.
Esta investigación se acaba de publicar en la revista Journal of Ecology besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/13…
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