Es tarde ya, pero el debate sobre la desaparición del FIDECINE y el FOPROCINE ameritan unas notas para que usted, simple mortal, entienda el callejón sin salida en el que están metiendo al gremio del cine nacional.
Este TL ya había tocado el tema de la urgencia de una nueva Ley de Cinematogafía, la última reforma integral data de los tiempos de Salinas y varias reformas menores se hicieron en los sexenios de Zedillo, Fox y Calderón.
Acá dos hilos de noviembre del 2018 para tener mayor contexto sobre la necesidad de una nueva Ley de Cinematografía y los puntos finos que debería tratar dicha reforma.
Centrémonos en el debate actual de la desaparición del FOPROCINE y del FIDECINE.
El porqué es sencillo, el gobierno no tiene el dinero suficiente para mantener los apoyos ganados en otros sexenios porque recauda menos, y porque el caudillo en turno tiene sus prioridades.
La realidad es que los apoyos que el gremio del cine nacional había obtenido, como productor cultural desde los 80, están a punto de desaparecer.
El IMCINE, la ventanilla gubernamental para con el gremio sigue alegando que los apoyos seguirán con otro esquema.
Como ya lo comentaba en los hilos de noviembre de 2018, el problema no es que desaparezcan el FIDECINE y el FOPROCINE, fideicomisos que fueron administrados no con toda la transparencia y apegados a las reglas que la ley contempla.
El debate debe centrarse en cómo van a funcionar los nuevos esquemas de apoyo al cine nacional.
Si, cómo dice María Novaro titular del IMCINE, en verdad el gobierno va a seguir manteniendo los apoyos del erario público al cine mexicano.
La práctica recurrente de este gobierno es desaparecer un mecanismo, alegando corrupción, para cambiarlo por otro menos efectivo que el anterior. Menos efectivo e igual de costoso en muchos de los casos.
Refiérase al ejemplar caso de la compra de medicamentos del Sector Salud.
En el caso del cine mexicano no estamos hablando de poner en riesgo la vida de nadie, pero sí la sobrevivencia de la producción fílmica del país.
Uno de los efectos adversos de la administración de los fondos del IMCINE fue que estos sustentan en mucho la producción nacional.
¿Estamos dispuestos a sacrificar la producción de cine del país quitándoles los apoyos del IMCINE?
Es una pregunta retórica. Ya sabemos la respuesta.
Por eso sorprende el silencio en la pasada entrega del Ariel ante la amenaza de cancelar los fideicomisos del IMCINE.
El gremio está aferrándose a la promesa reiterada por legisladores y burócratas de que los apoyos al cine no desaparecerán.
Concediendo que así sea, esto no le asegura mantener su status al gremio del cine porque nadie a ciencia cierta sabe lo que vendrá.
Si lo que viene no cubre el espectro de realizaciones a las que apoyaba FIDECINE y FOPROCINE, la producción fílmica nacional, de por sí atomizada y dividida en dos frentes, va a sufrir una sacudida que puede desaparecer uno de esos frentes y dejar en malas condiciones al otro.
Entender el espectro que cubrían cada apoyo del IMCINE nos ayuda a entender lo básico del qué se debe cuidar en la nueva estructura de estímulos que viene.
Vayamos paso por paso.
El cine mexicano actual de puede dividir en tres grupos:
Cine comercial exitoso.
Cine comercial de riesgo.
Cine de contenido no comercial.
Reitero es una simplificación pero sirve para comprender las bases de los estímulos del cine.
¿Hay cine mexicano comercial exitoso?
Por supuesto.
Es el cine que rompió el divorcio entre el publico mexicano y el cine nacional, y logró una racha de mas de un año de presencia de por lo menos una película mexicana en top semana de taquilla.
Claro está, todo el cine tiene un porcentaje de riesgo en la taquilla, aun por muy probada que sea la fórmula narrativa que contenga.
Pero es un cine cuya mayoría tiene ganancias en taquilla y es negocio. No por ello se le negaba un apoyo desde el Estado.
Para el cine comercial exitoso se creó el EFICINE cuyo esquema simplificado es:
Yo productor de cine me consigo socios que ayuden a financiar la cinta, Esos socios de entrada descuentan el apoyo vía deducción fiscal.
La cinta genera ganancias y cubre fiscalmente el descuento.
Es como si el gobierno sirviera de aval entre un acuerdo de terceros: los productores y los socios.
Es un esquema exitoso que de entrada no le cuesta al Estado porque el apoyo lo dan los socios, que pueden ser personas físicas o morales.
Si usted ha sido curioso en el momento de ir a ver una comedia de cine mexicano actual habrá visto que la mayoría, durante los créditos iniciales, muestran la cortinilla "cinta con apoyo del artículo bla bla" y los logos de las marcas socias de la película.
Eso es el EFICINE.
Por supuesto, nadie en su sano juicio querría ser socio de una película de alto riesgo en taquilla.
Por eso la mayoría de la cintas que usan el EFICINE son fórmulas probadas.
Y es por eso que la comedia mexicana en cines se cuece aparte del resto.
El debate hoy no se centra en desaparecer el EFICINE porque, reitero, de entrada no le cuesta al erario público, aunque hay reglas y topes para el monto que puede autorizar deducir de impuestos por los socios.
Y el margen de pérdida del EFICINE es muy poco.
Lógicamente hay cine comercial cuyo riesgo en taquilla no lo hacen atractivo para que haya los suficientes socios capitalistas de la iniciativa privada para apoyarlos vía EFICINE.
Ahí es donde entran el FIDECINE y el FOPROCINE.
Digámoslo con las tendencias actuales: Si su película mexicana no es una comedia, es cine de alto riesgo comercial.
¿Van entendiendo los grandes segmentos del cine mexicano?
Este cine necesita el apoyo del Estado para realizarse.
El FIDECINE es el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine.
Una parte del dinero de ese fondo la paga usted cada vez que compra un boleto de cine, cada vez que alguien paga por derechos de exhibición en México, otros impuestos relativos a la distribución y, claro, parte del erario
El FIDECINE fue creado para detonar la producción, mas allá del cine de autor, que se venía gestando a finales de los años 80.
Es decir, es el fondo que creó el embrión de la industria de cine nacional. Que creció la producción de una decena, a mas de una centena de películas
El FIDECINE, dicen las reglas, no es un fideicomiso a fondo perdido, es decir los dineros prestados a los productores debían ser devueltos al término de un lapso de tiempo, y en todos los casos sólo apoyaba un porcentaje del costo total de la cinta.
Eso decían las reglas.
Pero, aquí, la parte oscura de los fideicomisos, una gran parte de los proyectos no devolvían todo el dinero prestado, y algunas cintas se financiaban casi por completo con el FIDECINE gracias a lo que algunos llaman "contabilidad creativa".
Atención a este punto.
En este TL nunca se ha negado que había malas aplicaciones en las reglas de los fondos del IMCINE.
El mayor efecto pernicioso de ello, de nuevo, es que el cine mexicano depende en mucho del dinero de los impuestos para sobrevivir.
Así pues, en el estire y afloje sexenal, buenos y malos aciertos, el EFICINE creció en monto, en pérdidas, y en número de películas financiadas.
Pasamos de un puñado de cintas mexicanas estrenadas a principios de los años 90, a mas de cien en los últimos años.
Aquí se dijo, y sostengo, que el gran fallo del FIDECINE es pretender producir mas películas sin tener la seguridad del retorno de taquilla. Vamos, ni siquiera tener la seguridad del estreno.
Aplicarle un "Menos es mas" era lo que mejor podía pasar en las reglas del FIDECINE.
¿Desaparecer el FIDECINE?
Vayámonos olvidando de un buen porcentaje de producción nacional.
Entre malas y buenas opciones.
Es decir olvidarnos del mecanismo que pueda balancear los contenidos de la producción mexicana.
Nos quedaría la comedia, y un puñado mas.
Ya hablamos del estímulo al cine mexicano comercial rentable, al cine comercial de riesgo.
¿Qué queda?
El cine de contenido no comercial.
Aquel que probablemente le vaya a ganar los grandes premios, pero no las grandes audiencias.
Para este cine se creó el FOPROCINE.
EL FOPROCINE, oh sopresa, tampoco es un fideicomiso a fondo perdido (risas grabadas), y tampoco debió financiar completamente una película (mas risas grabadas).
Es un fondo que se pensó principalmente para apoyar el cine de autor.
El FOPROCINE fue el primer apoyo creado desde la Ley de Cinematografía del sexenio salinista.
Un esquema pensado para el cine de autor escaso que se hacía en aquellos años finales de los 80, y que sostuvo y creó la era del Nuevo Cine Mexicano.
El FOPROCINE no fue creado para detonar la producción fílmica, para eso se creó el EFICINE.
Cuando fue institucionalizado este último, el FOPROCINE se convirtió en la tabla de salvación del mal llamado "cine de arte" mexicano.
Y tiene lógica.
Imagine:
Usted es Carlos Reygadas y piensa hacer una cinta llamad Post Tenebras Lux.
¿Será un proyecto tentador para un patrocino de ... Grupo Modelo?
¿Reygadas hace un cine un un porcentaje de retorno de taquilla en buen porcentaje?
Al cine de Reygadas el EFINCINE no le sirve mucho.
Quizá una parte de financiamiento del FIDECINE no le iría mal.
El cine de Reygadas, y de otros autores, se hace con dinero del FOPROCINE. Un fondo de alto riesgo de recuperación.
Pero Post Tenebras Lux fue al Festival Cannes a ganar el Premio de Mejor Dirección.
Y, pese a lo que se diga, y quizá sea tema de debate, invertir en cine que gana premios en festivales es una inversión para la industria del país de origen.
Usted retira el FOPROCINE y condena a muerte al cine de autor de este país.
Adiós a la presencia mexicana en festivales del mundo, con todo lo que ello implica. Quizá no desaparezca del todo, pero sí se volverá escaso y esporádico.
El FOPROCINE es el oxígeno del cual vive el cine de autor de este país.
El FIDECINE es el engranaje que sostiene en gran porcentaje la producción cinematográfica nacional.
Este gobierno está por desaparecerlos.
Si es que van a continuar los apoyos al cine mexicano, como se ha prometido, el debate debe ser cómo se va a salvaguardar la producción que sostenían el EFICINE y el FOPROCINE.
Esa es la verdadera preocupación.
Un sólo fideicomiso con reglas que amparen al cine comercial de riesgo y al cine de autor de este país, que evite las viejas prácticas del FIDECINE y el FOPROCINE, que sacrifique sí una parte de la producción en pos de menos películas de mayor calidad con estreno asegurado.
Lo anterior es lo deseable en la nueva Ley de Cinematografía que se está debatiendo en los salones del Congreso.
Es lo deseable ante la desaparición del FIECINE y el FOPROCINE.
Y es sólo una parte del debate que implica todo el contenido de la Ley.
Si usted, simple mortal, se dice ajeno a las implicaciones de la nueva Ley de CInematografía, de una vez le advierto que el alcance de la ley pretende dar pautas sobre los contenidos en formato físico, el descargable y el streaming.
Para ver si se siente tan ajeno al tema.
Se está jugando el futuro y sobrevivencia del Cine Mexicano en la nueva Ley de Cinematografía.
De ese tamaño el debate.
Alguien dijo que vivíamos otra Epoca de Oro del Cine Nacional.
Al anterior, un gobierno nacionalista y popular le aplicó la eutanasia.
López usó a varios académicos y analistas como "apantallapendejos" para seducir afinidades intelectuales y crear una cargada académica a su favor.
Sheimbaum repite la historia.
Luego resultó que esos "probos" académicos, ya en puestos directivos del gobierno federal, dejaron aun lado convicciones para ser uno mas de la fauna abyecta del caudillo. Sumisa a sus estupideces, cómplice de sus despropósitos.
Ejemplos sobran.
Cuántos no pensaron que la CONADE funcionaría mejor con Ana Gabriela Guevara, que sufrió en vida propia el desdeén burocrático.
Y ahora es la peor burócrata con la que han lidiado los deportistas.
En los últimos días la Academia Mexicana de Cine, algunos miembros del gremio y la titular del IMCINE María Novaro se han envuelto en una serie de dimes y diretes sobre los apoyos que el actual gobierno brinda para la producción de cine mexicano.
Todo ello surgió a partir de la declaración de la Academia Mexicana de Cine de que dejaría en pausa la celebración de los Premios Ariel, que reconoce el mejor cine nacional, debido a no contar con los apoyos para realizar la ceremonia y pagar las estatuillas.
La audiencia ya sabía que se referían a la Estrella de la Muerte, cuya destrucción es la misión suicida de la segunda mitad de STAR WARS: A NEW HOPE. Aquella película que vuelve legendario a su creador: George Lucas.
ROGUE ONE es la película que detalla la forma en que la alianza rebelde descubre la falencia estructural de la Estrella de la Muerte.
Es decir, todos ya sabíamos cómo iba a acabar la película. Porque los descubridores de dicha falla no sobrevivieron para ver su destrucción.
El gran reto de ROGUE ONE es cómo narrar una historia interesante cuando el desenlace ya está definido.
El reto fue superado con creces, porque, entre otras cosas, desmantela parte de las bases conceptuales con las que se concibió el universo de STAR WARS.
Si hay lecciones que nos han dejado los cientos de monarquías que han existido, y de las cuales se nutre la ficción monárquica, es que la divinización del monarca es uno de los mayores embustes de la civilización.
Y que la consanguineidad es un atributo sobrevalorado
Las monarquías inician gracias a la convergencia de fuerzas sobre un liderazgo sólido que brinde estabilidad a una región, esa es la realidad.
Darle una divinidad a dicho liderazgo fue, y es hoy día, redondear el beneplácito de dicho liderazgo para el pueblo simple.
El centro de Guadalajara, en su fisonomía da cuenta del cómo por décadas las administraciones municipales se preocuparon mas por facilitar la vialidad motorizada por el primer cuadro de una ciudad colonial no planeada para ser la segunda gran urbe del país.
Vaya al Jardín del Carmen y mire cómo se cortó de tajo los portales del su convento anexo para dar paso a Av. Juárez, una avenida en la que tuvo que moverse el edificio de teléfonos para dar paso a un carril.
En el trazo de Av. Federalismo, dejaron una iglesia en un camellón.