Las cosas claras 😇
No le debo cordialidad a alguien que viene a intentar utilizar mis ganas de ayudar a las víctimas de #AcosoEscolar en su propio beneficio.
Y aquí os ofrezco en directo el día que está señora recordará para el resto de su vida como uno de sus mayores resbalones.
¡Eah! ¡Ya me están llegando reseñas negativas en Amazon bajándome la valoración!
“Te espero a la salida, un manual para padres frente al #AcosoEscolar” no es algo con lo que enriquecerme. Es algo con lo que ayudar, y aunque me hunda las valoraciones (que estaban en 5 de 5)...
siempre habrá alguien que, al escuchar que l@s pequeñ@s de una familia están sufriendo #bullying, lo recomienden como una forma de salir y superar el problema.
Es el boca a boca entre personas afectadas lo que ha hecho que se venda. Y así seguirá.
Aunque eso no me impide alertar a Amazon de todo esto (a ver si puede filtrar las valoraciones fraudulentas) e ir preparando la respuesta legal que le va a caer a esta mujer.
😈Esto va a ser divertido😈
Actualización:
Hay otros compañeros que están compartiendo historias similares. Y, al igual que a mí, le han aparecido cuentas (con enorme cantidad de seguidores) a llamarlos mentirosos. ¡Qué casualidad!
Hay una cuenta con más de 150.000 seguidores que ha publicado en su TL, en mi hilo y en los RT de algunos de mis lectores (¡cuánto esfuerzo!) que lo que cuento es mentira.
Me quedo con lo bueno: ahora hay mucha gente denunciando estas prácticas.
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Al final, queda la sensación de que la gente que tiene razón debe callarse para no molestar a los equivocados 😞
No me quito de encima la sensación de que tuvimos mucha suerte con los agentes que atendieron la llamada.
Lamento las erratas del hilo, pero es que me ha puesto muy nervioso revivirlo: Durante todo el tiempo estuve recordando un caso que atendimos en @CiberProtecter hace 3 años de dos adolescentes que grabaron a una niña pequeña de fondo cuando bailaban en la piscina.
Si mañana se hace viral (más les vale que no) el vídeo de “un boomer increpando a tres pobres niñas que solo querían grabar un TikTok en la playa”, al menos ya sabéis la historia completa 🤷🏼♂️
Nadie del circo romano me dijo “pues tenía usted razón”. Ni disculpas.
Una señora se fue murmurando “pero tampoco tenía que haberse puesto así de gilipollas” (recuerdo que yo solo pedí que no se publicase la cara de mi hijo y, ante la agresividad, recordé que era ilegal 🤷🏼♂️).
Al final, queda la sensación de que la gente que tiene razón debe callarse para no molestar a los equivocados 😞
Recientemente he visto un debate/cara a cara que ha organizado un famoso influencer, en el que enfrentaba dialécticamente a influencers de la conspiración y el terraplanismo con divulgadores científicos.
Hay algo que me gustaría comentar:
Obviamente, los “argumentos” de los primeros no se sostenían, no ya a un análisis científico, sino a una conversación informal con mínimos de rigor científico. Hasta aquí, no hay sorpresas.
Pero ellos lo perciben: No hay sorpresas.
Entre ellos, los hay que quieren creer y los hay que quieren que los demás crean, así que, ya sea por autoprotección de su creencia (no se la vaya a desmontar la realidad) o de su chiringuito (no vaya a perder a sus consumidores), luchan, no por dirimir, sino por tener razón.
Hace tiempo pusieron un casino en mi barrio. Imagináoslo: el típico con la puerta y escaparates llenos de luces de neón.
Llamaba mucho la atención y, los críos que pasaban por allí, sentían curiosidad. ¿Qué niño no se siente atraído por lo prohibido?
El casino, que se llamaba Chanín, tenía una pésima reputación.
Además del juego, dentro se movía una gran cantidad de "negocios delicados": Strippers, alcohol, otras sustancias, prostitución...
El barrio lo sabía: Su dueño era un intocable jefecillo de los negocios turbios al que todos llamaban Big Fran y del que siempre se podía esperar que explotase este tipo de "actividades económicas".
Los vídeos de actos de acoso escolar son de muy mal gusto, en ocasiones exponen a menores, e incluso en el peor de los casos acaban exponiendo más a la víctima.
Pero son increíbles para concienciar a la gente del drama que supone ir a clase a qué te torturen.
Hoy…
No lo voy a compartir yo 😞 pero se ha filtrado un vídeo en el que un agresor de 15 años exige a un compañero de 13 que le bese sus zapatillas.
Durante el proceso, el bully le da una patada de lleno en la cara (e intenta repetirla varias veces).
Cuando cuento la historia de mi bully saltando sobre mi cabeza una y otra vez incluso tras mi pérdida de consciencia, intento transmitiros la brutalidad de aquel acto con palabras.
No funciona.
La brutalidad de los actos de un bully solo se perciben en el sufrimiento que dejan.
Ayer, la Consejería de @EducacionCan decidió suspender las clases de hoy por la ola de calor.
Desde el comunicado, he estado leyendo por el grupo de WhatsApps de padres y madres de la clase de mi hijo cómo varias mamás se manifestaban por la medida CONTRA LOS PROFES.
“Esto lo han hecho para montarse un puente tremendo”, “fuerte cara dura”, “cómo se nota que ellos no tienen el problema de tener que ir a trabajar”…
No saben que soy profe.
Pero, la situación es surrealista y me gustaría explicarme (empezando por la empatía que no recibimos).
Entiendo perfectamente que, un mundo supuestamente civilizado, en el que se suspenden las clases de los hijos pero no la jornada laboral de sus familiares, en muchos casos solo consiguen complicarles la vida.