Thread by @Tomcero

1) Hoy vamos a hablar acerca del destino de los cadáveres del Dictador, Adolf Hitler y de su esposa, Eva Braun. Qué les hicieron? A dónde los llevaron?... Aquí la historia... recordemos que el 30 de abril de 1945 ( según la mayoría de los biógrafos de Hitler), en horas de la

2) tarde, Eva Hitler se envenenó con Cianuro y el Führer se disparó en la sien derecha, suicidándose ambos. Después que Otto Günsche ( Oficial de la SS u Organización de Seguridad del Reich y asistente personal de Hitler) contó lo ocurrido a los presentes en el búnker, el Oficial

3) de la SS, Heinz Linge (Oficial de Protocolo del Führer), se asomó en la puerta de la antecámara de Hitler y preguntó por la gasolina. Erich Kempka (chófer del Führer), dijo que tenía 170 litros en bidones a la entrada del jardín. Linge y el Doctor Stumpfegger(médico de Hitler)

4) se llevaron el cuerpo del Führer en una manta marrón oscuro del ejército. La cara de Hitler estaba parcialmente tapada y le colgaba el brazo izquierdo. Martin Bormann ( Oficial alemán y secretario personal del Führer) iba detrás, llevando en los brazos el cuerpo de Eva, que

5) tenía la cabellera suelta. Verla en brazos de Bormann fue demasiado para Kempka ( que sabía que ella siempre había odiado a Bormann por ordinario e inescrupuloso. Eva era una buena mujer, inocente de las decisiones de su esposo. Quería mucho a Kempka, que a su vez, era un

6) buen hombre) y éste pensó: “ni un paso más!”. De repente, Kempka le gritó a Günsche: “Yo llevo a Eva!”. Y, se la quitó a Bormann de los brazos. Pero, Kempka era un hombre delgado y pequeño, hombre de poca fuerza y a mitad de camino de los 4 tramos de escalera que ascendían al

7) hacia el jardín, el cuerpo de ella estuvo a punto de escurrirsele entre los brazos. Éste se detuvo, incapaz de seguir, hasta que Günsche acudió en su ayuda, y entre los dos subieron a Eva hasta el jardín. Al salir todos... otro ataque ruso de artillería había comenzado, y los

8) obuses estallaban en los escombros. Sólo las irregulares paredes de la Cancillería permanecían en pie, y temblaban con cada explosión. A través de una nube de polvo, Kempka vio el cuerpo de Hitler a menos de 3 metros de la entrada del búnker con las piernas recogidas y el pie

9) derecho doblado hacia dentro,posición que siempre adoptaba en viajes largos en automóvil. Kempka y Günsche colocaron el cuerpo de Eva a la derecha del cadáver del Führer. De repente, el fuego de artillería se hizo más intenso, obligándolos a protegerse a la entrada del búnker.

10) Kempka esperó unos minutos, luego tomó un bidón de gasolina y corrió hacia los dos cuerpos. Puso el brazo izquierdo de Hitler más pegado al cuerpo. Lo hizo sólo para demorar un deber desagradable... el se resistía a verter gasolina sobre los cadáveres! Una ráfaga de viento

11) agitó el pelo del Führer. Kempka abrió el bidón. Una bomba explotó e hizo caer una lluvia de polvo. Kempka se arrastró hacia el búnker para protegerse. Günsche, Kempka y Linge esperaban a la entrada del búnker a que se produjera una pausa en el bombardeo. Cuando éste cesó,

12) todos volvieron a acercarse a los cadáveres. Estremeciéndose de repulsión, Kempka roció los cuerpos... pensó: “No puedo hacerlo... y sin embargo... lo estoy haciendo!”. Observó la misma reacción en el rostro de Linge y Günsche, que también estaban echando gasolina a los

13) mismos. Desde la entrada del búnker; Goebbels, Bormann y el Doctor Stumpfegger contemplaban la escena con morbosa inquietud (todo esto fue recogido por la historia de los diarios de Goebbels,Kempka, Günsche y Linge). La ropa de los cadáveres estaba tan impregnada de gasolina

14) que no se movía ni siquiera con las ráfagas de viento más fuertes. El bombardeo recomenzó, pero los tres hombres fueron vaciando un bidón tras otro, hasta que la depresión poco profunda en que se hallaban los Hitler, se llenó de combustible. Günsche sugirió encenderla con una

15) granada de mano, pero Kempka se opuso. La idea de volar los cuerpos le repugnaba demasiado. Entonces, vio unos trapos cerca de una boca de agua junto a la entrada del búnker. Se los señaló a Günsche, quién los recogió y empapó de gasolina. Goebbels, le alcanzó a Kempka una

16 caja de fósforos y prendió fuego a los trapos, arrojándolo a los cuerpos. Se elevó una bola de fuego, seguida por una oscura columna de humo. Aunque sólo era una hoguera pequeña en una ciudad en llamas... era un espectáculo espeluznante! Los hombres miraban hipnotizados el

17) fuego que comenzaba a consumir los restos de Adolf y Eva Hitler. Impresionados, Günsche y Kempka, volvieron a la entrada del búnker dando traspiés. Llegaron más bidones de gasolina, y durante las tres horas siguientes se continuó vertiendo combustible sobre los cadáveres que

18) ardían. Aturdido, Günsche bajó de nuevo al búnker. En el piso superior vio a Traudl Jünge ( secretaria del Führer) sentada en una banqueta con una botella de ginebra Steimhäger junto a ella. Él tomó un trago; las grandes manos le temblaban y dijo: “creo que este es el sorbo

19) de licor más delicioso que he probado en mi vida! No sabes cuanto lo necesitaba! Y te digo un secreto, Traudl... no me gusta la ginebra! Pero, he cumplido la orden del Führer. Su cuerpo se ha quemado!”, le dijo a Jünge. Ella se paró y fue a la suite de Hitler. Encontró la

20) puerta abierta. En el suelo, cerca del sofá, estaba la cápsula de latón que había contenido el veneno que tomó Eva. Parecía un pintalabios vacío. En el almohadón de la derecha, vio sangre, la sangre de Hitler. De un perchero de hierro, colgaban la correa de la perra y el

21) sobretodo gris del Führer, encima estaba su gorra con el emblema dorado del Partido y sus guantes de piel de ciervo. Traudl, decidió llevarse los guantes como recuerdo. Luego, vio el abrigo de piel de zorro plateado en el guardarropas que Eva le había regalado, pero Traudl no

22) pudo cogerlo. De qué le serviría? Lo único que necesitaba era una cápsula de veneno para usarla en caso de caer en manos de los soviéticos ( por si tortura o ultraje)... cosa que no ocurrió en su caso! Pero, qué hicieron con los restos? Los dejaron allí a la intemperie? Pues,

23) no! Esa noche, los escasos restos carbonizados de los Hitler fueron recogidos en una lona y, según recuerda Günsche, fueron depositados en el cráter que había producido un obús cerca de la salida del búnker. Los cubrieron de tierra y los apretaron con una pala de madera.

24) Hitler fue enterrado entre los escombros de la derrota y no, como le había pedido a su arquitecto, Hermann Giesler(segundo arquitecto más favorecido del Führer, después de Albert Speer), en Múnich: “Aquí nací y fundé este movimiento. Aquí está mi corazón!”. Al montículo de

25) tierra le pusieron encima una bandera nazi. La bandera cayó donde el cayó, y cuándo el murió. El Nacionalsocialismo y el Tercer Reich de mil años... murieron con él!... para siempre! Por su culpa , su amada Alemania, estaba en ruinas! La más grande ironía de todas... fue que

26) la fuerza que impulsaba su vida... su odio por los judíos... se volvió en su contra! Él creía que la eliminación de 6 millones de judíos sería su gran legado al mundo entero... sin embargo, no tenía idea... que este genocidio llevaría, en cambio... a la formación de un nuevo

27) estado judío! Es historia, amigos. P.D. En la próxima entrega, hablaremos del destino de algunos de los jerarcas nazis que acompañaron a ese ser infernal, llamado Adolf Hitler.