Thread by @elvis_nieto39

#QueridoPúblico: hay personas que vencen grandes obstáculos. Sobre todo cuando las piedras que te obstaculizan las llevas internamente.

En el episodio de la #TwitstoriaDeVenezuela de hoy, les cuento de alguien que acaba de cumplir años hace poco:

Rafael Urdaneta.

Y dice así…

Rafucho nació en Maracaibo (¿dónde más? 😂) el 24 de octubre de 1788, hijo de Miguel Urdaneta y María Alejandrina Farías. El papá era descendiente de vascos que se habían establecido con la Compañía Guipuzcoana (de esta compañía hay un twitstoria pendiente, denme chance 😅).

Parte de su infancia la pasó ente Maracaibo y Caracas, estudiando Latín en Caracas y luego regresando a Maracaibo para estudiar en un convento (no es que quisiera ser cura, recordemos que en esos años las escuelas más formales eran regentadas por la Iglesia).

A los 16 años, en 1804, su familia decidió mandarlo a Bogotá, donde vivía un tío, Martín de Urdaneta, que era funcionario del gobierno virreinal, exactamente Contador Mayor del Tribunal de Cuentas de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá (naweboná Vladimil).

El título se oye grande, pero en realidad la Real Audiencia era una especie de Tribunal Supremo para el virreinato, y tenía varias secciones: penal, civil, administrativa… El Tribunal de Cuentas era, por decirlo así, la Sala Administrativa de la Real Audiencia.

El tío lo metió a trabajar en la Real Audiencia como Oficial Tercero del Tribunal de Cuentas, mientras estudiaba en el Colegio Mayor de San Bartolomé, y tenía entre sus obligaciones la de supervisar los pagos a los militares acantonados en el virreinato.

No descarto la posibilidad de que en las aulas del San Bartolomé haya coincidido con varios de los que se integrarían en la causa independentista, entre ellos al pana Francisco de Paula Santander…

En fin, que me adelanto y no es la idea 😅

Se sabe que a Rafucho le iba tan bien en su trabajo que hasta lo premiaron con un ascenso y el correspondiente aumento de sueldo.

Así que de enchufado nada, ya se había ganado su mérito 😂

Pero para 1810, en Bogotá ya empezaban a soplar vientos revolucionarios.

A ver, cómo explicar que el peo en Colombia comenzó por culpa de un florero…

Las cosas estaban movidas desde hacía un tiempo de 1810, por las mismas razones que ya estaban caldeadas en Caracas: la guerra en España, la desconfianza a las autoridades…

Se acuerdan, ¿verdad?

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1278448848919318529

al menos aquí fue el tema de la manito, Jueves Santo, “yo tampoco quiero mando” y toda esa pajita… pero ¿POR UN FLORERO?

¿¿EN SERIO??

El asunto fue que el 20 de julio de 1810, viernes y día de mercado (para colmo), los conjurados resolvieron acudir a la casa de un comerciante, José González Llorente, a pedirle prestado un florero para decorar la mesa de uno de ellos, que iba a recibir a un comisionado real.

Llorente se negó, pero los conjurados exageraron la vaina, y ahí comenzó un movimiento que culminó en una protesta contra el virrey, quien se vio obligado a aceptar una Junta Suprema (sí, igualito que en Caracas, pero allá el gobernante participó, aunque poco).

El asunto es que Rafucho se unió al esfuerzo de la Junta Suprema, incorporándose al Batallón de Voluntarios de la Guardia Nacional, como teniente. Ahí coincidió con panas del San Bartolomé: Santander y los hermanos París Ricaurte, con quienes se trataba de bróder y todo.

También lo acompañaron otros conocidos de la Twitstoria: Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte, José D’Elhúyar…

Después de un par de acciones, donde se demostró su valentía y su capacidad de organización, se vio envuelto en una guerra civil.

Los independentistas se dividieron en federalistas y centralistas, un debate que ya tratamos de alguna forma gracias al Saimon.

Pero los neogranadinos se fueron a las armas entre ellos, y Urdaneta, Santander y los París se declararon federalistas.
Eso les trajo problemas.

Rafucho, ya capitán, llegó a estar prisionero un breve tiempo en Bogotá por las tropas centralistas de Antonio Nariño.

Pero luego fue liberado y ya en noviembre de 1812 era teniente coronel.

Entonces, en diciembre, conoció al pana Saimon.

Y de ahí pa’lante, uña y carne.

Rafucho, Santander y los París se unieron al Saimon y a Manuel del Castillo en Cartagena en diciembre de 1812, y de ahí emprendieron lo que ahora conocemos como la Campaña Admirable.

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1306422901105659905

En febrero de 1813, después de una brillante actuación en Cúcuta, fue ascendido a coronel.

Cuando Santander y Castillo se negaron a ir a Venezuela, Urdaneta y los París se ofrecieron para seguir. Los panas estaban convencidos: “con hambre y sin empleo, con el Saimon me resteo”😂

Rafucho combatió en las batallas mayores de esa campaña (Niquitao, Los Horcones y Taguanes) comandando la retaguardia patriota. Hizo la campaña completa y entró a Caracas junto con el ejército el 6 de agosto de 1813.

Bolívar, en el informe que envió al Congreso neogranadino, ya le tiraba un par de florcitas al Rafucho: "digno de recomendación y acreedor de todas las consideraciones del gobierno por el valor e inteligencia con que se distinguió en la acción".

A partir de ahí, ya como general de brigada, batalla que había, batalla donde participaba: Bárbula (septiembre), Araure (diciembre, donde destacó), sitio de San Carlos (marzo de 1814), sitio de Valencia (abril), Carabobo (la primera, en mayo), La Puerta (la segunda, junio)…

Luego del desastre de La Puerta (que ya vimos cuando hablamos del pana Boves), Urdaneta decidió retirarse hacia la Nueva Granada, logrando victorias en combates menores, y era conocido a tal punto que en principio que Páez se iba con él… él lo contó:

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1288592196225118218

Así, Urdaneta llegó a Bogotá en diciembre de 1814, donde sitió la ciudad, que estaba en poder de los centralistas (sí, todavía andaban enguerrillados…), conquistándola junto con el Saimon.

Gracias a eso, los federalistas ganaron, y Rafucho subió a general de división.

Pero el gusto no les duró mucho: los realistas empujaban desde Venezuela, apoyaos con las tropas que llegaban desde la Península al mando de Pablo Morillo.

Una serie de reveses lo llevó a enfrentarse con el gobierno federal a finales de 1815.

El gobierno lo culpó en principio de no poder haber defendido efectivamente Cúcuta, pero se defendió bien y fue absuelto a comienzos de 1816.

Ahí mismito, Urdaneta se fue al Casanare y se puso a las órdenes de Páez (ironías de la vida, ahora era él el subalterno del Catire…).

De hecho, estando a sus órdenes, destacó junto a Santander en la batalla del Yagual (octubre de 1816), hecho ya narrado por aquí por el pana JA.

Fue de los oficiales que pidió licencia para irse al Oriente y unirse al Saimon.

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1288602747726684170

Estuvo un tiempo con Mariño hasta que se armó el peo del Congresillo de Cariaco (mayo de 1817), con el cual estuvo en desacuerdo, y se incorporó a Bolívar en Guayana en agosto.

Allí presenció el fusilamiento de otro pana de la casa:

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1283581913207394306

Urdaneta se mantuvo junto con Bolívar en Guayana y luego en los Llanos (hasta hay quien dice que Urdaneta fue uno de los que ayudó a que Páez y Bolívar se conocieran en enero de 1818…).

Urdaneta secundó la Campaña del Centro (1818), que en realidad le salió mal a los patriotas.

En 1819, con la creación de la República de Venezuela (no hemos llegado aún a la Gran Colombia), Urdaneta fue nombrado Jefe del Estado Mayor General, es decir, el gran encargado de organizar el ejército. Lo logró en parte, cuando luego fue enviado al Oriente.

Ya en 1820, Bolívar había ordenado a Urdaneta que se fuera a Maracaibo, a comandar el Ejército del Norte y la Guardia Colombiana. Desde allí, participó en las negociaciones para el armisticio (es decir, el alto al fuego) entre españoles y republicanos (que luego concluyó Sucre).

Pero así como pudo negociar un alto al fuego, pudo provocar tensión: en enero de 1821, a instigación suya, Maracaibo se alzó y se proclamó republicana.

Aquí expliqué un poco lo que pasó:

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1276000131196817408

Desde ese momento, Urdaneta se dedicó a distraer a los realistas que estaban al oeste, impidiendo desde Carora que reforzaran a Miguel de La Torre y siendo uno de los factores que ayudó (desde afuera) a ganar la batalla de Carabobo (la segunda, ahora sí 😅).

Luego, reposó un poco en Bogotá, donde en 1822 se casó con Dolores Vargas París, sobrina de sus panas del alma, los hermanos París Ricaurte. Con ella tuvo once hijos.

En 1823 fue electo Senador, y hasta llegó a ser por un tiempo Presidente del Congreso.

Pero fue más el tiempo que estuvo de reposo que el que pudo ejercer al frente del Congreso, gracias a que se agravaron sus crónicos problemas renales, evolucionando con el tiempo en lo que hoy conocemos como litiasis vesical (o sea, piedras en la vejiga).

En 1826, Rafucho volvió a Marcaibo como Intendente del Departamento del Zulia, que abarcaba un amplísimo territorio.

Allí lo agarró la Cosiata, con la cual nunca estuvo de acuerdo.

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1301361975818170381

Incluso, a las órdenes de Bolívar (que había llegado a Maracaibo en diciembre de 1826, camino a Caracas), Urdaneta salió con una cantidad importante de soldados a Carora, donde esperó órdenes… y salió sorprendido con el desenlace del asunto.

Un poco desencantado, pero siempre leal al Saimon, Rafucho fue nombrado en 1827 Secretario de Guerra y Marina. Allí le tocó vivir el atentado a Bolívar en septiembre de 1828.

En ese momento se reveló un lado oscuro del Rafa.

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1311377010938310658

Bolívar nombró a Urdaneta como Comandante General del Departamento de Cundinamarca. Esto le daba poder para perseguir a los alzados e instruir su juicio.

Como lo dijo Carujo en su hilo, Urdaneta se volvió paranoico.

Las declaraciones de los indiciados hacen constar que Urdaneta quiso dirigir los interrogatorios de tal modo de echarle la culpa exclusivamente a Santander, hasta diciendo que Bolívar no era el único que iba a ser asesinado ese día, sino siete más, incluyendo al mismo Urdaneta.

De hecho, Urdaneta, como director del proceso, ordenó la ejecución de los 14 sentenciados, en especial la más polémica, la del almirante José Prudencio Padilla, aun cuando sin suficientes pruebas.

Él condenó a muerte a Santander, pero Bolívar conmutó la pena por el destierro.

Meses después volvió a ocupar la cartera de Guerra y Marina hasta 1829, y en 1830 participó como diputado en el Congreso Admirable, que promulgó una nueva constitución y le aceptó la renuncia al Saimon.

Pero la constitución y el nuevo presidente, Joaquín Mosquera, no fueron del agrado de muchos militares, y varios se juntaron para darle un golpe de Estado a Mosquera.

Así, el 5 de septiembre de 1830, Rafucho se impuso como Presidente de la Gran Colombia.

Así, se dio la coincidencia de que los presidentes de los tres países de la Gran Colombia (ya disuelta, en la práctica) eran de procedencia venezolana: Páez (en Venezuela), Urdaneta (Nueva Granada) y Juan José Flores (Ecuador), nativo de Puerto Cabello (paisano de Lacava).

Rafucho asumió el poder “mientras el Saimon regresaba a ocupar SU silla, puej”.

Pero Bolívar, apenas se enteró, no quiso meterse en ese berenjenal… al menos, no abiertamente.

En medio de todo el peo, se nos murió el Saimon.

La proclama de Urdaneta es muy conmovedora:

Pero su gobierno no logró apoyo: el vicepresidente de Mosquera, Domingo Caycedo, se declaró en ejercicio del poder y le hizo la guerra, a tal punto que una serie de derrotas obligó a Urdaneta a negociar su salida: en abril de 1831, el Convenio de Apulo le permitió salir del país.

Después de vivir un tiempo en Curazao, volvió a Venezuela en 1832, estableciéndose con su familia en Coro.

En 1835, con la Revolución de las Reformas, actuó como segundo comandante del Ejército a las órdenes (otra vez) de Páez.

Se retiró, pero en 1837 fue nombrado Secretario de Guerra y Marina por el presidente Carlos Soublette, permaneciendo en el cargo hasta 1839.

Volvió al retiro, pero en 1842 lo nombraron gobernador de Guayana… y a finales de año le encargaron una misión especial.

En 1837, Urdaneta había fundado una Sociedad Boliviana, para agrupar a los admiradores del Saimon. Desde allí, apoyaron la idea de repatriar los restos de Bolívar, lo cual se logró en diciembre de 1842: Rafucho fue el comandante de la tropa de honor que los escoltó hasta Caracas.

En 1845, España y Venezuela habían firmado un tratado donde se reconocía formalmente la independencia. Soublette comisionó a Urdaneta para canjear los instrumentos de ratificación diplomática entre ambos países.

Ya para entonces, Rafucho era respetado como una leyenda viviente, y en los círculos políticos se daba por seguro que sería el candidato del Partido Conservador para ser Presidente en 1847 (y todos estaban claros que iba a ganar DE CALLE).

Pero sus problemas con la vejiga se agravaron. Los médicos le aconsejaron una operación antes de partir, pero Rafucho se negó, queriendo salir del tema de España de un vergajazo.

Así que se embarcó para Londres.

Allí se encontró, a finales de julio de 1845, a su hijo mayor, Rafael Guillermo, que estaba en viaje de estudios en Nápoles, y que se lanzó a Londres apenas supo que venía papi.

Ambos se embarcaron a Francia, pero allí el viejo Rafucho no aguantó más.

Lo operaron de urgencia en París, y le sacaron un cálculo de la vejiga más grande que un huevo de pato.

No resistió el post-operatorio, y en presencia de su hijo, Rafael Urdaneta murió el 23 de agosto de 1845.

El testamento de Urdaneta no consta por escrito, pero se sabe que cuando le comentaron la idea, dijo que lo único que tenía que dejarle al país era "una viuda y once hijos en la mayor miseria".

Era proverbial su austeridad.

Su muerte fue muy sentida por todos.

José Gil Fortoul llegó a escribir que "de haber ocupado Urdaneta la Presidencia de la República, Venezuela hubiera tomado otro rumbo".

Quizá eso hubiese evitado la Guerra Federal, quién sabe...

https://twitter.com/elvis_nieto39/status/1303900753485062146

Sus restos están en el Panteón Nacional desde mayo de 1876.

Vaya esto como un homenaje al "más sereno y constante oficial del Ejército Libertador", como lo calificó el mismo Bolívar, sino también al Zulia.

Aunque te pongan piedras, puedes moverlas para seguir adelante.

Fin.