Se parecen, pero los dos tipos de la imagen no son Béla Lugosi y Boris Karloff y el monstruo al que espera este niño provoca mucho más miedo que los clásicos de la Universal. Esta foto es el preludio de un encuentro. Os traemos un hilo ilustrado con fotos que os sorprenderán.⬇️
Quien paseara por Madrid en octubre de 1940 tenía que ser consciente de que podía toparse con algún evento que estuviera profusamente decorado con cruces gamadas y demás parafernalia nazi, como el concierto celebrado el día 5 de ese mes en la plaza de toros de Las Ventas.
Original en blanco y negro: Concierto militar alemán en la plaza de toros de Las Ventas celebrado el 5 de octubre de 1940. Heinrich Hoffmann, publicada en 'Das Reich'. Getty Images
El "magno concierto militar alemán" fue organizado por la organización Kraft durch Freude, que era parte del Frente Alemán del Trabajo. Fue publicitado con grandes carteles que se pudieron ver en algunos lugares de Madrid, como en la residencia del embajador de Alemania.
Allí se dieron cita el día del concierto los integrantes de la banda militar y otros oficiales de la Wehrmacht. El fotógrafo Otto Wunderlich, nacido en Stuttgart pero afincado en Madrid, tuvo la oportunidad de retratarlos y el IPCE conserva numerosas fotos de aquella jornada.
Algunas de las fotografías del multitudinario evento son sobrecogedoras. Causa verdadero estupor ver a todos esos soldados nazis desfilando con sus estandartes por las calles de Madrid o formando en el coso taurino rodeados de esvásticas.
Una de las gradas aparece en numerosas ocasiones. Es la grada de las autoridades. Ese día el Palco Real de Las Ventas estaba vacío. Las máximas autoridades, el embajador Eberhart von Stohrer y el todavía ministro de la Gobernación Ramón Serrano Suñer, ocupaban la grada contigua.
En algunas fotos aparece esa misma grada a color, así como otras fotos más generales de la plaza, también a color, que nos ayudan a hacernos una idea más precisa de cómo pudo lucir Las Ventas en aquella ocasión.
Porque, a pesar de que la gran mayoría de las fotografías del Archivo Wunderlich son en blanco y negro, aquella tarde el fotógrafo también disparó en color. Las panorámicas a color de Las Ventas decorada con simbología nazi son, si cabe, todavía más espeluznantes.
Algunos jóvenes pertenecientes a las Juventudes Hitlerianas y a las Juventudes Falangistas también fueron retratados en color por Wunderlich.
Al día siguiente se celebró una corrida de toros en esa misma plaza para los invitados alemanes. Pero más relevante fue la celebrada algunos días más tarde, concretamente el 20 de octubre. En esa ocasión el invitado de honor sería un oscuro personaje de infausto recuerdo.
Aquella mañana llegó a la Estación del Norte un tren en el que viajaba uno de los personajes más merecidamente odiados de la historia, la encarnación del mal primigenio, la mano derecha de Hitler y líder las temidas Schutzstaffel: el despiadado Reichsführer-SS, Heinrich Himmler.
Original en blanco y negro: Himmler a su llegada a la Estación del Norte el 20 de octubre de 1940. Otto Wunderlich, Patrimonio Histórico
Himmler llegó a Madrid para allanar el terreno político antes de la entrevista entre Hitler y Franco. En la comitiva se encontraban José Finat y Serrano Suñer, ambos abiertamente germanófilos. Tres días antes Serrano Suñer había sido nombrado por Franco ministro de Exteriores.
Original en blanco y negro: Himmler a su llegada a la Estación del Norte el 20 de octubre de 1940.
Fuera de la estación le esperaba un Mercedes negro para llevarle al emblemático Hotel Ritz, donde se alojó durante su estancia. Tras una breve visita y entrevista en la residencia del embajador Stohrer se dirigió a Las Ventas para presenciar por primera vez una corrida de toros.
En la plaza se habían vuelto a desplegar numerosas banderas nazis. En un momento dado, sonó el himno alemán y dos diplomáticos británicos se mantuvieron sentados, por lo que fueron expulsados por agentes de la Gestapo y estuvieron a punto de ser linchados por los asistentes.
Cabe destacar que Heinrich Himmler no sólo fue el cruel líder de las SS, también fue uno de los principales responsables del holocausto, al haber estado detrás de la “solución final”. Era un psicópata que paseaba por los campos de concentración impasible ante el dolor ajeno.
Paradójicamente, el evento taurino le pareció muy desagradable, por lo que se sintió aliviado cuando finalmente la corrida se suspendió debido a que la lluvia había convertido la arena en un lodazal. Aun así, pudo saludar a los toreros y les hizo entrega de una medalla.
Original en blanco y negro: Himmler junto a José Finat, conde de Mayalde, y otros oficiales en la plaza de Las Ventas el 20 de octubre de 1940. Fundación Castañé
Cuentan que uno de los toreros, Vázquez, le preguntó si había disfrutado de la velada y Himmler le confesó que había tenido que excusarse para vomitar al ver brotar la sangre del tercer toro y apostilló que no entendía cómo podía gustarle a la gente un espectáculo tan sangriento.
Al día siguiente visitó las ruinas del Alcázar de Toledo y el propio coronel Moscardó ejerció de guía durante la visita. También visitó El Escorial, otro de esos lugares llenos de simbolismo y de leyendas; la boca del Infierno donde confluyen numerosas energías telúricas.
Porque, no lo olvidemos, Himmler vivía obsesionado con lo oculto. La Ahnenerbe (organización ocultista ligada a las SS que él mismo lideraba) pretendía hacerse con objetos a los que la tradición atribuía cualidades mágicas, como la lanza de Longinos o el Arca de la Alianza.
Desde su cuartel general, el castillo de Wewelsburg, donde los acólitos del culto se reunían en torno al Sol Negro, se organizaban las búsquedas. Himmler también soñaba con encontrar evidencias de una raza aria primigenia y puede que esperara encontrarlas en este viaje.
Por eso se quedó fascinado cuando durante su visita al @MANArqueologico se encontró de frente con la misteriosa Dama de Elche. Pero, aunque parece ser que él nunca fue consciente, se tuvo que conformar con ver una réplica. La auténtica llegaría a España desde París en 1941.
Original en blanco y negro: El arqueólogo Julio Martínez Santa-Olalla mostrando a Himmler la réplica de la Dama de Elche durante su visita al Museo Arqueológico el 22 de octubre de 1940.
Pero volvamos a la primera imagen. Habíamos dejado a ese ilusionado muchacho frente a los dobles de Béla Lugosi y Boris Karloff. Como decíamos al principio, esa imagen es el preludio de un encuentro y por eso la hemos titulado: Un monstruo viene a verme.
El encuentro tuvo lugar en la residencia de Stohrer, (situada en la calle Hermanos Bécquer, 3), probablemente la misma tarde del día 20. Esa tarde, una comitiva de miembros de las Juventudes Hitlerianas y de la Liga de las Muchachas Alemanas dio la bienvenida al Reichsführer-SS.
Gracias a que Otto Wunderlich documentó varios instantes de la visita, existen fotos tanto del interior como del exterior de la residencia del diplomático. En ellas se aprecia que mientras Himmler y Stohrer departían en el interior, en el exterior estaba el niño esperando.
La estampa del niño, que como quien espera a que salga una estrella del rock del hotel, esperaba a que saliera el gerifalte nazi, llamó profundamente nuestra atención. La foto de por sí tenía algo siniestro, pero sabiendo quién aparecería después adquiere un tono aun más sombrío.
Existen varias imágenes del encuentro. En la fotografía en la que, finalmente, aparece Himmler saludando al niño, aparecen varias manchas. Esas manchas se concentran principalmente en el jerarca nazi y hacen que adquiera un aspecto todavía más monstruoso.
Hay otra foto curiosa: la única en color. Refleja el preciso instante en el que el nazi va a hacerle una carantoña al niño, como si el fotógrafo hubiera querido captar en color unos de los pocos momentos en los que aquel ser imperturbable parecía transmitir algo de humanidad.
Pero la instantánea es tan oscura como lo era el propio Himmler. La foto en sí no es una gran foto, pero es un documento bastante interesante, ya que apenas se conservan fotografías de Himmler en color. La imagen también ha servido de referencia para esta versión coloreada.
Original en blanco y negro: Himmler junto al embajador alemán Eberhart von Stohrer saludando a un niño en la entrada de la residencia del embajador. Otto Wunderlich. Patrimonio Histórico
Parece que la espera mereció la pena y el niño al final consiguió la foto de su genocida favorito, o al menos, según se ve en las fotos de Wunderlich, Himmler posó para él junto al conde de Mayalde. No sabemos si éste también saldría en la foto (o fotos) que sacó el muchacho.
El niño se va, dejándonos con algunas dudas: ¿Quiénes aparecían en la foto? ¿Saldría velada? ¿Se hicieron copias? ¿Se conserva alguna? ¿Hubo otras en color? Tal vez esas fotos, como tantas, estén esperando a ser reencontradas en algún álbum olvidado, en algún armario polvoriento.
Al día siguiente Himmler subió en Barajas a un Junkers Ju 52 que lo trasladó a Barcelona. Una vez allí, todavía protagonizaría algunas anécdotas más antes de volver a Alemania, como la de la cartera que contenía “documentos secretos” y que, aparentemente, le fue sustraída.
También visitaría Montserrat y dicen que lo hizo movido por la leyenda del Grial. Era lo mínimo que podía hacer si aspiraba a servir de inspiración a Spielberg para sus películas de Indiana Jones. Ese mismo día Franco y Hitler se reunían en Hendaya; pero eso ya es otra historia.
Este es uno de los temas de los que hablaremos en nuestra próxima ruta, Nazis en Madrid, que ilustraremos con fotos coloreadas de @MadridColoreado. Próximamente, cuando la situación en Madrid sea más favorable, estrenaremos esta visita. ¡Permaneced atentos!
De momento, os dejamos por aquí un hilo con otra de las increíbles historias que contaremos en la visita. ¡Que lo disfrutéis!
Esta podría ser la historia de una niña inuit nacida en Madrid en 1900 pero, a pesar de lo insólito de este hecho, aun más insólita es la vida de esta otra niña que presenció su nacimiento y que podría haber dado a conocer el nombre de esa niña madrileña por todo el mundo.⬇️Hilo
Porque esta podría ser una crónica más de aquella rara exposición que tuvo lugar en el Retiro, en la que una treintena de inuit fueron exhibidos durante casi dos meses. Pero esta no es una historia más. Esta es la asombrosa historia de tres vidas unidas por un mismo nombre...
Y podría comenzar en Chicago, en enero de 1893, que es cuando desembarca allí un grupo inuit proveniente de la Península del Labrador, situada al norte de Canadá, junto a Terranova. Desembarcan en una ciudad que estaba casi lista para inaugurar la Exposición Mundial Colombina.
Esta fotografía, tomada en la iglesia del Carmen pocos días después de que comenzara la Guerra Civil, marcó el destino de sus protagonistas. A unos les costó la vida, a otros se la cambió. En este hilo descubrimos algunos de los secretos que esconde. Hilo⬇️Color @MadridColoreado
En el tumultuoso ambiente de los días inmediatamente posteriores al golpe de estado de 1936 se produce la incautación de la iglesia del Carmen por un grupo de milicianos que toman el lugar en nombre de la CNT. Durante la incautación se descubren esqueletos, momias y reliquias.
Se halló un total de 65 cadáveres repartidos por el templo. En la noticia publicada se habló de enterramientos del s. XVIII (probablemente de monjas carmelitas, allí inhumadas), del hallazgo de fetos y de una arqueta que contenía las reliquias de San Eugenio y Santa Casilda.
El 06/06/1944 se produce un suceso que cambiaría el rumbo de la historia: el desembarco de Normandía. Para poder llevar a cabo el desembarco tuvo que desarrollarse una de las operaciones de espionaje más increíbles de todos los tiempos. Esa historia comienza en Madrid. (Hilo)
Durante la II Guerra Mundial Madrid era un nido de espías. La neutralidad oficial del régimen franquista ocultaba una evidente imparcialidad oficiosa. En esa época se organizaron en Madrid numerosos eventos de corte germanófilo en los que llegaron a participar gerifaltes nazis.
Según cuenta Peter Besas en su libro Nazis en Madrid (@lalibreria), Madrid era "una pequeña Berlín". Lugares como el Colegio Alemán, el Retiro o el Círculo de Bellas Artes acogieron estos eventos. Restaurantes como el Horcher también era un lugar frecuentado por los alemanes.
El cuadro de las Meninas pudo desaparecer en el incendio del Alcázar de Madrid en la nochebuena de 1734, pero esa no ha sido la única vez que el famoso lienzo ha estado en peligro. Durante la Guerra Civil tuvo que emprender unos de los viajes más asombrosos de la historia. (Hilo)
Considerada como la mayor evacuación de arte de todos los tiempos, en ese viaje casi 2000 obras partieron de Madrid. No solo del Prado, sino también otras del Museo de Arte Moderno, del Monasterio de El Escorial, del Palacio Real o de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
A finales de agosto de 1936, transcurrido un mes desde el inicio de la guerra, el Museo del Prado cierra sus puertas y Pablo Picasso es nombrado director. El pintor acepta el cargo, pero se queda en Francia. El nombramiento fue un gesto más propagandístico que funcional.
Esta foto es una de las últimas de Lorca. Fue tomada en Madrid en julio de 1936. Estuvo perdida junto a otras 4000 fotos y su historia es fascinante. Los negativos aparecieron en una maleta en México que contenía fotos de Robert Capa y David Seymour. Color @ColoreadoMadrid (Hilo)
La original en blanco y negro muestra a Lorca sonriente. Así fue retratado por el fotógrafo de origen polaco David Seymour (Chim) probablemente en los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid. Le acompañaba el poeta Emilio Prados, cuya cabeza se asoma por la izquierda de la foto.
En ese carrete, junto a las últimas imágenes de Lorca, también se aprecian algunas instantáneas del puente de Toledo y del Palacio de Santa Cruz, con su ángel custodio. Es probable que los pórticos que aparecen en ellas sean los de la calle de Gerona, o los de la propia plaza.