Bueno pone el origen de la economía política moderna o científica (aunque con un cierre categorial sólo parcial) no en la Escolástica de la Escuela de Salamanca, ni en Smith ni en Marx, sino en las técnicas mercantiles y contables. Se apoya en Schumpeter.
Sobre la teoría moral cristiana del interés y de la usura y sus implicaciones económicas:
Distingue una razón económica mundana y una razón económica académica interconectadas entre sí.
Establece una peculiaridad de la ciencia económica (frente a la Física) en el hecho de que resulta difícil deslindar su realidad del propio lenguaje económico: la propia mercancía no es independiente del concepto de mercancía, tal y como se presta a discusión.
(Quizá esto pueda ponerse en relación con la idea de Ian Hacking de "clase interactiva" -cuando la clase interacciona con la realidad clasificada- como característica de las ciencias humanas.)
Las implicaciones de la idea de realidad en los términos económicos son analizadas desde coordenadas epistemológicas realistas, más que hiperrealistas. Yo creo que Bueno aquí sustancializa la realidad respecto del concepto del mismo modo que yo le criticaría al concepto de
"clase interactiva" de Hacking. La reconstrucción hiperrealista yo he intentado plantearla en alguna anotación privada insertándola en la axiomática noetológica: la "interacción entre la realidad y la clase" resulta ser el reconocimiento al surgimiento (determinado en algunos
casos por la propia construcción conceptual previa) de contradicciones (reales, se supone) al esquema material de identidad (concepto de mercancía) tales que fuerzan su destrucción y reconstrucción (insertando las anomalías como partes normales del sistema).
Ejemplo: el Crack del 29 supuso una serie de contradicciones al sistema de términos económicos de la teoría económica clásica tales que forzaron su destrucción y reconstrucción keynesiana. No es necesario decir que la teoría clásica era un "metalenguaje de la realidad" como
si pudiésemos acceder a esa realidad conformada desde fuera de la propia categoría económica.
(Pendiente de desarrollo. Pero mañana sigo adelante con el libro.)
Distingue las definiciones de la Ciencia Económica puramente denotativas de aquellas con contenidos también connotativos. Establece la necesidad para la definición tanto de contenidos económico-específicos como de una tabla de categorías económicas que coteje como teoría de
teorías el desarrollo de la disciplina. Además, un estatuto gnoseológico de su nivel de cierre como categoría.
(El estado de cierre de una categoría no es o sí o no, sino que admite grados, que son "grados de cientificidad".)
Respecto de la idea de homo oeconomicus señala que debe tomarse in medias res: no es "oeconomicus" el "homo" porque tenía una "razón económica", sino que predicamos "razón económica" del hombre porque desarrolló la moneda.
Como modelo antropológico para la clasificación de las categorías económicas, utiliza un espacio bidimensional (más adelante adoptará un modelo tridimensional cuando añada el "eje angular", que es de lo que se ocupa Luis Carlos en su teoría de la moneda, creo).
La aparición de la moneda constituye la "racionalidad económica" del "homo oeconomicus". Además, ve en Quesnay (como técnico, no es filósofo) el origen del cierre categorial (parcial) de la Ciencia Económica.
Puesto que la razón económica se constituye por la moneda y la moneda surge en el contexto (del eje circular) de "circulación (intercambio) de bienes", el cierre categorial de la Ciencia Económica, en torno a la moneda, la convierte en una disciplina sobre todo del eje circular.
Ahora bien, la Ciencia Económica también posee categorías propias del eje radial. Además, los dos (tres) ejes, como modelo antropológico clasificatorio de las categorías económicas, no pueden ser sustantivados, sino que las relaciones circulares (de intercambio, p.ej.)
están mediadas (producto relativo) por el eje radial (el bien "objetivo" que se compra, por ejemplo).
(Mi amigo P. coordina el espacio tridimensional -no el bidimensional de aquí- antropológico de Bueno, con el modelo antropológico de Latour. P. dice que Latour enfatiza -interpretándolo desde Bueno- particularmente la inseparabilidad e inter-mediación entre los tres ejes.)
(Mi amigo P. me corrige que no, que el espacio antropológico de Latour es más bien bidimensional que tridimensional, y que se limita a señalar que las relaciones circulares que se dan sin mediación de elementos radiales son inestables.)
Y aquí la tabla de categorías de la Economía política.
Dos órdenes: bienes (y servicios), es decir oferta, y sujetos corpóreos, es decir demanda.
Los dos órdenes gestionados en tres capas lógicas: en la capa O los sujetos y bienes individuos; en la
capa 1, clases de esos términos (clases sociales, familias....); en la capa t, el Estado como capa máxima (en tanto que es Economía Política y la política dice Estado, aunqur haya después relaciones interestatales ).
No lo dice pero supongo pone capa (tipo) t y no capa 3 porque
Los bienes y sujetos corpóreos pueden ser agrupados en más capas sucesivas.
El sistema económico completo se articula en torno a D, que es el dinero (la moneda) como variable.
El consumidor económico no se reduce al consumidor biológico, y por tanto, no se define por sus "necesidades de subsistencia", desde el punto de vista económico, sino por sus "necesidades históricas" (Marx), relativas a bienes culturales. No por reduccionismo circularista sino
sino en la medida en que la categorialidad económica, articulada desde el eje circular, precisa de ese "relativismo" (si se lo quiere ver así).
Del mismo modo que el sociólogo de la ciencia, más que tener que preocuparse por la verdad de X (más allá del "consenso"), no sólo no
tiene que hacerlo, sino que debe (metodológicamente) no hacerlo.
Entonces, los "bienes (culturales)" de la Economía, son "bienes" en tanto que aparecen insertos en relaciones económicas (por el dinero implicado) de intercambio, etc. Sin más, creo.
Respecto al concepto económico de servicios, la matriz de Bueno sólo tiene dos órdenes (bienes y sujetos corpóreos; oferta y demanda).
El servicio tiene significado económico, no obstante, cuando aparece inserto en relaciones económicas (monetarias), y entonces se hace
"equivalente" a un bien (equivalencia no implica identidad sintética, no implica que sean "lo mismo"), es decir, entra en la "oferta" frente a la "demanda". La relación bien/servicio aquí la deja un poco abierta.
Si el término de la praxis con significado económico es el servicio, el término de la producción es el bien cultural.
Los bienes, al contrario que los servicios, son segregables de los sujetos-módulos económicos, es decir, son "objetivables".
La operación de producción carece
de aplicabilidad en "producción de consumidores" y en "producción de productores", en cuyo caso se los estaría "cosificando" (tratando como bienes, objetos).
Los bienes término de la producción, o bien son de bienes de consumo, o bien son bienes de producción (maquinaria, etc.).
Si la operación producción carece de aplicabilidad cuando el término es un sujeto, esta crítica puede considerarse una crítica a la aún no nacida teoría feminista marxista de Lidia Falcón.
Falcón concibe que la mujer es en la familia una fuerza de producción cuyo producto son
los hijos, y que la propia familia es un medio de producción y el padre es, por tanto... el propietario del medio de producción, es decir, el burgués. Pero los hijos, en cuanto términos, son sujetos, luego no pueden decirse "producidos". Ergo la madre no es una fuerza de producc.
Vale, esto es un poco macabro pero que los sujetos corpóreos no puedan ser términos ad quem de la operación producción no quiere decir que no puedan ser términos a quo.
En todo caso, la producción sólo es susceptible de aparecer inserta en la categorialidad económica en la medida en que se da a través de la moneda, cuando hay dinero de por medio. Otra razón más para no considerar a la madre una fuerza de producción.
Se atiene con Marx y Keynes a la consideración de dos clases de bienes: de consumo y de producción (o equipo).
Introduce un concepto de "rotación sistemática recurrente".
Refefine el concepto de "modo de producción" como una función (dada a través de relaciones y fuerzas de producción como variables históricas) inserta en el proceso de rotación sistemática recurrente.
Adopta la teoría del valor-trabajo, pero el argumento es bastante pobre, la verdad.
Dispone un tiempo ontológico categorial propio de la economía, medible según diferentes modelos.
Define los conceptos de demanda, oferta e intercambio también en función del movimiento de la matriz.
Explica la modelización económica y la compara con la modelización física (de las ciencias naturales).
Propone como criterio de diferenciación que los sistemas físicos son "materialidades distributivas", permiten la construcción de "modelos internos" y la "experimentación
constructiva", mientras que los sistemas económicos son "materialidades atributivas", sus modelos son "modelos externos" y no permiten "experimentación constructiva".
(Personalmente no entiendo qué quiere decir.)
Intenta distinguir entre "ciencia económica" y "técnica económica" reinterpretando a Windelband y Rickert. Mientras que la Técnica Económica contiene proposiciones idiográficas (referidas al "aquí y ahora"), la Ciencia Económica no contiene estas proposiciones.
La ciencia no sería, entonces, el resultado de una universalización nomotética de casos particulares idiográficos tanto como una "incorporación al ámbito categorial", descontextualizado del aquí y ahora. La Econometría y la Meteorología serían técnicas, no ciencias, y Marx
tampoco sería ciencia, sino que él sería filosofía.
(Esto habría que reinterpretarlo desde la perspectiva holótica más tardía para clarificarlo, porque dicho así sigo sin entenderlo demasiado.)
Rechaza el finalismo propositivo (medios-fines) de la distinción de Marx entre necesidades históricas (fines) y "medios" de producción o consumo para su satisfacción, por ser un criterio extraecónomico y por círculo vicioso.
Tritura también la distinción entre "medios" (o mejor, bienes) de consumo y medios (bienes) de producción a través del criterio de desgaste o destrucción física ("consumo").
Como alternativa, define positivamente los bienes de producción (en cuanto contradistintos de los sujetos-modulos por la objetualidad, vs. subjetualidad, y de los servicios por la poiesis, vs. praxis) por su composibilidad de producir (a través de la mediación de las fuerzas de
de producción) otros bienes (de producción o de consumo). Y define negativamente los bienes de consumo como bienes que no presentan esta posibilidad. Pero tanto los unos como los otros están similarmente sujetos a "consumirse" (la maquinaria industrial como bien de producción
también se desgasta).
Un comentario que le haría en general a este libro temprano de Bueno hasta donde llevo es que aparentemente está hecho para una situación económica donde el peso de la rotación económica recae sobre la producción en lugar de sobre los servicios.
Por ejemplo, en su matriz se habla de "relaciones de producción" o de "fuerzas de producción", pero los servicios no "producen" bienes. El análisis del concepto de "servicio" está prácticamente ausente. Así, en la franja de la oferta habría para empezar que introducir una capa
lógica extra, donde en el tipo 2 aparecerían bienes y servicios, y en el tipo 1 los bienes se desglosarían en bienes de producción y consumo.
Donde dice "fuerzas de producción" habría que hablar simplemente de "empleados" (para englobar también a los del sector servicios, que serían "fuerzas de servicios"), y donde dice "relaciones de producción" habría que utilizar también otro nombre genérico a ambas cosas.
Luego, Bueno no habla hasta donde llevo de "burgués", pero si el "burgués" se define a la marxista como "propietario del medio de producción", mismo problema. "Burguesía financiera" sí podría decirse si se entiende que el capital que proporciona es un bien de producción. Pero
el sector servicios volvería a quedar fuera, por lo que habría que hablar simplemente de "empresario". No lo sé, que alguien que sepa de esto me lo confirme (al margen de las connotaciones axiológicas que puedan tener los términos por su abuso ideológico).
Los bienes de consumo, definidos negativamente como "im-productivos", no son intrínsecamente inútiles, ni tampoco son intrínsecamente útiles los bienes de producción.
Califica la doctrina marxista de la distinción base/superestructura de: "espiritualismo exacerbado", "economicismo grosero", "una suerte de psicoanálisis", "metafísica", "mística"; y la compara a la frenología.
(Es evidente que había rencor en este punto jajaja)
En su lugar, propone que la superestructura no es efecto o reflejo de la base, sino que se desarrolla juntamente con ella en un proceso global del que es parte constitutiva.
Rechaza la concepción de la Economía como "asignación de recursos escasos", y como alternativa la concibe como una prudencia administradora de los recursos existentes en tanto que pueden ser compuestos según diferentes composibilidades incompatibles.
Distingue la producción de bienes y la reproducción de sujetos (en tanto que ésta tenga significado económico por mediación de la matriz, por su relación a la moneda [biopolítica]).
Fin de la "dialéctica constitutiva de la Economía Política" en "Ensayo sobre las categorías de la Economía Política" (1972, sobre materiales de 1969-71).
Desde la óptica del sentido común, «la necesidad es la madre de la INVENCIÓN (DE TECNOLOGÍAS)». Los inventos aparecen cuando esa sociedad tiene una necesidad no satisfecha, y un hombre genial (Edison, Watt, etc.), impulsado por el afán de lucro, trata de llenarla. 🧵 (1/8)
Para Jared Diamond, este proceso explica algunos ejemplos históricos de invenciones, pero la mayoría siguen el orden más o menos inverso. El inventor, que cuenta siempre con importantes precedentes, descubre un nuevo aparato movido por la curiosidad, (2/8)
sin una necesidad preconcebida. Una vez con el invento, intenta encontrarle aplicación; y solo tras usarlo durante un tiempo, los usuarios descubren que «lo necesitaban». No es la necesidad la madre de la invención, sino la invención la madre de la necesidad. (3/8)
Sumergirse en los clásicos de la sociología como disciplina supone todo un reto, en cuanto a esfuerzo, tiempo y dedicación, un trabajo de años únicamente para haber leído la bibliografía fundamentalísima. Estoy pensando en la Sociología de Spencer, (1/7)
la Física social de Comte, Las leyes de la imitación de Tarde, de Durkheim La división del trabajo social, Las reglas del método sociológico, El suicidio y Las formas elementales de la vida religiosa, de Max Weber Economía y sociedad y La ética protestante, (2/7)
y si se quiere añadir el funcionalismo norteamericano, El sistema social de Parsons y Teoría y estructura sociales de Merton. Cada uno de estos libros es sumamente denso, con extensión de medio millar de páginas o más en varios casos, y tras todo ese esfuerzo todavía (3/7)
Encuentro plenamente justificado el imponer una censura mucho más severa de las redes sociales orientada a evitar el acoso personal y a grupos completos de personas, incluyendo la obligación de identificarse, de manera que las empresas se vean forzadas a responsabilizarse. (1/6)
¿El problema? Que debiera aplicarse equitativamente, incluyendo también barbaridades que se han venido diciendo desde el feminismo y otros sectores ideológicos vinculados a la izquierda actual, y no únicamente a neonazis y reaccionarios cristianos. Cosa que no sucedería. (2/6)
¿El problema x2? Que cuando se ofrece el argumento previo se está a un paso de justificar a los segundos, cuando son cosas completamente diferentes reconocer una correlación entre ciertos tipos de inmigración y criminalidad, o posibles contrasentidos en la cuestión trans, (3/6)
Al contrario que la China clásica, que era ya una sociedad «relativamente» horizontal, gracias al sistema de oposiciones para mandarines, Japón, en pleno feudalismo, incluso tras la sinización, continuó siendo una sociedad de castas. Dialéctica entre aristócratas y comerciantes:
Al contrario que en el feudalismo europeo, donde fue el desarrollo de la clase comerciante el que terminaría por dar al traste con el sistema, en el Japón, mecanismos como el matrimonio-adopción a cambio de dinero, dieron lugar a una hibridación capaz de mantenerlo estabilizado:
En cuanto al campesinado, si bien las protestas y revueltas fueron constantes, no tenían un carácter subversivo global, sino que se referían solo a los excesos de un señor feudal, y seguían protocolos de petición estrictos, que concluían con la muerte aceptada de los cabecillas:
Sobre la cita famosa, donde Bueno dice que el descubrimiento de la plusvalía equivale al de la constancia de la velocidad de la luz en física, tiene algo de trampa. Descontextuada parece que Bueno está adhiriéndose a la teoría económica marxista. (1/4)
Sin embargo, en el mismo párrafo dice justo arriba que quien hizo ese descubrimiento es Ricardo, no Marx; y, debajo, que teorías categoriales económicas como el marginalismo pueden explicar ese «hecho», aunque no agoten su contenido filosófico. (2/4)
En el contexto del resto del artículo: serían las Ideas filosóficas de Marx, relativas al comunismo final, las que le permitirían apreciar en la plusvalía una contradicción irreductible. Lo cual enlaza también con una cuestión suscitada por Rallo, (3/4)
En este artículo de 1990, Bueno evalúa las implicaciones filosóficas de la Perestroika para la teoría marxista. La importancia histórica del marxismo estaría indisolublemente ligada a su asociación con el Estado Soviético. (1/8)
La Perestroika no sería una mera reforma administrativa, sino una liquidación necesaria de la Idea del proletariado como clase universal. Con ello, se hace realista pero compromete a la teoría marxista clásica, al perder su referencia y reducirse a una ideología del pasado. (2/8)
La teoría marxista consta de dos partes: una «parte histórica», con la doctrina sobre los motores, estructuras y fases de los procesos sociales humanos del pasado y del presente, desde el comunismo primitivo hasta el capitalismo y el socialismo real actual; (3/8)