Thread by @Arroyer

Vamos a hablar del primer cambio de rumbo del Barça de Koeman.

Es sabido, por nuestra experiencia como aficionados, que la práctica totalidad de los equipos, si las cosas no despegan, se sale de la vía y buscan otra. Cambian el dibujo y las piezas. Con ello, buscan que la mecha prenda de verdad, algo que el Barça no tiene garantizado.

He comentado, en tuits propios o conversaciones, que no me creo al Barça. No me transmite lo necesario para ser un equipo sólido en los principales aspectos. Por configuración de plantilla, por plan, por vicios del pasado. Y que sacar conclusiones en Liga me parece irrelevante.

Sin embargo, ayer Koeman tomó una decisión que, a falta de continuidad, rompe un poco estas dificultades. Creo que descongestiona algunas cuestiones y, aunque tiene sus contras este 3-2-4-1, sutura algunas heridas y oxigena la zona de ataque de tanto tráfico y tan poco ‘sistema’.

Como comentaba @eumd en su texto de Araujo, el Barça es un equipo que no presiona absolutamente nada, no hay jugadores, ni cultura ni plan. Y además por detrás de la no-presión, sólo hay dos centrocampistas vendidos + dos laterales muy alzados. Al Barça le corren por todos lados.

En relación a todo esto, cuando el rival defiende muy abajo, el Barça mete a un pelotón de gente que no hay quien lo guise. Un descontrol total. Lo que hace ayer Koeman es quitar un hombre de arriba para meterlo atrás; que se pueda compensar el pegote que hay arriba.

La amplitud pasa a ser permanente, aunque sólo hay un jugador por banda. Y es que salvo Dembélé, ningún otro atacante que empiece en banda está cómodo pinchado. Braithwaite está fuera de sitio, Griezmann está fuera de sitio, Messi va a venir dentro. Dest y Alba SÍ están cómodos.

Dentro, entre los centrales y los carrileros, hay tres alturas.

1. La de Braithwaite. Un ‘9’ que sujeta y estira.
2. La de Messi y Pedri. Un cuento de Navidad. El 'Gordo' de la Lotería.
3. Dos pivotes.

No hay tanta saturación y se diferencian alturas para progresar. Hay forma.

Al haber más gente en las dos primeras líneas (3+2), esto debería invitar a Messi a que se espere, porque aquí si es todavía más problemático que Leo baje a por balón. Antes había más gente por delante. Si bajaba él, seguía habiendo gente arriba. Ahora hay menos. Bajar es peor.

Por ejemplo. En estas cuatro fotos se ve de maravilla.

📸 1 y 📸 2: Messi quiere bajar a por balón. ¿Para qué? No hay ninguna razón
📸 3 y 📸 4: Messi espera, Pjanic le encuentra, Messi se gira y espacio para correr, con Braithwaite y Dest sujetando pares.

Esta secuencia de cuatro fotos se da en 10 segundos. Ni queriendo surge tan fácil el contraste entre venir o quedarse.

Pero sobre todo, esperar es -> Pedri. El canario para Messi es posibilidad de tocar y disfrutar sin tener que bajar a por ella. Pedri es el que hace que Messi no se desconecte ni se salga del partido, es un bálsamo. Es un perfecto conversador. Es el Gordo de Navidad para Lionel.

Es un giro interesante, con sus propias particularidades y dificultades, que veremos más adelante. Y de la que hablaremos. Pero bien Koeman. Está condenado a la intervención y a la reacción para recuperar a sus jugadores mentalmente. Cuando vuelvan Piqué, Ousmane y Fati, veremos.