¿Por qué siempre vamos a perder la batalla?
Es fácil: no se puede ganar contra un enemigo mentiroso y sin escrúpulos si se combate en el mismo campo de batalla que él ha creado.
La batalla es importante y en muchos casos imprescindible. Pero la guerra no se gana así.
La guerra se gana siempre en nuestro campo de batalla, que es el de las virtudes. El sacrificio, la constancia, la abnegación, la caridad. El enemigo carece de esas virtudes, no las entiende y las desprecia, y esa es su mayor debilidad.
Llevamos tres siglos empeñados en ganarle la partida a un truhan que siempre lleva cartas en la manga. No digo que no hayamos tenido momentos de gloria pero ¿realmente podemos decir que hayamos ganado terreno?
Los católicos (que somos la gente de bien en esta guerra, tengámoslo claro) fuimos capaces de crear sociedades sanas y fuertes, hasta que simplemente renunciamos a hacerlo.
Vivimos según las reglas del enemigo, tenemos los hijos que dicta el enemigo, buscamos las comodidades que nos ofrece el enemigo, queremos que el enemigo elimine la responsabilidad de nuestras malas decisiones con un estado del bienestar providente y semidivino...
O dejamos de perder el tiempo en luchas estériles y nos ponemos a construir algo con fundamento sólido (y el único fundamento es Cristo) o los bárbaros, a los que ya hemos dejado cruzar el limes hace décadas, nos van a exterminar definitivamente.
Nota bene: los que ya están manos a la obra posiblemente no tienen tiempo para decir todas estas tonterías aquí, mientras nosotros llenamos los bolsillos y el ego de @jack.
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Vamos a mover el ht #PaterCensurado, a ver si le devuelven la cuenta a @patergongora.
Por lo menos hasta que Gab monte los nuevos servidores y nos vayamos a un sitio donde no mande el Facuo.