Hace tres años perdí mi casa en el terrremoto, me divorcié, me diagnosticaron estrés postraumático y comencé a tomar antidepresivos. Casi pierdo mi trabajo, mis hijos vivían asustados y todo el tiempo sentía que estaba temblando. Tuve amigos maravillosos que me acompañaron...
...y luego conocí al amor de mi vida, un historiador terco y brillante que tampoco la estaba pasando nada bien. Después de tres años de terapia y un año de medicamento, más medio año desde que dejé los antidepresivos, quiero compartir esta historia porque creo que ahora...
...más que nunca es importante que hablemos públicamente de salud mental. Está bien sentirnos mal, está bien pedir ayuda, está bien contando, ir a terapia, tomar medicamento, hacer lo que sea necesario para conservarnos...
...mi terapeuta me recomendó, casi al inicio de la terapia, que pensara la felicidad como un instante, un momento enorme o pequeñito que sucede todos los días. Ahí comencé a poner los tuits de “a veces, la felicidad...” que se han convertido en una especie de diario en línea...
...normalicemos hablar de salud mental, normalicemos pedir ayuda, normalicemos decir cuando no estamos bien. Son tiempos muy duros todos estamos pasando situaciones difíciles...
...si estás leyendo este hilo y te sientes así créeme, esto pasará, pide ayuda, cuenta lo que sientes, recolecta abrazos, aunque sean virtuales. A veces, la felicidad es la certeza de que no estamos solos, ni estamos solas. 🙂
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