La discusión sobre la gratuidad de las vacunas y la posibilidad de que haya oferta privada de estas, muestra que solemos confundir el concepto de bien público con el hecho de que un bien pueda -o deba- ser provisto gratuitamente por el Estado. [ABRO HILO].
Una dosis individual de una vacuna no califica como un bien público, porque esta solo puede ser usada por una persona a la vez. Eso la convierte en sentido estricto en un bien privado, porque hay rivalidad y posibilidad de exclusión en su consumo.
Pero si no pensamos en una dosis individual sino en la fórmula bioquímica que permite crear la vacuna, esta sí califica como un bien público porque es esencialmente información y la información puede ser aprovechada por varias personas a la vez, salvo que...
...la convirtamos en un bien privado al darle a su creador un derecho de propiedad intelectual -una patente- que le permita monopolizar su aprovechamiento. Aquí podríamos discutir sobre si es bueno o no que existan derechos de patente pero volviendo al caso las vacunas...
...podríamos añadir que aunque una dosis individual califique como un bien privado, el proceso de vacunación tiene efectos parecidos a los de un bien público, porque beneficia no solo a quien toma la vacuna sino a la sociedad, al contribuir a que se genere inmunidad colectiva.
Por eso es crucial que la vacunación se haga abarcando al mayor número de gente en el menor tiempo posible. Dadas las características de nuestro país, tiene mucho sentido que esto se busque principalmente con un despliegue estatal de alcance nacional pero...
...el que en paralelo se hagan esfuerzos para que haya oferta privada de vacunas no es algo que obstruya sino que, de hecho, puede ayudar a acelerar la vacunación. Lo importante más allá de si la provisión es estatal o privada, es que llegue primero a quienes más lo necesitan.
Existen, por tanto, razones de peso para que el orden de prioridad en la administración de la vacunas quede establecido en una política pública que vincule tanto al Estado como a los privados. Por ejemplo, priorizar a personal médico y población vulnerable...
...sea que se trate de hospitales o clínicas. La vulnerabilidad debería determinar esa priorización y no el poder adquisitivo de las personas. Hay también razones para recomendar la entrega gratuita de vacunas, aunque algunos disputarían que los individuos de mayor...
...patrimonio sí deberían pagar si están en capacidad de hacerlo, porque no requieren el subsidio. En cualquier caso, se justifica que el Estado disponga recursos para apresurar la vacunación incluso asegurando acceso gratuito, puesto que el costo económico de...
...demorar el proceso es enorme también, y lo sufre no solo el Estado sino la ciudadanía en general. Por tanto, no es necesario que la vacuna sea un bien público para defender su entrega gratuita, es más bien una cuestión de quién asume el costo.
Tampoco es necesario prohibir la oferta privada para garantizar su gratuidad para quienes no tengan recursos o para acelerar el proceso de vacunación. De hecho, la oferta privada bien podría contribuir significativamente a los objetivos de política pública en este tema.
No hay que olvidar que estamos afrontando la crisis más grande de nuestra historia reciente en plena época electoral, y los políticos tienen incentivos para sobresimplificar ciertas discusiones complejas si esto sirve a su posicionamiento de campaña.
A los candidatos les puede convenir inflamar esa confrontación ideológica, pero al país no necesariamente. La polarización es funcional para quienes están en campaña, pero a los demás nos sirve más buscar consensos mínimos en la discrepancia. Busquemos lo mejor para el Perú.
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