Thread by @Anamariavazquez

Día 1 de confinamiento personal:
No pude dormir, más que miedo es preocupación, siento el bicho en mi cuerpo y me defiendo lo mejor que puedo, no obstante, el futuro cercano me preocupa muchísimo. Estoy, como la mayoría del pueblo, atenida a los servicios de salud pública, (hilo)

(benditos sean), en el hospital Covid como dije ayer, constaté de primera mano la atención que se brinda, humana y comprometida, me hicieron hisopado y tomografía pulmonar, pasé con 2 médicos y dos veces con la misma doctora, salí con medicamentos y una cita para la próxima sem..

Lo triste, ver los ríos de gente que, como yo, esperaban turno y la espera para todo en proceso se hacía a momentos cansada y desesperante. Pregoné en más de una ocasión quedarse en casa...entonces, cómo me contagié?, )sigue)

Lo desconozco, solo sé que llevaba unos días sintiéndome mal y decaída, con fiebre por las tardes y que ayer, al despertar con temperatura alta se prendieron TODAS las alarmas. Busqué la pág de Covid del Gob y ahí hay un tamiz, un cuestionario que debes completar en línea (sigue)

De ahí te dan instrucciones precisas para que sepas que hacer y dónde acudir. Llamé al 911, en minutos me devolvieron la llamada, volvieron a hacerme preguntas y me dirigieron al hospital más cercano. Debo contarte que hace tres años acudí de urgencia a ese hospital, el mismo

Prácticamente nuevo y vacío, me llenaron de formatos que debía firmar, copia de mi IFE, carta de afiliación al Seguro popular...salí de ahí horas después (reitero, el hospital estaba nuevo y vacío), con una receta que debía surtir yo misma, con un papel que indicaba lo que le

“debía “ al seguro popular por el material usado en mi exploración y con un profundo sentimiento de abandono.
Esta vez, en el mismo hospital, médicos y enfermeras sudaban la gota gorda enfundados en sus trajes de astronauta, intentando dar lo mejor de sí mismos a los que vamos

Con miedo por el bicho. Es grato constatar que el sistema está cambiando, pero muy triste ver que nosotros no. Tú no te quedaste en casa y yo, en la mía y encerrada, me contagié.
Me han llamado y mandado mensajes de medicamentos milagrosos, lo agradezco profundamente (sigue)

Descubro con sorpresa que existen muchas “recetas” para matar el bicho, lo más barato: te de jengibre con ajo, lo más caro: factor de transferencia...6,000 el tratamiento para 14 días pasando por muuuchas más: acupuntura, homeopatía, sanación a distancia, etc (sigue)

Hoy, con mi situación en el mismo rasero que tú, free lance, sin seguro médico y “persiguiendo día a día la chuleta”, asumo que aunque quisiera tener certezas solo tengo las que el gobierno ha puesto a mi alcance y que, por lo que he constatado, hacen lo mejor que pueden para

Luchar junto contigo. Nada firmé, no hubo afiliaciones ni salí endeudada (que ya lo estoy bastante), solo me pidieron mi nombre, edad, dirección y teléfono. Entré asustada y salí con medicamentos y esperanza.
El alma se me llenó de las carreras de doctores y enfermeras, de

Sonrisas que adivinabas por el tono de la voz o los pequeños ojos que de pronto se convertían en una raya horizontal y que, sin importar cubre bocas, gorro, guantes, protectores de calzado y careta, permeaban para hacerte sentir que llegabas a un lugar seguro. Estoy como tú, en

Manos de Dios, escribiendo esto por si a alguien le importa o le sirve, confiando en que las decisiones del gobierno y los médicos a cargo de la batalla sean las adecuadas.
La buena noticia, son las 7:30 am, mi oxigenación no ha bajado y ya no tengo fiebre. Volviendo al origen de

El contagio...pedí cosas al súper que lavamos y desinfectamos “adecuadamente “. Si tú empacaste y estuviste en contacto con pacientes Covid, si no te cuidaste y/o eres asintomático sin saberlo, quiero que sepas que parte de mi problema te lo debo a ti. Hace apenas un par de días

posteé una foto del panteón Tezonco En donde había un aviso: “Cremaciones saturadas”, alguien escribió: Si no salgo, no como... ahora respondo: Los muertos no comen