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Caso Mariana Sánchez Dávalos: El nuevo rostro de los feminicidios en México.

Abro hilo

Mariana Sánchez de 24 años era una joven pasante de medicina que se encontraba trabajando en el centro de salud de Nueva Palestina, ubicado dentro de una comunidad indígena en el municipio de Ocosingo, Chiapas.

Estudiante de la carrera de médico cirujano en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), fue descrita por sus compañeros y director de la carrera como una estudiante prometedora, comprometida con sus estudios y responsable.

Mariana habría empezado a trabajar en la clínica desde hace ya unos meses y desde su llegada había tenido que enfrentarse a situaciones desagradables.

Según el testimonio de varios de sus amigos y de la señora Dàvalos, mama de la víctima, un compañero también pasante en la clínica con quien trabajaba la había acosado en varias ocasiones. Lo que había provocado obviamente incomodidad en ella.

La gota que derramaría el vaso fue cuando el sujeto forzó la puerta de su cuarto e intento abusar de ella sexualmente. Mariana a diferencia de lo que pasa en muchos otros casos de abuso sexual, ella sí se atrevió a denunciar y hablar del tema con las autoridades.

Aunque ahora se sabe según declaraciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), que aparentemente no hubo una denuncia formal ante la fiscalía, sí que la hubo ante sus autoridades inmediatas en la clínica donde trabajaba y con las autoridades de su universidad también.

La joven habría platicado sobre esta situación a los directivos de la clínica para que hicieran algo con su compañero y que esto jamás le volviera a suceder. La respuesta tanto de su universidad como de los directivos de la clínica fue hacer absolutamente nada e ignorar el tema.

Lo único que los directivos hicieron fue darle un par de semanas para que se recuperara del trauma y cambiar de turno al agresor para que ya no se encontrara con ella, como si con esas acciones seria suficiente y el problema se hubiese resuelto.

Como era de esperarse no fue así y aparentemente el acoso no ceso, Mariana cansada de todo intento renunciar, pero tampoco la dejaron.

El desenlace de esta historia el cuerpo de ella hallado sin vida en su cuarto de residencia. Aunque las primeras necropsias apuntaron a un suicidio y que no había signos de violencia en el cuerpo.

Tras saber el infierno que la joven había pasado en esa clínica con su compañero, las sospechas de que este caso en realidad no se trataba de un suicidio sino de un feminicidio no se hicieron esperar.

Las autoridades que hicieron la necropsia nunca dieron mucha información clara, además el cuerpo de Marina fue rápidamente cremado sin la autorización de la familia y habiendo aun sospechas que las primeras investigaciones se habían hecho mal.

Claramente esto es un gran error por parte de las autoridades pues incluso es un delito cremar el cuerpo de una persona tras una muerte violenta y sin la autorización de la familia, va en contra de los protocolos que establece el Código Federal de Procedimientos Penales.

Así que tras conocer la historia de acoso y las irregularidades que se presentaron en el proceso de la investigación, las sospechas de que estemos ante otro caso más de feminicidio son altas.

Varias organizaciones en pro de la protección de la mujer en el estado de Chiapas han decidido denunciar la falta de perspectiva de genero por parte de las autoridades para investigar este caso.

Y se les a recriminado no solo a las autoridades encargados de la investigación sino también a los directivos de la UNACH y de la clínica Nueva Palestina quienes a pesar de haberse enterado de la situación de acoso y de abuso sexual decidieron no hacer nada e ignorar el tema.

En un país donde solo 1 de cada 10 mujeres se atreven a denunciar, Mariana fue esa persona y ¿Qué fue lo que las autoridades hicieron? Nada, ignorarla y minimizar el problema.

Y aquí es cuando nos preguntamos precisamente ¿por que tantas mujeres no se atreven a denunciar a su agresor? y la respuesta esta en que tal ves es porque las autoridades en este país nunca hacen nada.

En México mueren asesinadas entre 10 y 11 mujeres al día. Y hoy por desgracia Mariana Sánchez Dàvalos se ha convertido en un rostro mas de los tantos feminicidios ocurridos en este país.

Qué este caso se quede en la memoria, pero para que comencemos a exigir a las autoridades respuestas claras ante problemas como estos. No más incompetencia por parte de las autoridades y no más normalización del acoso en nuestra sociedad.

Por Mariana y por todas las que se han ido, es hora de que algo en este país empiece a cambiar.

-Honey