Thread by @ErPali_

Nada mejor que contar por San Valentín una historia de amor entre un bético y una sevillista. A mi amigo Pepe lo hicieron socio del Betis antes de bautizarlo, era tan bético que comía espinacas para cagar verde pero el amor es el amor y se echó una novia sevillista con un padre

que era tan palangana que alicató el cuarto de baño de blanco y rojo para cagar agusto. Y llegó el día en que Pepe fue a "pedir la puerta" como dicen en algunos pueblos, le invitaron un domingo a comer recibir la bendición del suegro al que su hija le había puesto en antecedentes

y tanto era así que allí estaba esperándolo con una camisa desabrochada y una medalla de oro con el escudo del Sevilla que brillaba más que el diente de oro de un rumano dándole el sol de cara.

Le dio un apretón de manos y le dijo "que pasa criatura", "será hijo de puta" pensó Pepe y al pasar al comedor escuchó como tenía puesto el himno del arrebato en bucle como hilo musical. El salón parecía el museo del Ramón Sánchez Pizjuán con un cuadro del estadio más grande

que el Guernica de Picasso, marcos con fotos de los viajes por Europa, un cenicero del Sevilla, una réplica de la copa de UEFA y el sofá rojo con tepetes blancos. Mientras Pepe miraba el suegro le acercó un botellín y le dijo "bonito eh, no me queda hueco ni para un Carranza",

"será mamón, no quea ná" pensó el pobre Pepe. El caso es que con los nervios nuestro bético llevaba tres días sin cagar y viendo aquello se le descompuso el biorritmo bético, empezó a notar que tenía a Hamilton en la pole y que la tortuguita empezaba a asomar la cabeza...

Le hizo una seña a su novia "quilla, que me cago", "no es para tanto Pepe", "que me cago de verdad hostias", así que le indicó donde estaba el baño, Pepe entró y aquello parecía el mural del Sánchez Pizjuán, azulejos rojos y blancos con escudos palanganas, se le puso peor cuerpo

entonces se sentó y soltó un mojón que aquello parecía era un brazo de gitano sin fin, se asomó entre las piernas y vio una especie de Shaquille O'Neal colgando del aro después de un mate con los pies metidos en una piscina, se meneó un poco y se desprendió. Fue a coger el papel

higiénico y vio que era blanco con pequeños escudos del Betis, "sus muertos y su puta madre Don Antonio" dijo por lo bajini. Cuando pulsó la cisterna el monstruo no se iba, tres veces lo intentó y nada, fue entonces cuando se acercó su novia y le pregunto si estaba bien

"¿bien? ¡Mis cojones béticos! quilla tráeme algo para partir el mojón", ella le respondió que si le servía un cuchillo cosa que desestimó y se le ocurrió una solución, "no te preocupes que está arreglado", se levantó y fue al lavabo, allí estaba el cepillo de dientes del suegro

cogió el cepillo y le metió más leña al mojón que el picaó de Curro Romero a un miura, aquello lo hizo con alevosía y ensañamiento hasta que pudo evacuarlo.
Después del almuerzo y del café Pepe dijo que se tenía que ir, Don Antonio le había dado su bendición por amor a su hija

y al cerrarse la puerta escuchó a su suegro decir "Mari, voy a lavarme los dientes", Pepe entró en el ascensor, se miró al espejo y pensó "Antoñito, hoy tendrás un poquito de Betis en tí y el nieto te lo hago bético por mis muertos".

Esta historia podréis disfrutarla bien rematada la semana que viene en mi rincón de La Pavía Mecánica de @OndaBetica, avisados estáis.