Thread by @LucyPN

Los favores

#HoyTeCuentoQue #HistoriasDelDm

Hace días, recibí una historia que me pareció importante publicar y que hoy estrenaré con el HT #HistoriasDelDm

Quién me escribió es una chica a quien he visto crecer en su negocio a través de Instagram.

Ella se dedica a la elaboración de dulces y me contactó con la intención de alertar acerca de los favores que todos, en algún momento, hemos hecho.

Marbella, la chica que cuenta la historia, está casada con Carlos.

Ella trabajaba en una empresa en la que conoció a Tomás.

Tomás era ingeniero en sistemas y en el tiempo en el que fueron compañeros fue una persona de respeto, bonachón y alegre. Todos le tenían un gran cariño.

Después del cierre de la empresa, perdieron contacto, sin embargo, a través de las redes sociales se comunicaban.

Unos 10 años después, Marbella y su esposo, quienes ya estaban trabajando fuerte con la dulcería, encontraron a Tomás y a su esposa Berta en un centro comercial.

Emocionados se saludaron e intercambiaron números telefónicos.

Pocos días después, Tomás contactó a Marbella.

En esa oportunidad, quería comprarle sus productos, por lo que se citaron en el apartamento de ella.

Ese día la pasaron genial las dos familias. Compartieron, rieron y quedaron de volver a verse.

Así lo hicieron en la casa de unos y de los otros.

Estaban felices de su amistad

Semanas después, Tomás los contacta nuevamente para darles la noticia que debido a la situación país, emigrarían y que el viaje sería al día siguiente.

Entonces, rápidamente planearon un encuentro para despedirse en la casa de Marbella y su familia.

Todos estaban tristes.

Antes de despedirse, esa noche, Tomás le pidió a Carlos el favor de quedarse con su chip telefónico, para que le enviara códigos que llegarían a ese número. Eso sería mientras ellos compraban una nueva línea para enviarla a sus contactos.

Marbella y su esposo aceptaron.

Días después, comenzaron a solicitar los códigos pero con el paso del tiempo, la situación se tornó cansona pues aunque ya tenían más de un año en Italia, Tomás seguía pidiendo los códigos que llegaban a su teléfono e incluso, llegó a molestarse si no los pasaban con inmediatez.

Poco a poco, Marbella y su esposo fueron espaciando comunicación, hasta que ya no volvieron a saber de Tomás.

Un año después, tocaron la puerta de su apartamento. Era el CICPC.

Marbella y Carlos fueron denunciados como estafadores.

Los efectivos pidieron revisar sus teléfonos

Con un aparato, indicaron que el teléfono de Carlos estaba contaminado y era el que se estaba usando para estafar.

No era posible. Ellos son personas honestas y de trabajo.

Por fin le preguntaron a ella si conocía a Tomás y al responder afirmativamente, inició el calvario.

La pareja fue llevada a la comisaría. Ambos fueron interrogados por separado. A él, lo golpearon y lo asfixiaron con una bolsa plástica para que confesara un delito que no había cometido. Con ella el procedimiento fue más 'leve'.

Todos sus derechos a la defensa fueron pisoteados

Marbella, siendo abogada, lo sabía pero no podía hacer nada para evitarlo.

Dos días después y gracias a sus vecinos, los familiares dieron con ellos. Aún así, el caso como estafadores seguía en pie.

Fueron presentados en los tribunales y allí estaba el denunciante.

Un señor a quien Tomás, desde Italia, le había estafado con la venta de 4 mil dólares que nunca le transfirió.

Este señor había vendido todo lo que tenía para comprar esa cantidad. Quedó en la ruina. Sin embargo, dijo que nunca había contactado ni visto a Marbella o a Carlos.

Aún así, la pareja debió presentar fiadores para salir en libertad.

El proceso hubiese sido más sencillo pero llegó el apagón de Marzo de 2019 y todo se retrasó. Marbella y Carlos pasaron 20 días en los calabozos de la institución en las condiciones más deplorables e inhumanas.

Ella sufrió una caída en la que se partió la cadera. Él era maltratado a diario.

Los detalles del encierro son macabros, aún sabiendo que no eran culpables.

Por fin fueron puestos en libertad con régimen de presentación y hasta el día de hoy, están en esa situación.

Todo esto por hacer un favor a quien sigue desde Italia ofreciendo divisas y estafando a venezolanos incautos.

_Nunca me imaginé está pesadilla con una persona que era de mi total confianza, que estuvo en mi casa, que compartió con mi familia, me dijo Marbella hace días.

Tomás y Berta desaparecieron de las redes sociales; sin embargo, Marbella asegura que siguen viviendo de lo que estafan a otros venezolanos.

Tengan cuidado y prevención a la hora de hacer favores, caras vemos, corazones, no sabemos.