Thread by @davidcerdag

Hay una categoría de libros que me encanta: los SEC ("Sujétame El Cubata"). Me gustaría hablaros de uno de ellos, uno de los mejores de su especie, con un hilillo👇

Lo primero que hay que decir es que Harari escribe bien, que es un narrador portentoso, que vender millones de libros es un logro admirable y que mis respetos por todo ello, pues además un SEC no es un SEC si no es, como este, terriblemente ameno

Vayamos ahora con lo que lo convierten en una barrabasada

1)Harari dice que la revolución neolítica, la sedentarización y el advenimiento de las sociedades fue un cataclismo. No obstante, tenemos bienestar, moral, arte, ciencia y casi todo gracias a eso

2) Que a Harari se le va la mano con las predicciones no es un secreto. Y que confía en la tecnología y el transhumanismo para hacernos “futuros dioses”, pues tampoco, porque va en el título. Eso sí, menciona más de 250 veces la palabra “algoritmo”, denotando cierta obsesión

(Hasta los seres humanos serían algo así como “algoritmos bioquímicos”)

3) El texto es de una pobreza humanista asombrosa. Todo es dataísmo; al autor le fascina más la Inteligencia Artificial que la humana, y con eso está todo dicho.

(Harari describe a Hitler como un “humanista evolutivo”)

4) Harari va cantando y saltando como un chiquillo en el campo sin prestar atención alguna a los múltiples dilemas y aristas morales y políticos asociados al empleo de la biotecnología para “mejorarnos”

5) Como si no viésemos ya las orejas al lobo. Ni una palabra sobre las disfunciones que YA está causando la tecnología, nada de análisis adecuados sobre los muchos desvíos de la posmodernidad y sus efectos en la geopolítica

6) El libro plantea que es momento de concentrarnos en vencer a la vejez y la muerte. Pero, al tiempo, desliza que las élites se lo quedarán todo. No parece un plan atractivo, y eso que a él le brillan los ojos en varios párrafos. Asusta su entusiasmo con la distopía en ciernes

7) Harari se atreve con todo (SEC), hasta con Dios y con el alma. Y suelta obviedades tan gruesas como “visto desde la ciencia, la vida humana carece de significado” y brindis al sol como “nada de lo que los humanos hemos imaginado existe fuera de las historias que nos contamos”

8) Según Harari, todo orden, la verdad, la belleza, es una construcción social, dice Harari; no existe objetividad alguna, todo es ficción, y que habría que juntar de una vez biología, derecho y política

9) Este relativismo nivel Grand Slam le hace decir barbaridades diversas, como que la felicidad es algo bioquímico y por lo tanto el mejor plan es proveerla con química, o que la moralidad del aborto han de determinarla los científicos

10) Conclusión: Harari es un comunicador notable, pero en su argumento faltan piezas por todas partes. Se atreve con todo y mete la pata, capítulo sí y capítulo también, hasta el fondo. Su libro es muy entretenido, pero tiene menos fondo que una lata de anchoas