Thread by @olivareslasser

"JESÚS no vino a congraciarse con nadie.
Tampoco vivió para ser aceptado.
Obró cómo se lo dictó su corazón, su alma, su espíritu, su esencia pura.
Dijo lo que vino a decir.
Hizo lo que vino a hacer.

Mostró y demostró, bajo los designios de su Padre, el camino a seguir; la actitud a asumir; la voluntad a forjar; la valentía a construir.
Jesús no fue crucificado por bajar la mirada y dejar a los injustos seguir haciendo de las suyas.

El los encaró, siempre los perdonó, no sin antes posar sobre ellos su mirada noble y hablarles de la conversión, del arrepentimiento verdadero, ese que nos transforma el entendimiento y el sentir hacia el otro.

Tampoco siguió de largo ante el dolor, el sufrimiento, la pena o la aflicción que encontró a su paso.
Jesucristo muere en una cruz por dar la cara y su vida por los enfermos, los desprotegidos, los injuriados, los inocentes, los señalados, los impotentes, los olvidados.

Su resurrección es la demostración más fehaciente que nuestra misión más valiosa es alzarnos, levantarnos y resurgir en las situaciones difíciles, mantener la esperanza de mejores tiempos, extender la mano y el afecto a quien lo necesite

y hacer lo propio en nuestro más íntimo interior porque siempre es posible volver a empezar.
Fue, es y será su vida, la única historia a imitar.
Sus palabras, las que nos han de retumbar cuando desviemos el camino, confundidos, entre tanta adversidad.

Su luz, el farol que ilumine los recovecos en los que osemos entrar.
Sus promesas, las que serán cumplidas en su tiempo, ni antes, ni después, porque es fiel a su palabra...
Solo en ÉL, prosperarán nuestros caminos"

Lorena Gutiérrez Eljuri.