La presencialidad en escuelas puede implicar un bajo riesgo individual pero alto riesgo colectivo, según el análisis epidemiológico. 👇
¿Qué significa bajo riesgo individual?
El riesgo de contagio puede ser considerado bajo si se acompaña con el adecuado cumplimiento de las medidas de prevención.
Uso correcto de barbijo, distanciamiento, higiene de manos, ventilación adecuada, identificación temprana, aislamiento de los casos y cuarentena de contactos.
Pero, en un contexto de aumento de la transmisión comunitaria o en áreas de alta incidencia quienes asisten a establecimientos escolares (estudiantes y personal) tienen más probabilidad de enfermar.
¿Qué consideramos alto riesgo colectivo?
Cuanto mayor es la circulación de personas, mayor es la transmisión del virus. El riesgo de enfermar aumenta cuando aumenta la prevalencia de la enfermedad en la población, independientemente de los riesgos individuales.
Diversas experiencias en distintos países, han mostrado relación entre la disminución de la presencialidad o cierres de escuelas y disminución en los niveles de transmisión.
Para garantizar una presencialidad cuidada es fundamental controlar la transmisión de la enfermedad en la comunidad.
En la región del AMBA, que en la actualidad presenta una alta incidencia de casos, hay más de 3 millones de niños, niñas y adolescente en edad escolar y aproximadamente 300.000 docentes y no docentes, sumado a los acompañantes, que se movilizan diariamente.
Hay que considerar que desde el inicio de clases, con presencialidad alternante, se incrementó un 25% el uso del transporte público.
En las últimas semanas el AMBA ha experimentado un aumento exponencial de casos, con una velocidad mucho mayor a la primera ola y con circulación de nuevas variantes de preocupación, más transmisibles y letales.
El análisis de la curva epidémica en el grupo de población en edad escolar indica que desde el comienzo del ciclo lectivo se ha producido un aumento exponencial del número de casos, similar -y aún mayor- a lo observado en la curva de la población general.
De allí que el aumento de casos afecta también a este grupo de edad, independientemente de que las instituciones escolares sean consideradas espacios de bajo riesgo individual y realicen un adecuado cumplimiento de los protocolos.
El riesgo individual bajo aumenta cuando se incrementa la prevalencia de la enfermedad en la población. De la misma manera que el aumento en la circulación de personas que implica la presencialidad escolar, facilita la transmisión viral.
Comparando las dos semanas previas al inicio de clases y las últimas dos semanas, se observa que los grupos de edad escolar presentan un aumento proporcional mayor al resto de las edades.
Esto es esperable, debido a la mayor circulación de grupos susceptibles - que el año pasado no circularon- en áreas de alta transmisión viral.
En el contexto epidemiológico del AMBA, donde el número de casos muestran un crecimiento exponencial con alta velocidad, es imposible separar el riesgo individual del riesgo colectivo.
Por todo esto, para poder tener una presencialidad cuidada no alcanza con las medidas individuales en instituciones educativas, sino que es necesario implementar medidas colectivas para impactar en la transmisión comunitaria.
Las últimas medidas sanitarias implementadas buscan restringir actividades consideradas de alto riesgo y aquellas que generen alta circulación de personas, con el fin de disminuir la velocidad de los contagios para que el sistema de salud pueda seguir dando respuesta.
En suma, el objetivo de las medidas intensificadas, transitorias y localizadas es disminuir la velocidad de los contagios para evitar que el aumento exponencial de casos ponga en riesgo el sistema de salud.
El Ministerio de Salud de la Nación analizó la información disponible para evaluar la ocurrencia de COVID-19 en personas vacunadas en Argentina.
Compartimos los primeros resultados.
Según el análisis preliminar de casos notificados en el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS) y los datos del Registro Federal de Vacunación Nominalizado (NomiVac) al 26 de marzo 2021, se observó lo siguiente:
Menos del 0,2% de las personas vacunadas con primera o segunda dosis fueron notificadas como casos de COVID-19, transcurridos por lo menos 14 días de aplicada la primera dosis.