A veces observamos una pintura naval y nos cuesta responder qué tipos de barcos aparecen o su clase, pero... ¿Qué tipos de barco había? ¿Qué era una clase? ¿Cómo se clasificaban y cual era la función de los buques de guerra del s.XVIII? ¿Por qué unos llevaban mayor dotación? Hilo
Los barcos de vela de los siglos XVIII y XIX se clasificaban a tenor de varios parámetros muy relacionados entre ellos: tipo de aparejo, número de palos, número de piezas de artillería, número de puentes, dotación y función. Distinguimos entre navíos de línea y no de línea.
En primer lugar para reconocer un tipo de barco debemos atender al tipo de aparejo que lleva, y el número de palos. El aparejo es el conjunto de palos, vergas, jarcias y velas, que aprovechando el viento, permiten impulsar el buque en el agua. Hay distintos tipos de velas.
La vela cuadra, cuadrada o redonda, fue de las primeras en aparecer y su característica principal es que siempre presenta la misma cara al viento. Este es un principio capital y ninguno de los avances aerodinámicos de los últimos siglos ha cambiado esta característica.
Está soportada por palos y vergas en el eje babor-estribor, presentando caída a babor o a estribor, alternativamente al barlovento, y debido a sus características náuticas es muy apta para navegar por alta mar, siendo segura en tormentas y marejadas. Son la mayoría de las velas.
Otro tipo de vela es la de cuchillo, se llama así porque va orientada en el eje de crujía del barco, de popa a proa, y se puede presentar al viento en sus dos caras, es una evolución mucho más reciente y se beneficia de los principios de la aerodinámica.
La vela de cuchillo es muy efectiva para navegar ciñendo viento, en navegación de cabotaje y costera y, hoy en día, es la vela más empleada en la navegación deportiva entre islas donde los vientos suelen ser variables y el estado de la mar es bonacible.
El gran valor de la vela de cuchillo es ciñendo, ya que su relinga de proa permite tanto caída a borde de barlovento como a borde de sotavento, lo que corta con una curvatura favorable. Sin embargo, no es tan apta parla navegación de altura y es menos segura en mar abierto.
Las cangrejas, foques, escandalosas, y estayes son típicas velas de cuchillo. Debido a sus beneficios en aerodinámica permiten maniobrarse con una tripulación de menor número a la vela cuadra, que es más compleja de maniobra y requiere más hombres.
La vela latina fue otro tipo de vela muy frecuente, y se empleaba tanto como latina mayor o mística como en la mesana de los buques grandes, siendo sustituida por la cangreja de pico en el siglo XVIII. Es característica su forma triangular “verga” atravesada en caída.
Tiene que largarse siempre por el costado de sotavento del palo, y eso no la hace es apta para navegar de vuelta y con bordadas cortas, y suele obligar a virar por redondo cambiando la vela de banda mientras se está virando. También tiene problemas para ceñir viento.
Queda pues generalmente relegada a navegación con pequeños buques en canales y ríos y aguas costeras poco profundas, muy frecuentemente en el Mediterráneo donde el mar es sereno y el viento permite navegar favorablemente. Muy utilizada hoy en día en pesca y navegación recreativa.
Teniendo esto claro, podemos entrar en cuestiones más complejas como la clase y la línea. Los navíos de línea eran los que formaban la línea de batalla, eran los de mayor tamaño, mejor artillados y dotación mayor. Estaban diseñados para escupir y recibir la artillería enemiga.
O dicho de otra forma, su diseño y construcción estaba hecho para las batallas navales, esto los hacía lentos y de difícil maniobra pero capaces de resistir el fuego enemigo y aguantar la posición. Según su tamaño los distinguimos en clases.
La 1ª clase comprendía a aquéllos con más de 100 piezas de artillería, 3 ó 4 puentes y una dotación de 850 a 1200 hombres. La flor y nata de una escuadra, y por lo normal los buques insignia de los almirantes y jefes de escuadra. El Santísima Trinidad fue el mayor de su tiempo.
En la Real Armada pertenecían a la 1ª clase el Santísima Trinidad (4 puentes y 140 cañones), la serie Purísima Concepción (3 puentes y 112 cañones) y la serie Santa Ana (3 puentes y 112 cañones). Estaban mandados por un Jefe de Escuadra o superior, y su estado mayor ayudante.
Famosos 1ª clase fueron, además del STª Trinidad, el Santa Ana, Purísima Concepción, Príncipe de Asturias, San José, San Hermenegildo, Real Carlos y Conde de Regla, se construyeron unos 13 entre 1732 y 1794. Debido a su tamaño eran lentos y pesados, y aparejaban en sus 3 palos.
Cuando hablamos de serie o clase, lo hacemos del modelo con el que se fabricaron varios barcos, iguales entre sí. Llevaban el nombre del primer barco de su producción. Ejemplos son la clase Santa Ana o Purísima Concepción. De la clase Santa Santa hubo 8 navíos.
En la 2ª clase tenemos los navíos de línea de 90 a 94 cañones, 3 puentes y una dotación de 700 a 800 hombres. En la Armada Española hubo muy pocos, eran más frecuentes en la Royal Navy, pero aun así a penas se usaban. En la práctica funcionan como uno de 1ª clase.
En la 3ª clase llevaban de 60 a 80 cañones (en España 74 piezas), 2 puentes y una dotación de 500 a 650 hombres. Era la clase estandar de una batalla naval, y los más frecuentes. Su función era la batalla, siendo bastante equilibrados entre maniobrabilidad y potencia de fuego.
Pertenecían a esta clase en la Real Armada los clase San Ildefonso, clase Montañés, la serie Doce Apóstoles (eran 12, entre 1753 y 1764) o la clase Hércules, la mayoría llevaban 74 cañones y eran mandados por un capitán de navío. Podían llegar a los 12 nudos de velocidad.
La 4ª clase esta formada por navíos no de línea. Entre 48 y 60 cañones, 2 puentes y de 320 a 450 tripulantes. Solían hacer labores de escolta de las formaciones de navíos de línea. Ocasionalmente participaban por necesidad en la línea de batalla. Hacia 1750 dejaron de usarse.
La 5ª clase correspondía a las fragatas de 1 ó 2 puentes (estas últimas poco frecuentes), de 32 a 44 cañones (aunque en España solían tener 34 ó 38, y dotación de unos 250 hombres. Su función era de escolta, observación y reconocimiento aprovechando su mayor velocidad y maniobra.
Fueron muy frecuentes en el Caribe Español para la persecución de piratas y corsarios pues eran rápidas y tenían buena potencia de fuego, montando piezas de 18 ó 12 lb. Las mandaba un capitán de fragata y eran asignadas a oficiales prometedores.
En la 6ª clase encontramos fragatas menores, de 20 a 28 cañones, dotación hacia los 160 hombres. Funcionaban como correos marítimos, avisos o auxiliares de patrulla de costas especialmente concurridas por piratas. Al final se integraron en la 5ª clase.
A partir de aquí, se consideran barcos sin clase, aunque por tamaño y número de palos podríamos continuar la clasificación. El mayor sería la corbeta, una fragata muy menor, parecida a la 6ª clase, 3 palos, 1 puente de 12 lb y 100 tripulantes, mandados por un capitán de corbeta.
De 2 palos y 6 a 12 cañones, unos 20 tripulantes pudiendo en guerra llevar hasta el doble, tenemos el bergatín. Un barco eminentemente de reconocimiento por su gran velocidad que se separaba de la escuadra para descubrir la posición del enemigo y contar sus velas y puentes.
La goleta tiene características parecidas al bergantín, aunque se diferencia principalmente por su aparejo con velas de cuchillo en vez de cuadras. Es un buque capaz de alcanzar gran velocidad en ceñida y través, y se empleó para labores de reconocimiento y transporte costero.
De patrulla costera y defensa de puertos o ensenadas tenemos las balandras, barcos muy menores escasamente artillados, unos 16 cañones de 12 u 8 lb. Dotación de 80 hombres a cuyo mando había un teniente de navío. Sólo tenían un palo y su mayor vela era una cangreja y un foque.
El jabeque portaba de 20 a 38 cañones, 2 o 3 palos y alarejo con vela latina, o cuadrada (chambequín), y dotación de hasta 250 hombres. Era un barco de transporte y muy apto para el corso en el Mediterráneo. Fueron famosos los de Antonio Barceló por su velocidad y maniobra.
En último lugar las cañoneras, para defender los puertos. Tenían un solo cañón de 24 lb, tripuladas por 5-10 hombres, a cuyo mando podía haber un alférez o un teniente de fragata/navío dependiendo de la situación. Podía tener vela mística, al tercio o latina, además del foque.
El resto de embarcaciones menores y auxiliares aparecen en otros buques de mayor porte como naves de emergencia si fuera necesario abandonar el principal o para transporta pasajeros de éste a la costa u otro buque. Estos serían las lanchas, falúas, botes y serenís.
Hasta aquí el primero hilo de la serie sobre la clasificación, vientos y maniobras. Espero que les hay gustado.
Láminas navales de Augusto Ferrer-Dalmau y Carlos Parrilla.
Más información en la web de los amigos de @todoababor .
Tal día como hoy, 25 de diciembre de 1492, unas corrientes hacían encallar a la nao San María al norte de la isla La Española, lo que hoy se conoce como Punta Santa. El destino conspiró para que se estableciera el primer asentamiento español en el Nuevo Mundo: el Fuerte Navidad.
Cristóbal Colón navegaba desde el cabo de Santo Tomás hasta Punta Santa para conocer al cacique Guacanagarí. Al anochecer, los oficiales se retiraron y se dejó el gobierno de la nao a un mozo, un grumete. Unas corrientes empujaron a la nao Santa María hacia un banco de arena.
A eso de las 12:00 de la noche, el mozo dio alarma y la tripulación trató de evitar el naufragio, ya inevitable. La tripulación se salvó en parte gracias al cacique Guacanagari, que acudió al rescate con canoas. No hubo bajas, pero la nao Santa María quedó varada e irrecuperable.
Tal día como hoy, 4 de julio de 1776, las Trece Colonias se declaraban independientes del Reino Unido, como los Estados Unidos de América. España apoyaba a los estadounidenses con grandes sumas de dinero, uniformes, armas, y tropas. Sin ella nunca lo hubieran conseguido.
Desde 1775, a través de la empresa Roderique Hortalez y Cía y con intermediación del gobernador de la Luisiana Luis de Unzaga, Diego de Gardoqui y Pierre Caron de Beaumarchais, España envió a los patriotas la friolera de 6.150.000 Reales en monedas de a ocho, el spanish dollar.
Además, a través de las empresas y filiales de Roderique se enviaron 216 cañones, 27 morteros, 30.000 mosquetes y bayonetas, 51.314 balas, 300.000 libras de pólvora, 12.868 granadas de artillería, 30.000 uniformes, 32.000 varas de paño, 18.000 mantas y 4.000 tiendas de campaña.
Tal día como hoy, 9 de junio de 1770, la división española de 4 fragatas del capitán de navío Ignacio de Madariaga expulsaba a los británicos de las islas Malvinas. Los británicos habían bautizado su asentamiento como Port Egmont; los españoles como Puerto Soledad.
Aunque los franceses del conde de Bougainville habían sido los primeros en asentarse en las islas, el archipiélago pertenecía legítimamente a España. Así terminarían evacuándolo. Los británicos tratarían en varias ocasiones de hacerse con ellas por su importancia estratégica.
Este asentamiento, aunque intentó ser ocultado por los británicos, no pasó desapercibido en España, y el espionaje español consiguió localizarlo; el rey Carlos III ordenó que los británicos fueran desalojados con la división naval del río de la Plata.
Tal día como hoy, 4 de mayo de 1588, una flota de 200 buques y con 23.375 ingleses se presentaba en Coruña para tomar la ciudad. La heroica defensa de Juan Pacheco de Toledo con 1.500 hombres, y mujeres, la derrotaría. El desastre fue tal que se llamó la Invencible Inglesa.
Isabel I había organizado una grandísima escuadra compuesta por 6 galeones reales, 60 mercantes armados, 60 filibotes, 20 pinazas y un gran número de transportes de tropas, en total unos 200 buques; la tropa eran 23.375 hombres, entre soldados y marineros.
El mando de tan impresionante contingente lo ostentaba Francis Drake, con apoyo de John Norreys, Walter Raleigh y Robert Devereux, los principales almirantes y cortesanos ingleses. Por su parte, la expedición estuvo financiada por capital real y privado, incluyendo holandés.
Tal día como hoy, 30 de abril de 1657, una escuadra inglesa de 23 navíos de guerra atacaba la Flota de Indias en Santa Cruz de Tenerife recién llegada de La Habana y Veracruz. Si bien los ingleses destruyeron 2 galeones y 7 mercantes, Diego de Egües había desembarcado la carga.
A pesar de la superioridad numérica, pues la Flota de Indias estaba compuesta por 21 mercantes y sólo 2 galeones de escolta, los ingleses no pudieron cumplir con su objetivo. Por esta razón ambos contendientes se atribuyeron la victoria, recompensando a los participantes.
España perdió parte de su Flota de Indias y escolta de galeones, si bien consiguió desembarcar la carga que era la prioridad, teniendo más bajas. Inglaterra sufrió desperfectos en su flota aunque consiguió salir de puerto sin grandes bajas, pero sin lograr su objetivo.
Tal día como hoy, 27 de abril de 1521, en la batalla de Mactán que se libró en la isla de Cebú, murió Fernando de Magallanes al enfrentarse con 49 de sus hombres a 1.500 nativos del caudillo Lapulapu. El resto de los expedicionarios observaban desde sus naves la batalla.
A causa de la orografía rocosa de la isla, Magallanes no pudo desembarcar directamente, ni recibir apoyo de la artillería de sus naves, por lo que tuvo que anclar en la distancia y llegar en botes hasta la playa. Para la misión, Magallanes eligió a 48 hombres, sobresalientes.
Los sobresalientes eran soldados embarcados, un tipo de infantería anterior a la de Marina. Usaban espada, rodela y media armadura. Al desembarcar, tuvieron que andar casi un km y tenían el agua por encima de la rodilla. Los nativos se lanzaron contra los fatigados soldados.