En este artículo de 1990, Bueno evalúa las implicaciones filosóficas de la Perestroika para la teoría marxista. La importancia histórica del marxismo estaría indisolublemente ligada a su asociación con el Estado Soviético. (1/8)
La Perestroika no sería una mera reforma administrativa, sino una liquidación necesaria de la Idea del proletariado como clase universal. Con ello, se hace realista pero compromete a la teoría marxista clásica, al perder su referencia y reducirse a una ideología del pasado. (2/8)
La teoría marxista consta de dos partes: una «parte histórica», con la doctrina sobre los motores, estructuras y fases de los procesos sociales humanos del pasado y del presente, desde el comunismo primitivo hasta el capitalismo y el socialismo real actual; (3/8)
En este artículo de 1980 en la Revista del PCE, Bueno sostiene que, en el marxismo, las etapas posteriores a la historia efectiva están implicadas en el análisis histórico mismo, de manera que la teoría marxista es internamente responsable del curso (1/5)
de los acontecimientos previstos o incluso inspirados. Da como ejemplos de contradicciones que implican una «crisis en el marxismo» la Primera Guerra Mundial, al romper la unidad el proletariado, el conflicto chino-soviético, que rompía su Patria, (2/5)
la consolidación del capitalismo, donde el trabajador industrial pierde su posición protagonista de la historia y la consolidación de funciones burocráticas del Estado que no pueden entenderse como instrumentos de dominación de la clase capitalista. (3/5)
Leído este artículo, en el que Bueno sostiene -contra Engels- que el marxismo consta verdaderamente de principios filosóficos, en términos de la división tripartita estoica, recuperada por Hegel (Naturaleza, Historia y Dialéctica), (1/4)
solo que esos principios están implícitos, no desarrollados (o desarrollados a veces, por el propio Engels, en una dirección no marxista), y vinculados a una praxis política determinada (como también sucedería en el estoicismo o en el platonismo, aunque no en Aristóteles), (2/4)
de manera que si los proyectos revolucionarios orientados a la instauración del comunismo final resultan no realizarse, la doctrina marxista misma sería entonces falsa. También remarca que otros aspectos de la producción de Marx no son filosóficos, sino ya científicos, (3/4)
Sobre la posible vinculación entre KISSINGER y el asesinato de CARRERO BLANCO, un amigo comparte el siguiente fragmento de Charles Powell:
«Kissinger era sin duda capaz de sugerir y ordenar el uso de métodos ilícitos para presionar e incluso derribar a gobiernos (1/6)
no afectos, como había hecho en Chile tras el triunfo de Allende en las elecciones presidenciales celebradas en septiembre de 1970. [...] Sin embargo, a diferencia del caso chileno, [...] el asesinato de Carrero Blanco [...] era claramente contrario a sus intereses. (2/6)
La muerte del almirante solo podía generar la inestabilidad y la incertidumbre que tanto aborrecían Nixon y Kissinger [...]. En cambio, su continuidad al frente del Gobierno y al servicio de don Juan Carlos permitía albergar la esperanza de un tránsito gradual (3/6)
@ResumoCosas Reconocían la relación «mayor que», «más próximo que», «más brillante que», «más azul que», etc., en el momento de responder a los objetos concretos, mediante el adiestramiento. Pero, de nuevo, únicamente con un carácter muy rudimentario e imperfecto.
Finalmente, experiencias, en el campo de la psicopatología del lenguaje, con AFÁSICOS, debido a una lesión cerebral, demuestran que la pérdida del lenguaje altera todo el carácter de la conducta humana. No imposibilita cumplir con las tareas de la vida diaria.
Pero se encuentran completamente perdidos cuando la solución del problema requiere actividad específicamente teórica o reflexiva. No son capaces de pensar con conceptos o categorías generales, universales, y se aferran a los hechos inmediatos y situaciones concretas.
Lo 1º) Diría que la transformación que media entre la «cosa» y su «significación», al ser enclasada, es del tipo «anamórfosis», donde los componentes «convencionales» están condicionados también por características «internas» a los signos lingüísticos, (1/4)
por débiles que éstas sean (Jakobson nota, por ejemplo, que es más frecuente que las palabras que significan cosas pequeñas utilicen la letra i, frente a la a, característica de las palabras que significan cosas sgrandess). Se podría reinterpretar a Platón en este sentido. (2/4)
Lo 2º) Dado que los símbolos son «instituciones», el cómo se difunde su significado depende de un «aprendizaje», que nos lleva del terreno de la semántica a la pragmática del lenguaje, o de la semiótica y la lingüística «puras» a sus intersecciones con la psicología. (3/4)