Tuve el gusto de participar en Ventanas a la Política Nacional, actividad organizada por el @OPNA_UCR y la Escuela de Ciencias Políticas, de la @UniversidadCR junto con mis colegas @ilka_t y @steffangc.
Quiero resumir aquí los puntos principales de mi participación. 1/n
Quería responder la pregunta de por qué hay tantos partidos, precandidatos y precandidatas de cara a las elecciones de 22 en Costa Rica.
No creo que haya acertijo: CR tiene sistemas electorales que incentivan la fragmentación partidaria. 2/n
Para legisladores, el sistema proporcional con fórmula de Hare (+ proporcional que D’Hondt) y con umbrales bajos (i.e. subcocientes) facilita la obtención de escaños, especialmente en provincias de mayor magnitud. Por ej., en San José (M=19), con 5.3% se obtiene un escaño. 3/n
Para presidente, la doble ronda también fomenta la fragmentación. Un partido no tiene que ser grande para ganar la presidencia. De hecho, el porcentaje acumulado de los 2 partidos con más votos ha disminuido incrementalmente. Fue menor a 50% en 2018. 4/n
¡Tiene sentido entonces que los partidos busquen candidaturas propias en lugar de competir en coaliciones!
Ambas regularidades no son nuevas. Las describía Duverger en los 50. Lo que es interesante en CR es que la fragmentación es mayor a lo teóricamente esperado. 5/n
Con pocas excepciones, el número de partidos con al menos un escaño entre 2006 y 2018 en cada provincia y nacional supera los valores teóricamente predichos por los modelos teóricos de Shugart y Taagepera (2017). La fragmentación es mayor a lo que las instituciones sugieren. 6/n
Mi segundo punto se refiere a las candidaturas. Los partidos enfrentan el dilema de escoger entre fieles partidarios (que ejecutarían programas cercanos a sus preferencias) y outsiders que podrían tener + éxito en la elección, pero sacrificando la agenda del partido. 7/n
Pero, pese al descontento con la política y los partidos, las candidaturas presidenciales en CR siguen dominadas por insiders partidarios y políticos profesionales.
De 1974 a 2002, 86% de los (principales) candidatos presidenciales (n=14) había fungido un rol en el partido. 8/n
¡De 2002 a 2018 el porcentaje es prácticamente igual: 85% (n=20)!
Además, todas las personas candidatas desde 1974 hasta 2018 tenían alguna experiencia política. Es decir, pese a la fragmentación y el desencanto, no han proliferado outsiders. 9/n
Entre las precandidaturas confirmadas se repite lo anterior. Todas las personas tienen experiencia política (aunque variable) y 6 de 11 han tenido algún rol formal en el partido.
(Agradezco si alguien tuviera algún dato faltante sobre trayectoria en el partido). 10/n
¿Por qué predominan insiders? Mi conclusión tentativa es: el sistema electoral desincentiva candidaturas que busquen formar amplias coaliciones electorales sacrificando preferencias partidarias. Pero es algo que se puede investigar aún más. 11/11
Referencias
Sobre dilemas partidarios, insiders y outsiders: Samuels y Shugart (2010). doi.org/10.1017/CBO978…
Sobre los modelos predictivos de partidos:
Shugart y Taagepera (2017). doi.org/10.1017/978110…
Los datos de candidaturas presidenciales 1974-2018 provienen de una base de datos propia construida con Michelle Taylor-Robinson para el proyecto de candidaturas vicepresidenciales en Costa Rica.
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