Existe en México un problema grave de violencia doméstica contra la mujer en las clases bajas.
El marido llega borracho o drogado, la mujer toda encabronada (con justa razón) le reclama el gasto, el tipo se molesta y la discusión termina en golpes.
El marido se gasta todo en las cantinas con las prostitutas y le pega las enfermedades venereas a su esposa.
Ella poco a poco empieza a desarreglarse hasta soltar totalmente su vanidad femenina y a perder su dignidad de persona en cada golpiza que le pegan.
Esa miseria ella la transmite a los hijos a través de violencia psicológica o física y los niños crecen con ese ejemplo.
He ahí uno de los grandes problemas de nuestro país: El tejido social.
No hay políticas públicas para atender ese problema de fondo.
El alcoholismo y las drogas en el hogar pobre (y en cualquiera) pero más en el pobre por la falta de sustento, destruye a las familias de manera brutal y rompe desde adentro a los menores, llenando un hogar de violencia e irresponsabilidad en lugar de amor, virtudes y valores.
Hoy, desafortunadamente, tenemos a los políticos concentrados en un solo tema “LA VIOLENCIA DE GÉNERO”.
Esta gente, muy poco inteligente, cree que el marido le pega a la mujer por el simple hecho de ser mujer.
Para ellos esa es la base del problema.
Han simplificado un problema tan grande, complejo y grave a solo una guerra de hombres Vs. Mujeres.
Obviamente es un diagnóstico equivocado, porque cada vez hay más violencia en el hogar y obvio contra la mujer.
Llevamos 10 años aplicando políticas de género.
10 años dando la misma medicina al mismo enfermo y este no solo no mejora, empeora.
Muchas mujeres buenas, preocupadas por esta realidad apoyan estas políticas de género, pensando que ayudan. La realidad es que empeoran, porque no atienden el problema de raíz.
Lo único que hacen es llevarse miles de millones del presupuesto público y puestos para las políticas feministas en turno.
Que solo llegan a las curules a repetir consignas y propaganda para ganar más y tener más poder pero que no resuelven absolutamente nada.
¿Qué es lo que hay que hacer desde el gobierno?
Una estrategia seria y fuerte para abatir el alcoholismo y las drogas en los hogares disfuncionales.
Tratar de ayudar a esas mujeres a recuperar su dignidad, su feminidad.
Llevar la justicia al maltratador.
Atender a los menores que nacen en estos hogares para que no crezcan igual, fomentarles valores y virtudes.
La mujer a terapia, a recuperar el amor por su hogar y por sus hijos.
Al hombre que es irresponsable y alcohólico, tratar de orientarlo y fomentarle la responsabilidad.
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